Ahora que llega el buen tiempo, y con más fuerza incluso de lo habitual, el fin de las mascarillas ha provocado que millones de españoles vuelvan a descubrir que las alergias siguen estando igual de presentes y siguen siendo igual de incómodas que como las recordaban. En total, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) estima que cerca del 25 % de la población española tiene alergia a alguna clase de polen. Se dice pronto.
Tampoco ayudan los habituales árboles y arbustos de floración vistosa pero sumamente alergénicos que están presentes en casi todas las ciudades de España. De esta realidad de la que ni siquiera podemos escapar haciendo vida dentro de casa, puesto que el polen sigue entrando por las ventanas al ventilar e incluso con nosotros. Ante esta situación, cada vez más personas han decidido combinar los antihistamínicos con un sólido aliado en su bienestar: el purificador de aire doméstico.
Este electrodoméstico, antiguamente muy popular en algunas partes de Asia con una enorme contaminación ambiental, está comenzando a popularizarse también en España. Sus ventajas son numerosas, pero no todos son iguales. De hecho, es posible confeccionar una lista de exigencias técnicas que nos puede ayudar a separar aquellos que son poco más que un ventilador con un filtro, de los purificadores reales y de mayores prestaciones como los de la marca Dyson.
Capacidad de absorción: busca siempre el máximo caudal
¿Te has parado a pensar cuál puede ser el origen de los alérgenos que entran a nuestra casa? Naturalmente, ventilar por las mañanas, que es justo el momento de polinización de numerosas especies, supone un mayor riesgo para los alérgicos, pero el polen entra en nuestras viviendas de muchas otras formas. En nuestros zapatos, en nuestra ropa, a través del pelo de nuestras mascotas si damos paseos por el parque... El resultado es que todo nuestro hogar está rebosante de partículas, y no solo aquellas habitaciones donde hemos abierto la ventana.
Por este motivo, interesa tener un purificador de gran caudal, capaz de absorber la mayor cantidad de aire posible de la forma más eficiente. Pero no solo eso: también debe devolverlo a la estancia con la fuerza adecuada para generar corrientes incluso en los cuartos de mayor tamaño. Los Dyson Purifier Cool Formaldehyde utilizan la tecnología Air Multiplier y una base oscilante de 350º para asegurarse de que estancias grandes como el salón quedan adecuadamente limpias, a pesar de que sus muebles obstaculizarían la labor de otros purificadores.
La capacidad para purificar una gran cantidad de aire es una de las pruebas básicas a las que Dyson somete a sus purificadores. Y de hecho, la gama Purifier Cool Formaldehyde pone a prueba su capacidad anti SARS-CoV-2 (porque su capacidad de depuración va más allá del polen) en una cámara de 37 metros cuadrados; muy superior al salón medio español, que tiene una superficie de aproximadamente 22,5 metros cuadrados.
¿Y si el cuarto que queremos ventilar es más pequeño? En ese caso no hay problema. Los purificadores de Dyson son escalables, así que basta con reducir el flujo de aire para ahorrar energía y reducir un ruido que ya de por sí es bastante limitado.
Mejor filtrar y destruir que simplemente remover y atrapar
Por supuesto, lo más importante de un purificador de aire es que cumpla la función que se le encomienda. De poco sirve si lo único que hace es generar corrientes que esparcen la mitad del polen presente en el entorno. Es necesario que dichas partículas sean recogidas y queden atrapadas en el filtro, de lo contrario, como ocurre con otros modelos, únicamente se pasa el aire circundante por un filtro de fibras plásticas. El resultado es que las rinitis persisten hasta con las ventanas cerradas.
El filtro HEPA de Dyson consta de tres capas distintas, de forma que es capaz de detener alérgenos de distinto tamaño
¿Cómo se pueden atrapar esos gránulos y evitar su recirculación? No basta una simple malla fina. El filtro HEPA de Dyson consta de tres capas distintas, de forma que es capaz de detener alérgenos de distinto tamaño: desde el polen de mayor tamaño y los ácaros del polvo a partículas mucho más pequeñas, llegando a detener hasta el 99,95% de las partículas de hasta 0,1 micras. Entre el filtro exterior y el interior, se encuentra además una capa de carbono activo que elimina los malos olores; algo que ayuda a generar una sensación de limpieza y alivio al respirar en momentos donde la rinitis es especialmente aguda.
La segunda gran diferencia en los filtros HEPA de Dyson es que están sellados. Se trata de un sistema que no permite la salida de las partículas filtradas una vez que han entrado, por lo que no es posible su recirculación. El estado del filtro es monitorizado automáticamente por la máquina y cuando llega el momento se genera un aviso de sustitución. Que no será frecuente salvo en condiciones extremas, puesto que el fabricante solo recomienda cambiarlo una vez cada 12 meses.
El formaldehído, un gas común que se separa de pinturas, ambientadores, alfombras, productos de belleza e incluso juguetes, puede acrecentar síntomas como dolores de cabeza y mareos
Pero acabar con el polen no significa acabar con el malestar de muchos alérgicos. El formaldehído, un gas común que se separa de pinturas, ambientadores, alfombras, productos de belleza e incluso juguetes, puede acrecentar síntomas como dolores de cabeza y mareos, motivo por el cual los purificadores Dyson Purifier Cool Forlmaldehyde detectan esta sustancia en estado de micropartícula y activan un filtro catalítico que descompone sus moléculas en dióxido de carbono y agua, totalmente inermes para las personas.
Activación inteligente: menos consumo y mayor confort
Por último, un purificador de aire debería ser eficiente. Y no hablamos solo de una cuestión de consumo energético. Muchos alérgicos, particularmente aquellos con cuadros más acusados, optan por ventilar la casa por las noches para evitar la entrada de polen recién depositado. Es una muy buena idea, pero que presenta ciertos inconvenientes. Por un lado, muchos purificadores generan un ruido importante por su mecanismo ventilador de aspas. Por otro lado, no hay forma "inteligente" de apagarlos una vez realizada su función.
A través del teléfono móvil podemos programar las horas de activación y desactivación más adecuadas según nuestras rutinas diarias
El control domótico mediante aplicación soluciona muchos de estos inconvenientes. A través del teléfono móvil podemos programar las horas de activación y desactivación más adecuadas según nuestras rutinas diarias, de forma que el aparato se apague o encienda solo cuando tenga sentido. La otra opción es confiar en los sensores de partículas de Dyson, que activan sus purificadores solo cuando detectan que la carga de polen en el aire puede ser un problema, ahorrando energía y evitando ruido.
Dyson, asimismo, facilita el uso nocturno de sus purificadores con un modo especial que atenúa su pantalla y reduce la potencia de circulación de aire. Si ya de por sí la última generación de purificadores es hasta un 20% más silenciosa que la anterior, usando el modo nocturno podremos disfrutar de una noche de descanso ininterrumpido, libre de goteos, gargantas irritadas... y los molestos zumbidos a los que otros aparatos nos tienen acostumbrados. No hay mejor forma de prepararse para la primavera.
Purificador ventilador Dyson Pure Cool TP09 captura polvo, alérgenos y hasta un 99.9% de virus incluyendo COVID-19. Incluso destruye el formaldehído.
