Imagine, querido lector, que está empezando a ver una película, a leer un libro o trabajando con su ordenador. ¿Cuántos minutos pasarán antes de que su mano empiece a acercarse a su bolsillo para sacar de ahí su teléfono y consultar notificaciones o abrir redes sociales para ver qué hay? Seguramente, muy pocos.
"He perdido la concentración que tenía antes. En el trabajo saco todo adelante, pero tengo pequeñas desconexiones mirando el móvil. Luego me cuesta horrores leer un libro, soy incapaz. Me puse un tope de tiempo de uso del móvil, pero me acababa dando igual y volvía a mirarlo cada diez minutos". Este es el principio del testimonio de Toni (nombre modificado, como todos los del reportaje, para preservar su anonimato), periodista especializado en videojuegos, sobre su capacidad de atención, que ha visto erosionada a sus 35 años. "Cuando tenía 25 me concentraba más y podía pasar horas viendo o haciendo algo concreto. Ahora mismo hacer algo así me cuesta muchísimo".
Roberto, editor de vídeo en una productora audiovisual, explica que nota algo muy similar que ha ido a más. "En redes sociales no publico demasiado, pero así y todo me paso el tiempo consumiendo contenido en redes sociales. TikTok fue un antes y un después. Me tuve que poner un limitador de tiempo de uso para intentar controlarlo, porque es un pozo. Es infinito, siempre ves más y más vídeos que te gustan, no paras, no tienes que pensar ni que buscar nada. Parece que te lee la mente para darte lo que te gusta. Eso engancha muchísimo". Tiene 28 años.
Sara, redactora de tecnología de 36 años, cuenta un testimonio muy similar. "El 1 de enero de 2021 publiqué como uno de mis objetivos de año nuevo controlar mejor esto. Acabar con mis distracciones ha sido una cruzada. Me distraigo muy fácilmente, Twitter, Instagram y YouTube me han hecho muchísimo daño. He logrado avances, pero tengo recaídas. Me queda mucho camino".
"En nuestras pantallas todo va tan rápido que cuando pasas al mundo real todo parece ir demasiado lento"
Estos testimonios son fáciles de encontrar a nuestro alrededor en cuanto uno dedica un par de minutos a hablar sobre la capacidad de mantener la atención en algo, especialmente fuera de la pantalla de nuestro móvil. Empezar admitiéndolo en el caso de uno mismo suele servir para que el otro se quite la máscara y lo reconozca también. Miramos el móvil cada diez o quince minutos si tenemos la más mínima oportunidad, lo cual no siempre significa que sea un buen momento para hacerlo. Desviamos nuestra atención demasiado a menudo. Nos aburrimos con demasiadas cosas.

"Si nos pasa a tanta gente es que hay algo detrás. Tiene que ver con cómo están hechas las pantallas, buscan captar al máximo nuestra atención con el mínimo esfuerzo por nuestra parte", explica la psicóloga Silvia Álava. "Cuando lees un libro o haces alguna otra actividad, el proceso de atención sostenida lo has de hacer tú. Cuando miras a una pantalla, eso lo hace ella sola, los estímulos cambian mucho, a nivel visual y auditivo. Todo se mueve a tal velocidad que cuando vas a la velocidad del mundo real parece aburrido, lento. De ahí salen cosas como ver vídeos o escuchar audios a 2x. En el mundo real te aburres porque no estás hiperestimulado, eres tú quien ha de mantener la atención".
Roberto hablaba sobre TikTok como el punto de inflexión. No es casual. "TikTok es el ejemplo perfecto: vídeos muy cortos hechos para enganchar, cambian constantemente. Son estímulos. Como saben los mecanismos neuropsicológicos que hay tras la atención, consiguen engancharnos", explica Silvia. Esto, según la psicóloga, tiene sus efectos en nuestro día a día: estamos tan acostumbrados a contenido rápido, de estímulos inmediatos, que cuando vemos producciones largas como una película nos aburrimos si no hay acción desde el minuto uno.
Desconexiones laborales
Los cuatro entrevistados coinciden en que estas distracciones tienen consecuencias en su trabajo. Si bien no se dan situaciones dramáticas, sí son más de las que les gustaría. Nadie ha sido despedido por ello, pero sí tienden a trabajar más horas de las debidas para compensar esos despistes, o a alargar mucho las entregas hasta el tope fijado. "Me cuesta mucho pasar más de quince minutos mantenerme concentrado. Cuando no queda otra y has de estar al 100% sí, porque no te queda otra. El resto del tiempo vas picoteando, haciendo pausas, buscar estar ocupado con algo que no requiera mucho esfuerzo", dice Roberto.
"A mí me ha pasado incluso en reuniones de trabajo, hablando con mis compañeros, me distraigo. Hace unos años no me ocurría", cuenta Sara. "Algo que también noto es que tampoco disfruto del ocio como antes. No sé gestionarlo bien, me viene la necesidad de mirar el móvil y se me va mucho tiempo así en lugar de haciendo lo que realmente quiero hacer", explica. Añade que hay límites que no sobrepasa, como cuando está en el cine. "Hay gente que es incapaz de estar dos horas viendo una película sin consultar el móvil y molestar a los demás con la luz, yo eso sí que no lo hago".
Los estímulos rápidos y constantes que comentaba Silvia también influyen en los momentos en que somos más propensos a las distracciones. O que buscamos más el móvil como evasión instantánea. "Noto que me distraigo más cuando tengo alguna tarea larga, difícil o incómoda. Si tengo por delante algo que sé que me va a llevar muchas horas, mi cerebro me invita a distraerme con otra cosa", nos explica Sara, y así empiezan las sesiones de scroll, de paso de una red social a otra, consulta de la mensajería, etc.
Un estudio de Gloria Mark, profesora de informática en la Universidad de Irvine e investigadora en informática social, ya advirtió en 2008 del peaje del "trabajo interrumpido". Los flujos de atención intermitente por la consulta del correo cada poco tiempo derivaban en un peor rendimiento, pero también en un mayor estrés para el empleado por el cambio de foco de atención. En 2008. Hoy, con todo lo que ha llegado desde entonces, sabemos que la multitarea mata la productividad. Pasar del trabajo a la consulta constante del móvil es otra forma de multitarea.
"Quiero volver a hacer algo con mis manos"
Roberto, como muchos otros en esta era, ha acabado usando principalmente pantallas tanto para su ocio como para su negocio. Trabaja editando vídeos y se entretiene viendo otros vídeos, jugando a videojuegos o consumiendo redes sociales. Un punto de inflexión. "Ahora tengo ganas de apuntarme a hacer cerámica, porque tengo ganas de hacer cosas con las manos. Algo que no requiera el ordenador. Igual que en el deporte. Pero luego en el gimnasio ves gente sentada un buen rato con el móvil...".
El smartphone ha canibalizado decenas de utensilios, desde el calendario hasta la agenda telefónica pasando por el reproductor de música. Roberto, además de cerámica y deporte, quiere volver a descentralizar algunas actividades y desligarlas del smartphone. "Hace poco quería comprarme una Game Boy, de las tradicionales, las de cartuchos. No quiero un emulador en mi móvil, quiero un cacharro independiente. Últimamente he visto incluso gente interesada en recuperar su iPod para escuchar música sin depender del móvil".
Silvia explica este sentimiento hablando de autosatisfacción, realización. "Si hacemos algo creativo con las manos, nos sentimos especialmente bien, útiles, conectamos con nuestra parte creativo. Cosas de la época de nuestros abuelos, como el ganchillo, están volviendo por eso.
Más allá de la satisfacción de actividades artísticas y de creación, también sabemos que el aburrimiento es en cierta forma necesario, sobre todo para generar espacios vacíos en los que comenzamos a pensar, generamos ideas y fluye nuestra creatividad. No necesariamente ligada al trabajo, sino simplemente para tener momentos en los que pensar en nosotros mismos. La mano buscando el móvil en cuanto tenemos un momento de aburrimiento, como en una sala de espera o mientras subimos en ascensor, también va matando esos espacios.
Salidas

Además de a Silvia, preguntamos a otro psicólogo, Francisco Tabernero, si llegados a este punto hay vuelta atrás o nuestra capacidad de concentración se ha erosionado de forma permanente. Buenas noticias. "Esto es algo que se puede recuperar una vez te pones a trabajar en esos procesos de atención, no hablamos de un daño cerebral", dice Silvia. Francisco coincide: "Si se me estuviese deteriorando la atención es que se me estaría deteriorando el cerebro, y no es así. Simplemente, el comportamiento compulsivo de consultar el teléfono está interfiriendo con tareas que impiden la atención sostenida".
Ese comportamiento compulsivo se asemeja al de un fumador buscando su cigarrillo cada poco tiempo, aunque Francisco lo encaja más en las mecánicas de los juegos de azar. "El cigarro no te aporta un placer o un beneficio, no es refuerzo positivo, se fuma por refuerzo negativo, para aliviar el síndrome de la abstinencia. Lo del móvil explica una conducta adictiva, porque no sabemos cuándo nos caerá la recompensa. Como en una tragaperras. Entramos constantemente buscando el premio en forma de una foto que compartir con los amigos, un vídeo que nos haga reír, un texto que nos guste leer... El símil es con la tragaperras".
La salida pasa principalmente con una concienciación que vaya acompañada de acciones graduales para hacer un uso más consciente del móvil, y menos por inercias adquiridas. "Por ejemplo, fijarse la meta de pasar quince minutos sin mirar el móvil. Luego, media hora. Luego, una hora... Así vamos deshabituándonos", dice Francisco. "Más que un problema de atención, es de conducta".
"Hay gente que, sin que sea tanto su principal motivo, viene a consulta porque es muy adicta al móvil y ya le está afectado a todos los niveles de su vida. Incluso a la autoestima". Como con los casos de ludopatía, a menudo se acude a terapia cuando los síntomas ya son tan evidentes que todo el círculo social los ha percibido como algo grave. No es lo habitual llegar a ese extremo, pero tampoco parece que la pérdida de atención en muchos ámbitos a causa del móvil sea un problema residual.
Imagen destacada: Javier Lacort con Midjourney.
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Usuario desactivado
El artículo me ha parecido interesante, lástima que solo vaya a servir para que un montón de señores de mediana edad vengan a decir lo maravillosa que fue su juventud y lo perdidísimos que están los chavales de ahora (olvidando, de nuevo, que sus padres pensaban exactamente lo mismo de ellos).
JuanAnt
El problema no es la dependencia o la falta de concentración, o como ha dicho alguien, que los señores de mediana edad pensemos lo que sea de la juventud que ya pensaron nuestros padres de nosotros.
El problema es la falta de educación y respeto por los demás: tengo amigos, no tan chavales, de más de 30, que tomándose una caña contigo empiezan a darle al móvil manteniendo conversaciones con otras personas, llegando a pasar completamente de tí; cuando es una reunión de varios, aún tiene un pase, cuando es una reunión de dos... venga ya!
Mi reacción es sencilla "o dejas el móvil o me voy". Y sí, he llegado a levantarme e irme una vez.
Para algunos es literalmente una droga.
Escepticum
Personalmente me siento a salvo de esta manía de mirar el móvil cada quince minutos. Yo lo miro solo y exclusivamente cada cuarto de hora.
Y hablando más en serio... la cuestión de la dependencia del móvil es para pensarlo detenidamente, porque a través de ese medio ya no sólo nos relacionamos con el mundo - social o profesionalmente - es que lo hacemos todo. Videovigilamos nuestros negocios, seguimos nuestras inversiones, consultamos ventas, preparamos nuestras vacaciones, ponemos correos, leemos las noticias ... o incluso escribimos un comentario en xataka. Las posibilidades son tantas que de una manera u otra todo nos conduce a echarle un vistazo a ver como va ... (lo que sea).
Lo único que puedo decir al respecto es que al móvil le pasa como a internet. Puede ser una herramienta excelente que nos multiplique o... todo lo contrario, un instrumento que nos convierta en un instagramer sin dos dedos de frente.
acontracorriente
Ya hace años (desde la época de Steve Jobs) que los grandes "hijos de la tecnología" de Silicon Valley van a colegios donde el método Waldorf es el sistema de educación escogido.
Llevo muchos años leyendo risitas y burlas sobre que a esto no había que darle importancia, pero es como cuando salió el Covid en China que la gente pensaba: "vaya frikis estos de China que tienen unos enfermos de gripe y se ponen a construir un hospital en 3 días". Tanto aquí como en el caso de los hijos de los techies que tienen prohibido usar pantallas es porque ya se tenía más información de la que se creía sobre este tema.
Ahora toca llorar con esta generación que no se centra ni en mirar el vuelo de una mosca y que si tienen un mal día de trabajo se deprimen y dimiten a la primera de cambio.
Los psicólogo hace años que decían que iba a pasar esto pero como siempre, lo que no da votos mejor hacer oídos sordos.
royendershade
"Quiero volver a hacer algo con mis manos"
No sé si esta era la mejor frase que resaltar por separado xD
Eso aparte, no se hasta que punto se puede hablar de esto para una generacion concreta, yo es algo que he visto en un rango de edades muy amplio, ultimamente.
Hechs
El artículo es interesante pero creo que le falta, tras haberlo expuesto, tratar el problema. Consejos, retos, métodos… Tal vez para una segunda parte.
vilani
Tengo 54 años, y tengo una tienda de informática y telefonía móvil. Empecé con los ordenadores antes de que Windows existiera, empecé con internet cuando nos conectándonos con modem llamando desde el teléfono fijo, y tengo teléfono móvil desde que este comenzó su andadura en los 90.
A día de hoy nadie me puede decir que no se nada sobre el mundo de la telefonía o de internet, y de verdad que me conmueve y me aterra la dependencia de las nuevas generaciones a los móviles.
Personalmente ni tengo redes sociales, ni me interesa, la dependencia de las personas de saber lo que hacen otras me parece patética.
Pero si tengo hijos y veo todos los días la dependencia de estos al móvil, y lo peor no es esa dependencia, lo peor es ver las chorradas que consumen.
Los jóvenes ya no ven la televisión, solo las cuatro series que les interesan de las plataformas de streaming, y estremece mucho comprobar como ya a nadie de esta juventud le interesa lo más mínimo la política o las noticias internaciones.
La interacción de los jóvenes con sus compañeros es ya de vergüenza, les interesa mas comunicarse por WhatsApp que quedar para tomar un refresco.
No se como terminaran las nuevas generaciones, pero decir que a día de hoy me importe bien poco. Cada uno de nosotros tiene su época, su momento y sus vivencias, y lo de ahora es para los de ahora.
Así que no critico nada de esta generación, solo me da lastima ver lo que se están perdiendo al mirar solo por la ventana de una realidad tan efímera como manipulada.
serkam
Yo uso caja con cerrojo controlado por tiempo para cortar la dependencia con el móvil. Mano de santo:
Esta es la que uso yo pero hay modelos más económicas. Yo prefiero la cara porque me evita la tentación de romperla ; )
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Adrián
Acá unos consejos constructivos:
Primero, yo he sentido esa necesidad de estar al tanto de las últimas novedades en varias redes sociales, y creo que eso se hace vicio, así que hay que gestionarlo como tal, así que si no se necesita una notificación para el trabajo o el estudio, es mejor limitarla a revisarla cuando se tenga tiempo y no esté notificando, eso incluye tomar medidas más precisas como prescindir de algunas aplicaciones si es necesario, por ejemplo, Si no se trabaja ni estudia con Twitter o cualquier otra aplicación, no instalarla en el móvil, o limitarla a un horario donde no estorbe.
Si el problema son las noticias, puedes revisarlas de una manera más práctica escuchándolas, dices OK Google, escuchar las últimas noticias, y te soltará podcast de las agencias de noticias que tengas configuradas, y así yo lo hago cuando me sobra el tiempo, y así no me ocupa las manos revisando.
Luego es positivo mentalizarse en eso de que existe vida fuera de las redes sociales, y muchísimas cosas que te interesa hacer antes que estar metido a todas horas, ya leíste ese libro, ya completaste tu biblioteca musical, ya diste ese paseo, visitaste a aquella persona, y muchas cosas que nada tienen que ver con las redes y sólo te están entreteniendo
Y por último, aunque existen algunos que ganan dinerito por estar en las redes sociales, me temo que no es ni tu caso ni el mío, así que, si es por ganar dinero, así no va a ser.
sanamarcar
No se hay de todo, yo creo que ahora hay mas extremos, hay grupo de chavales muy perdidillos y otros que si aprovechan mejor las oportunidades. En fin, yo es mas creo que tengo mentalidad más abierta que cuando eran joven, pero vamos fui diseñado para lo que fundamenta la vida, la adaptabilidad. Me gusta saborear todos los tiempos, lo que llamo yo cargarse la variable tiempo y dejar solo el espacio xD.
Nacho
Lo del iPod (o aparato mp3 equivalente) suena a chiste pero no hay nada mejor que utilizar uno para hacer ejercicio y olvidarse de las distracciones provocadas por las notificiaciones de las apps.
En cuanto a lo de hacer algo manual siempre puedes desconectar montando LEGO.
Usuario desactivado
Superficiales de Nicholas Carr
tecnoman
El tema está en usarlo con mesura, como todo.
m88
Perdon, pero no es toda una generacion, tengo 33 años y en lo que respecta a tiempos laborales mi movil esta siempre en modo trabajo, solo con notificaciones urgentes de mi familia, si viera mis redes sociales en reuniones importantes del trabajo ya estaría desempleado, no hay tiempo suficiente para esas cosas.
Y no es un tema de deficit de atención, es solo respeto a tu trabajo ya que no me pagan por ver mis redes sociales, hay tiempos para todo.
En lo que respecta al ocio, si es muy frecuente estar viendo una pelicula o una serie y mejor revisar el movil, me pasa mucho despues de 20 min de darle toda mi atención a series, peliculas u otras actividades que simplemente son muy lentas y aburridas, y creo que es algo normal no es algo de que preocuparse.
Ademas en el movil no solo revisamos redes sociales, hay un sin fin de actividades que se hacen ahi, desde compras hasta encender una lampara o tu lavadora.
imf017
Tienen razón: yo también me doy cuenta de que nos concentramos mucho menos que antes. Los móviles están causando mucha distracción. Hace tiempo que creo que la introducción del smartphone a las masas ha sido un error.
lopez
Yo los mandaba un verano a una aldea de la españa vaciada: sin internet, sin telefonía móvil, y sólo un teléfono fijo y una radio para saber qué pasa en el exterior
robertgarcia2
Y por eso las nuevas generaciones son menos inteligentes.
jueputamalpario
En mis tiempos también "perdiamos" el tiempo pintando las paredes de nuestra cueva con pigmentos. "Vándalos" nos llamaban, que perdiendo el tiempo así no ibamos a aprender a cazar. Y mira ahora, son museos! No nos dejan ni entrar
rexd94
Por estos motivos es que la mayoría de personas mayores dicen que su infancia o tiempos fueron mejores y es que no había tantas distracciones como las hay ahora con las redes sociales, vídeos en linea, etc.
Pero es que es imposible no avanzar, los tiempos cambian para bien o para mal.
marc.garciajovells
Está sociedad está bien jodida. La única ley es el Mercado, y no le importan las personas, sólo el beneficio.
dulceopinador
Me pasa y quiero remediarlo porque me está afectado a muchos niveles de mi vida.
Usuario desactivado
Me identifico totalmente. Con 36 años que tengo, me cuesta mucho concentrarme en algo exclusivamente que no sea el móvil/tableta. Leer un libro me cuesta muchísimo cuando hace años lo hacía sin problema y a menudo. Y ahora incluso ver una serie o película sin mirar el móvil cada vez me cuesta más.
A veces pienso en desconectar del móvil durante el día pero se me hace muy difícil. Incluso paseando al perro no puedo evitar echarle un ojo de vez en cuando.
Cada vez valoro las actividades menos tecnológicas. Por suerte mi principal afición es la jardinería y ahí sí que desconecto casi totalmente pero a este ritmo creo que acabaré sucumbiendo igualmente.
adar48
En mi caso, no le hago caso al teléfono celular, pero si me estoy todo el día en el portátil o la televisión :P
smichdt
Para aquellas personas que les gustaría tener más control sobre las veces que miran su teléfono, hay un simple aunque efectivo ejercicio: o no mirar el móvil o mirarlo 5 veces, ni una más ni una menos. En menos de una semana problema resuelto :)