Todo es cuestión de gustos, pero lo de las megaconstrucciones es algo mágico. Nos es difícil resistirnos a fascinarnos por estas impresionantes obras y China puede que sea el país que más de ellas albergue, siendo una de ellas el Huangtengxia Tianmen Sky Walk. Una maravilla contemplativa y todo un desafío al vértigo de quienes se atreven a visitarlo.
Se trata de una pasarela que, como su nombre indica, parece quedar sobre el cielo a sus 500 metros de altura sobre el suelo. Aunque no sólo impresiona por su panorámica, el Huangtengxia Tianmen Sky Walk en sí llega a ser además todo un espectáculo nocturno de agua y luces en pleno espacio natural.
Cascadas y fiestas nocturnas a medio kilómetro del suelo
La construcción se ubica en Qingyuan, una ciudad en la provincia de Guangdong. Construirlo costó unos 35 millones de euros y se proyecta 368 metros desde el borde del acantilado en que se sitúa, dejando que la pasarela quede en suspendida a esos 500 metros sobre el suelo que comentábamos.
A simples rasgos, la estructura es más o menos la de dos grandes raquetas de badminton cruzadas en perpendicular, como si la horizontal se hubiese clavado en la montaña. Estas estructuras en forma de lazo se sostienen gracias a tres grandes pilares de acero e integran numerosos paneles de vidrio de 15 metros cuadrados y 60 milímetros de grosor formando una pasarela que soporta un peso de unas 400 toneladas (más o menos unas 4.000 personas).
La pasarela se prolonga unos 168 metros hasta esa raqueta, que no tiene nada en lo que sería la red y queda suspendida a modo de pasarela-mirador. No en vano, "tianmen" significa "puertas del cielo", y al final queda como una estructura que invade el cielo que queda sobre el paisaje.
Concretamente da a la garganta de Huangteng, un desfiladero con un río por el que se organizan actividades de como rafting. De ahí que en conjunto sea un atractivo turístico tanto subiéndose a él como desde abajo.
Según medios locales, el Huangtengxia Tianmen Sky Walk acogió en 2019, el año en el que se inauguró, más de 13.000 visitantes diario durante julio y agosto. De hecho, incluso hubo un desfile de modelos en julio, aprovechando las 2.000 luces de las que dispone tanto su pasarela como las raquetas. Además de ello, están las cascadas que se proyectan desde el mismo mirador, dejando caer el agua sobre la montaña.
Para visitar esta estructura hay posibilidad de hacerlo en un tour privado en grupos de hasta cinco personas por 500 dólares (unos 423 euros). Se puede subir a la montaña en teleférico o autobús, pero lo que advierten es que, como cabía pensar, no es adecuado para personas con afecciones cardíacas.
Una trayectoria de megaconstrucciones que se inician antes que el propio país
Al principio hacíamos una referencia a la querencia de China por las construcciones grandes, llamativas, ambiciosas y sobre todo de récord. De hecho, este año (y por motivos totalmente distintos, por desgracia), vimos la asombrosa capacidad de construcción de sus habitantes con el hospital de Wuhan, alzado en tan sólo 10 días.
Récords como el de el túnel de metro más largo del mundo, el puente más largo del mundo y el marítimo más largo del mundo entre otras obras que fueron también campeonas o que quedan en buen puesto. Vimos también el gigantesco radiotelescopio, inaugurado en 2020, un rascacielos en horizontal e incluso obras de ingeniería de hace más de 2.000 años que fueron claves para la forja del propio país. De lejos les viene, sin duda.
Seguramente habrá más planes de obras como éstas. De hecho, ya conocimos la intención de completar el que sería el estadio más grande del mundo, con capacidad de hasta 100.000 personas y en forma de flor de loto, aunque no son tiempos precisamente para favorecer multitudes. Veremos si acaba inaugurándose en 2022 como era la intención inicial.
Imagen | Sogou
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