La elección de un regalo no es, en ningún caso, una tarea sencilla. Pero si se trata de un dispositivo tecnológico y el destinatario (o los destinatarios) es un entendido en la materia, adquirirá el carácter de reto. Acertar será difícil, por lo que mejor será que invirtamos un poco de nuestro tiempo en adentrarnos en los entresijos tecnológicos y las claves de aquello que vamos a regalar.
En el caso de los televisores, es una tarea especialmente exigente: estamos en un momento de madurez de un amplio repertorio de tecnologías y tendencias que intervienen en el diseño y fabricación de una Smart TV. Así que, si queremos elegir acertadamente, tendremos que tratar de encontrar un producto que conjugue estas tecnologías y tendencias de un modo armónico y equilibrado en apartados como la calidad de vídeo, de sonido, la conectividad, la plataforma Smart TV que utilice, el consumo, la compatibilidad con diferentes tipos de contenidos o el precio.
De la teoría a la práctica con dos televisores
La teoría no está mal como punto de partida para desgranar las tecnologías y tendencias que merecen la pena tener presentes a la hora de elegir un televisor para regalar(nos) esta Navidad, pero es más didáctico “aterrizarlas” en forma de propuestas concretas y tangibles.
La serie C63 de TCL es una buena referencia si contamos con un presupuesto limitado y necesidades habituales, así como un salón de dimensiones normales. El “punto dulce” de esta gama es el modelo de 55", el TCL 55C635, que congrega un buen número de tendencias y tecnologías para el ocio multimedia de las audiencias mayoritarias.
Por su parte, la serie C83 sube la apuesta con la tecnología Mini-LED de cuarta generación de TCL como ingrediente estrella para los más exigentes en cuanto a calidad de visualización de contenidos de alta calidad, como los que gustan consumir los cinéfilos más exigentes, acompañados de tecnologías de audio igualmente cuidadas. El modelo de referencia en esta gama es el de 55", el TCL 55C835, apropiado para quienes conceden un protagonismo especial a la pantalla como centro del ocio digital multimedia.
Panel 4K con QLED y procesamiento de vídeo
A estas alturas “de la película”, la resolución 4K es fundamental para obtener una experiencia óptima a partir de un televisor. Los contenidos 4K están llegando incluso a los canales TDT, por no hablar de las propuestas de las plataformas de las operadoras de telecomunicaciones o las de streaming.
Los contenidos 8K son escasos y aún están limitados a un nicho de usuarios que cuentan con pantallas compatibles, pero no es una resolución que podamos recomendar por ahora a la inmensa mayoría de usuarios.
Con QLED, es posible manejar niveles de brillo elevados sin distorsión, así como espacios de color amplios y formatos de contenidos como HDR10, HDR10+, HDR HLG o Dolby Vision
Las tecnologías de escalado son importantes para visualizar contenidos con una resolución inferior a la nativa 4K. En estos casos, el procesador de imagen y vídeo del televisor hace un escalado a 4K, que en el caso de TCL emplea algoritmos de IA para la serie C63 y algoritmos basados en redes neuronales en la serie C83.
Por otro lado, el panel debería contar con la tecnología QLED para la generación de los colores primarios RGB que conforman la fuente de luz blanca de la retroiluminación, para después descomponerla a través de los píxeles individuales que constituyen la matriz LCD de la pantalla 4K. Esta tecnología QLED permite recrear una fuente de luz blanca con componentes roja, verde y azul (RGB) de gran pureza. Ambos televisores de TCL usan este tipo de paneles 4K QLED.
Con QLED, es posible manejar niveles de brillo elevados sin que se distorsionen los colores, así como espacios de color amplios y formatos de contenidos como HDR10, HDR10+, HDR HLG o Dolby Vision, por ejemplo.
El procesamiento de vídeo, por su parte, tendría que contemplar tecnologías para la compensación de movimiento que eviten efectos como el desenfoque de movimiento no deseado. TCL integra la tecnología Motion Clarity precisamente para ello en la familia C63, mientras que en la serie C83 contamos con un panel de 144Hz nativos, muy rápido incluso sin procesamientos añadidos.
¿Tamaño? El óptimo para el salón y los contenidos
El tamaño de la diagonal de nuestro televisor es importante no solo por criterios estéticos: también determina la distancia óptima de visualización. Es decir, la distancia a la que tiene que estar el sofá para que ver la tele sea una experiencia satisfactoria, y a la que somos capaces de leer con claridad los textos en pantalla, al tiempo que su campo de visión ocupe 30 grados del mismo.
En este artículo encontraréis explicado con todo lujo de detalles el porqué de esta relación entre la diagonal y la distancia, con diferentes tablas orientativas dependiendo de diferentes criterios. Por ejemplo, para la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMPTE), si tenemos entre 2 y 2,5 metros de distancia, un televisor de 55’’ como el TCL 55C635 será óptimo, y si tenemos entre 2,5 y 3 metros de distancia, un televisor de 65’’ como el TCL 65C835 sería la propuesta recomendable.
Tamaño TV (pulgadas) |
Distancia recomendada para uso mixto (metros) |
75 |
3,1 |
70 |
2,9 |
65 |
2,69 |
60 |
2,48 |
55 |
2,28 |
50 |
2,06 |
45 |
1,86 |
40 |
1,66 |
32 |
1,32 |
Retroiluminación, mejor cuantos más LEDs
La retroiluminación es clave en un televisor LED LCD. La fuente de luz, además de ser tan pura como sea posible, tiene que permitir un control selectivo de intensidad por zonas tan granular como sea posible. Es decir, los LED emiten luz azul de gran pureza.
Esta luz azul atraviesa la lámina con Quantum Dots para generar las componentes Red y Green. Con las RGB se genera la luz blanca de la retroiluminación que luego pasará por el panel LCD y los filtros de color.
Los LED de la retroiluminación han ido incrementando su número y reduciendo su tamaño, hasta el punto de tener cientos en los paneles LED y (decenas de) miles en los paneles Mini-LED, tal y como se explica en este post.
De este modo, la electrónica del televisor, al procesar cada fotograma, es capaz de identificar qué zonas requieren más brillo y cuáles son más oscuras o están en penumbra total. Así, cada zona de LED regula en tiempo real su brillo hasta el punto de apagarlos totalmente (negros casi perfectos) o encenderlos con el máximo brillo (HDR mucho más preciso y creíble) cuando la ocasión lo requiera, reduciendo efectos como el del halo o las iluminaciones parásitas.
Cuantas más zonas tengamos, mejores valores para la relación de contraste o mejor implementación de la compatibilidad con estándares HDR, al manejar mayores valores de niveles de brillo de pico. Los LED Mini-LED pueden brillar con más intensidad sin que ello afecte a zonas amplias de la pantalla, merced a su tamaño más pequeño que en los paneles LED convencionales.
Así, el TCL 55C835, con tecnología Mini-LED, ofrece un Picture Performance Index de 4400 frente al valor de este parámetro para el TCL 55C635, que es de 3100. Y el HDR en el primero es HDR Extreme, mientras que en el segundo es HDR Mega. No podemos dejar de mencionar que el modelo 65C835 ha recibido el EISA Award al Mejor Producto en la categoría Premium Mini-LED TV.
El audio importa (y mucho)
En un televisor, podemos correr el riesgo de centrarnos excesivamente en lo que se ve y dejar en un segundo plano la experiencia de escucha de los contenidos.
Es cierto que, si la calidad de imagen no es buena, el sonido no será relevante de cara a optar por un dispositivo, pero si es buena, también será conveniente contar con un audio de calidad.
En los televisores que estamos usando como ejemplo para nuestro ejercicio de elección óptima para diferentes tipos de audiencia, encontramos un audio bien trabajado en ambos modelos. Cada uno dentro de lo que su posicionamiento de gama permite, pero sin descuidar este apartado en ningún caso.
En la propuesta de gama más baja, el TCL 55C635 viene con dos altavoces de 2x10W con procesamiento de sonido Dolby ATMOS a cargo de ONKYO, mientras que en el TCL 55C835 contamos con sendos 2x15W + 20W para los bajos, también con Dolby ATMOS. El subwoofer del televisor de la familia TCL C83, junto con una mayor potencia son los elementos diferenciadores, pero sin que este apartado esté descuidado en la familia TCL C63.
Conectividad: sacar el máximo provecho
Los televisores no solo están pensados para consumir contenidos de televisión. Todo lo contrario: la televisión tradicional está quedando en un segundo plano frente a otras fuentes de contenidos tales como plataformas de streaming, los “decos” de las operadoras de telecomunicaciones con sus propuestas de ocio multimedia, contenidos almacenados en soportes de almacenamiento externos USB, consolas de videojuegos u ordenadores, así como dispositivos móviles, como smartphones o tabletas, mediante tecnologías inalámbricas como WiFi, entre otras.
La conectividad USB, Ethernet, WiFi o HDMI es un apartado clave de cara a elegir un televisor capaz de “hablar” con todo tipo de fuentes de contenidos
La conectividad USB, Ethernet, WiFi o HDMI es un apartado clave de cara a elegir un televisor capaz de “hablar” con todo tipo de fuentes de contenidos. En este sentido, los dos televisores de TCL vienen con tecnologías actuales y solventes como HDMI 2.1, que permite gestionar contenidos 4K a 60Hz de 12bits, llegando a 4K a 120Hz para 12bits y 4K a 144Hz en 10 bits para el modelo TCL 65C835.
La conectividad WiFi de doble banda MIMO, más la presencia de conectividad USB o la salida de audio óptica para conectar otros equipos de sonido externos, son el pasaporte para una experiencia conectada óptima independientemente de la gama del televisor.
Eso sí, es importante recordar que no es imprescindible renunciar a tecnologías clave para obtener una buena experiencia de ocio multimedia en televisores de gamas más bajas. Y estos dos dispositivos de TCL son la prueba de ello.
Extendiendo su uso a los gamers
Otro apartado que merece la pena destacar es el del gaming: la tendencia actual es la de usar el televisor para jugar con la consola o incluso con el PC, ya sea portátil o de sobremesa.
La conectividad HDMI 2.1 abre la puerta a funciones como ALL-M, que activa un modo de baja latencia cuando se conecta una consola o un PC al TV
La conectividad HDMI 2.1, sin ir más lejos, abre la puerta a funciones como ALL-M, que activa un modo de baja latencia cuando se detecta una consola o un PC conectados al televisor. En concreto, tenemos menos de 15 ms para el modelo TCL 55C635 y de menos de 6 ms para el TCL 55C835.
Aquí, el modelo de gama más alta hace valer su músculo, con tecnología VRR de 144Hz, que permite ajustar la tasa de frames con precisión a los frames que va generando la tarjeta gráfica, lo que mejora la fluidez del juego. También tiene compatibilidad con AMD Freesync Premium para tarjetas gráficas de AMD.
En este modelo de la familia C83, tenemos también la TCL Game Bar, que ofrece información y opciones de configuración para los parámetros relacionados con el gaming.
Smart TV: una ventana abierta al mundo
La plataforma de Smart TV, por su parte, mejor si es tan estándar y versátil como sea posible. En este sentido, Google se está convirtiendo en el estándar de facto en Smart TV, gracias a sus amplias posibilidades de interacción (mando a distancia, voz, apps en los dispositivos móviles Android, etcétera), así como a su nutrida tienda de aplicaciones con la que podemos extender la funcionalidad "smart" a través de la instalación de aplicaciones de terceros.
Independientemente de que sea de la familia C63 o C83, todos los televisores TCL vienen con Google TV, así como con compatibilidad con el Asistente de Google y con Alexa de Amazon, sin olvidar la compatibilidad con las videollamadas a través de Google Duo (y una webcam opcional).
Consumo, diseño y otras consideraciones
La elección de un televisor pasa también por conocer detalles tales como el consumo. En estos tiempos, en los que la energía ha pasado a tener un precio nada desdeñable, si vamos a tener muchas horas encendida la tele, será mejor saber a qué nos enfrentamos para, por ejemplo, configurar modos de ahorro de energía cuando estamos viendo contenidos de una calidad “justita” como la de los canales de TDT, reservando los modos de más calidad (y más consumo) para los contenidos de más calidad en plataformas de streaming, por ejemplo.
Desde luego, el tamaño del panel también importa. En cualquier caso, la etiqueta energética es, junto con las hojas de especificaciones, la fuente de información por antonomasia, con una presentación más visual que la mera hoja de datos.
El diseño, por su parte, pasa por tendencias como la reducción del grosor de los marcos, la minimización del grosor del televisor o el uso de materiales metálicos y sistemas de soporte minimalistas pero robustos.
Elegir un buen televisor es posible en todas las gamas de producto
Como hemos visto con estos dos televisores de TCL (55C635 y 55C835), es posible elegir un dispositivo con las más recientes y solventes tecnologías, incluso para productos con un punto de precio al alcance de una audiencia amplia.
Si nuestro presupuesto es más generoso, es necesario estar atentos para que tanto en el panel como en la conectividad, el audio o en escenarios como el gaming. Como hemos podido ver, existen propuestas que vienen con todo, sin necesidad de renunciar a nada esencial.