No tenemos mucha idea de hasta donde va a llegar este camino, pero hasta que inventen una conectividad inalámbrica impresionante - [algo hay por parte de HTC](
) -, la realidad virtual necesita equipos muy potentes que podamos llevar colgados, con todos sus cables bien conectados al casco. En el último año han florecido algunos ordenadores-mochila que solucionan la papeleta, y entre las marcas más interesadas en desarrollarlos está MSI.
Estuvimos jugando con sus propuestas antes del verano, ahora la propuesta va tomando forma con precios, especificaciones, y primeras experiencias, así que creemos que es momento de refrescar un poco el asunto. De hecho los de MSI se ponen a la venta a nivel mundial, estando Europa entre los puntos en los que está disponible, comenzando la oferta en 2.000 dólares.
Por ahora parece caro esto de los ordenadores en la espalda, pero el MSI VR One nos mete todo un ordenador para juegos en un paquete que finalmente pesa algo menos de 3,6 kilos, y podemos decir que es relativamente delgado: 54 milímetros.
La autonomía era uno de los puntos críticos a conocer, y hasta hoy no teníamos claro si había espacio suficiente ahí para echar una buena partida: tenemos un par de baterías adosadas a la mochila que dan una vida de noventa minutos de juego a tope de rendimiento.
¿Suficiente? Parece que sí, esas baterías se pueden sustituir, por si a alguno le da por tener más de una y alargar la experiencia. Hay que comentar que el equipo cuenta con una salida de alimentación para colocar gafas que la necesitan, como es el caso de HTC Vive.
Se puede convertir en un ordenador normal
Siempre cabe la posibilidad de usar el equipo como un ordenador normal y corriente, pasando de las baterías y colocando una fuente de alimentación como la que disponemos en un ordenador portátil.
Tenemos potencia de sobra para jugar o ejecutar aplicaciones exigentes. En este modo se pueden colocar hasta tres pantallas 4K a través de los conectores HDMI, DisplayPort y ThunderBolt 3. También hay cuatro puertos USB 3.0.
Otro de los detalles a trabajar por parte de los ingenieros de MSI es el del sonido que emite el ordenador, ya que si lo vamos a llevar a cuestas, mejor que sea silencioso. El VR One se mueve en torno a los 40dBA, una cifra que está bien teniendo en cuenta que dentro hay un procesador ‘overclocked’ Intel de sexta generación, concretamente un Core i7 6820HK, y una gráfica Nvidia GeForce GTX 10.
Entrando en detalles de la oferta decir que el modelo ‘básico’ lleva una unidad SSD de 256GB, y la gráfica GTX 1060 con 6GB de RAM, mientras que en la opción superior se dobla la memoria SSD, y se mete una GTX 1070 con 8GB de RAM. Son 2.000 y 2.300 dólares respectivamente.
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