Mientras en Amsterdam se ponen de límite dentro de tres años para llevar a cabo un proyecto de casa impresa en 3D, en China ya llevan un par de ellas acabadas. Estos proyectos de construcción quedan listos para imprimir y ser montados allá donde quiera el cliente.
La empresa responsable es la china WinSun, que hace unos meses logró imprimir 10 casas en 24 horas. Su nueva obra es todavía más sorprendente: un edificio de 5 plantas construido con una especie de argamasa y material reciclado procedente de cristal y restos de material de construcción triturado, que previamente había sido impreso en tres dimensiones en las instalaciones de la compañía.
Lo único que debe montarse de forma diferente es la cimentación. Sobre esa base se van luego colocando grandes piezas impresas e incluso parte del mobiliario interior. Un ejemplo es la zona de las paredes, que se crea en un ordenador para que sea una estructura hueca donde poder incorporar de forma sencilla aislamientos, y con forma curvada para otorgarle mayor resistencia. Además, en los lugares que determina la legislación se incorporan estructuras internas metálicas.
Este método de construcción es, además de más rápido (entre un 50 y un 70% que la construcción tradicional), bastante ventajoso en términos de uso de materiales. Según el creador de la empresa, Ma Yihe, se puede ahorrar material en un porcentaje que va del 30 al 60%, así como la mano de obra, que puede alcanzar una reducción de hasta el 80% de dependiendo del tipo de construcción que se quiera realizar.
Por ahora este edificio de cinco plantas y una gran mansión han sido las obras más relevantes de la compañía, pero en el horizonte de la misma está el poder encargarse mediante su técnica de diseño, impresión y montaje posterior, de construcciones de más envergadura como podrían ser puentes o incluso rascacielos.
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