La tecnología nos cambia el concepto de coche, de bicicleta e incluso de comida. En los últimos años hemos asistido al nacimiento de varias propuestas de alimentación supuestamente básica en polvo de manera que los batidos resultantes sean suficiente para nuestra nutrición. No obstante, ahora que ya llevan un tiempo comercializándose las alarmas saltan con Soylent, los pioneros en este tipo de alimentación.
De hecho, no sólo de tecnología viven los recalls y hace poco hicieron uno con Soylent Bar (que lanzaron posteriormente a los sobres de Soylent en polvo), dejándolas de vender por los problemas que se estaban reportando en la salud de los consumidores. Las dudas resurgen ante este producto y sobre todo su composición y fabricación, habiéndose hablado de ratas correteando y mohos. ¿Está lo controlado que debería?
Nota: Soylent es un suplemento nutricional de origen estadounidense. No tiene que pasar ningún control de calidad ni seguridad. https://t.co/LwYEeuhP17
— Clara Lis (@rhoeas_) 28 de octubre de 2016
Los mejores ingenieros lo recomiendan
Hace unos tres años en Xataka Ciencia se hacían eco del proyecto de Soylent cuando aún estaba en sus fases iniciales, concretamente cuando logró la financiación necesaria vía crowfunding. Su creador: Rob Rhineheart, un ingeniero informático de 24 años que se informó sobre las necesidades nutritivas de los seres humanos.
Ese año, en su blog personal dio explicación del por qué y de cómo nació Soylent. Por motivos económicos y de tiempo, se planteó si podía ser suficiente con tomar los elementos químicos que se asimilan de los alimentos. Contó que había "investigado sobre toda sustancia que el cuerpo necesita para sobrevivir, así como unos cuantos extras que eran beneficiosos", sin dar, eso sí, enlaces o una fuente acerca de esas investigaciones.
Mi hipótesis era que el cuerpo no necesita la comida per se, sino sólo los químicos y elementos que contiene. Así que lo resolví experimentando. ¿Y si consumo sólo los ingredientes que el cuerpo necesita para obtener energía? [...] Salvo el aceite de oliva para los ácidos grasos y sal para el sodio y el cloro nada se considera alimento. He investigado cada sustancia que el cuerpo necesita para sobrevivir, además de unos cuantos extras que parecen ser beneficiosos.
Este mismo año le entrevistaban en Financial Times donde también se especificaba que los conocimientos sobre nutrición del creador del alimento en polvo no eran académicos, sino aprendidos por su cuenta. De hecho en la publicación recuerdan que hubo nutricionistas que criticaron la base de Soylent al carecer de alimentos naturales, a lo que Rhinehart respondía aludiendo a que la energía es la misma y que la termodinámica no entiende de "natural" y "no natural".
Sobre las ratas y el moho
También en 2013, cuando Soylent se popularizó, en Motherboard hicieron un reportaje sobre la fábrica que en ese momento tenía la compañía en Oakland. Como describen en él, en las imágenes se ve que se trata de unas instalaciones con bastantes años. Así lo explicaba el autor, Brian Merchant:
[La fábrica de Soylent era] Un espacio polvoriento que evidentemente era una antigua fábrica textil en un también antiguo polígono industrial.
Matizaba que de momento era lo único que podían tener con los fondos del momento, según explicaba Rhinehart. Pero a estas condiciones tampoco ayudaba el hecho de que durante el reportaje viesen ratas corretear por allí (minuto 5:56 del vídeo que insertamos a continuación, aproximadamente).
Viendo el rodaje de las entrevistas que filmamos dentro de la fábrica de Soylent, nos dimos cuenta de que un roedor salió pitando del área de almacenamiento de ingredientes. [...] Es noche fuimos a un restaurante y [...] no estábamos ni cinco minutos sentados cuando un par de ratas salieron de la cocina: un recordatorio de que comer en proximidades de plagas no es nada nuevo.
Sobre esto, Rhinehart aclaró a Merchant que las instalaciones de Oakland eran temporales y que de hecho ellos estaban insatisfechos en muchos aspectos. Sobre la localización de las nuevas fábricas según aclaró Pando estaban en Modesto (California), aunque no se admite a prensa (se ven en un vídeo del proceso de fabricación que publicó Soylent).
La llegada del agua
Como buen ingeniero, Rhinehart empezó usando la numeración que solemos ver en las versiones de software para las de Soylent y a medida que la empresa crecía también se añadían más variedades. Así, en 2015 llegó Soylent 2.0 o Soylent Drink, el producto preparado ya en disolución distribuido en botellas para que no hubiese siquiera que hacer la mezcla.
Pero añadir agua tiene ciertas implicaciones cuando hablamos de alimentos, entre otras el suministrar uno de los principales sustentos para los microorganismos. En octubre de 2016 la compañía informó de que los retrasos en la distribución de Soylent 2.0 se debían a que se habían detectado unidades con crecimiento de moho en los bordes superiores de las botellas (once casos, sumando al final 80 con las posteriores quejas de consumidores).
De hecho, Merchant ya hablaba de moho en los envíos que recibió de la versión 1.5 de Soylent (en polvo), achacándolo a las condiciones del transporte y finalmente consumiéndolo igual tras eliminar el moho (al querer alimentarse exclusivamente con el producto durante un mes).
Creemos que lo que ocurrió es que cuando fue enviado la bolsa se agujereó y entró algo de humedad.
Los sólidos tampoco se salvan
Lo más reciente, justo del pasado mes de octubre, fueron las molestias gastrointestinales que empezaron a tener los primeros consumidores de Soylent Bar, la versión en barritas del producto. Tras los reportes la compañía publicó un comunicado en el que explicaban que paraban la distribución como medida preventiva mientras averiguaban las causas (pudiendo ser alérgenos, dado que a diferencia de los polvos las barras contienen gluten entre otros), así como devolver el dinero a quienes lo habían comprado. Aquí las autoridades de Canadá solicitaron directamente el recall.
No fue este mes de octubre un buen mes para Soylent en general porque su producto en polvo también recibió malos reportes. Lo explicaba en una actualización en referencia a las molestias sufridas por algunos consumidores de las barras, dado que en los meses anteriores un 0,1% de los consumidores de Soylent 1.6 había reportado molestias estomacales similares a las de las barras. Aquí matizaban que los tests realizados habían dado negativo en cuanto a patógenos, toxinas o contaminación externa.
¿Qué controles pasa Soylent?
Los alimentos requieren unos controles según su clasificación y el país. Soylent atendía pues a la legislación estadounidense controlada en estos aspectos por la Food and Drug Administration (FDA), según la cual el producto se considera suplemento y al no introducir ningún ingrediente nutricional nuevo, no requiere inspección para salir al mercado. Según leíamos en Motherboard, la FDA comunicó a Rhinehart que si era así (si se componía de ingredientes previamente disponibles en el mercado), Soylent podía circular.
Así, en cuanto a las certificaciones, vemos en la página de información sobre alérgenos y certificaciones que todos sus productos tienen la certificación GRAS (Generally Recognized s Safe de la FDA, es decir, "generalmente reconocido como seguro". Según esto cualquier aditivo puede ser objeto de revisión por parte de la FDA salvo que "la sustancia esté reconocida a nivel general y por expertos cualificados".
¿Cumplen a nivel europeo? Aquí la diferencia de exigencias radica precisamente en el origen y la distribución. Las empresas de base europea como Joylent y las que comentamos al hablar de este nuevo tipo de alimentación se someten a los controles para preparado alimenticio, como nos recuerda la farmacéutica Clara Lis, que en el caso de la legislación española están estipulados aquí en base a las directivas europeas con respecto a ese tipo de productos.
Soylent no se fabrica en ningún país europeo y al importarse por internet quedaría en principio fuera de estas exigencias. Pero la cuestión es que en la actualidad aún no es legal importarlo, aunque la empresa esté preparando el terreno a nivel de marca y su creador haya hablado de la expansión al Viejo Continente para el próximo año.
Así, a priori están las referencias analíticas de Rhinehart cuando lo probó (en su versión inicial) y se realizó chequeos médicos, y por otra parte hay unos estudios clínicos que su creador dijo en la entrevista de Financial Times que se publicarían durante este año. Pero en cuanto a controles por parte de la FDA no tienen ninguna obligación de pasarlos al ser complementos, como decíamos.
A la espera de los resultados
Por un lado tenemos el hecho de que el alimento no haya requerido revisiones de la FDA más allá de las pertinentes para tener la calificación GRAS que explicábamos antes y están los controles que la empresa dice realizar, si bien no lo acompaña de ningún documento ni remite a ningún laboratorio o institución. Falta ver también en el caso de que logre comercializarse en Europa si la comercialización por internet hace que no requiera los controles que otros preparados similares pasan, como Joylent o batidos nutricionales como Meritene.
Además de la seguridad, están las dudas sobre la suficiencia en cuanto a la nutrición en dietas basadas con estos productos (al menos la mayoría de las comidas). Joy Dubost, especialista en dietética de la Academy of Nutrition and Dietetics hablaba en Time de que faltaba apoyo científico en las afirmaciones de Rhinehart y que había asumido muchos aspectos a la hora de componer el alimento, si bien en The Atlantic lo planteaban como "algo más saludable que la comida basura".
Habrá que ver en qué quedan los asuntos de las barritas y los polvos que siguen sin poder venderse, y si esto hace que haya algún control más de su composición y distribución.
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