Uno de los aspectos más importantes para un ordenador como el OLPC, que será usado en sitios donde la electricidad es escasa o inexistente, es el de ofrecer la mayor autonomía posible. Para ello se están planteando abandonar los procesadores Intel y pasarse a la plataforma ARM.
Con ella se puede conseguir, además de reducir el consumo de energía, mayores funcionalidades integradas, como el apartado gráfico o las comunicaciones inalámbricas. Quieren reducir los cinco vatios que consume el XO-1, algo que tendrán difícil al usar el nuevo modelo dos pantallas táctiles.
Uno de los apartados que podrían limitar el uso de plataformas ARM es la falta de disponibilidad de una versión de Windows para ella. En el OLPC XO-2 se quiere ofrecer un sistema dual, que permita escoger entre Linux y Windows, algo que ARM no permitiría. Se dice que están presionando a Microsoft para que lance una versión para estas plataformas, algo tan ridículo que no merece ni consideración.
Incluso en el descabellado caso que Microsoft ofreciera una versión especial de Windows para ARM, no hay aplicaciones que funcionen sobre ella, pues todas están compiladas para funcionar en un entorno x86. Lo que nunca he entendido es porque OLPC acepta y promueve el uso de Windows en la educación, especialmente cuando le integran un interfaz por encima que lo oculta la mayor parte del tiempo.
Cuando esté listo este nuevo modelo, para lo cual todavía faltan unos 18 meses, esperan publicar el diseño del hardware para que otros fabricantes puedan crear sus propios modelos y ofrecer versiones especiales para las necesidades de diferentes grupos o incluso países.
Vía | Yahoo.
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