Apple aseguró que sus Vision Pro nos hacían entrar en la era de la "computación espacial". De momento lo que es seguro es con ellas hemos vuelto a la era de las aplicaciones de pago por descarga, al menos temporalmente.
Es lo que se extrae de un informe publicado por Appfigures, una empresa especializada en la analítica de aplicaciones móviles: el 52% de las aplicaciones exclusivas para visionOS publicadas hasta ahora en su App Store son de pago, una cifra muy alta en comparación con la tienda de iOS, donde solo el 5% de las aplicaciones monetizan así.
Este fenómeno no durará demasiado tiempo.
Un 52% en visionOS, un 5% en iOS
Las aplicaciones de pago por descarga fueron muy habituales en iOS durante los primeros años de la App Store. La razón fue sencilla: no había compras in-app y las suscripciones se reservaron a tipos de aplicaciones muy concretas durante años.
Una vez Apple fue derribando estos muros, las aplicaciones tuvieron formas de monetizarse pese a ofrecerse como descargas gratuitas, y no solo por la publicidad. Algo que las convirtió en tendencia.
Una aplicación gratuita se puede instalar de forma instintiva, automática, y más adelante ya decidiremos si queremos pasar a pagar su compra interna o su suscripción. Con el pago por descarga este proceso no existe y muchos potenciales clientes directamente descartan la compra al no poder probarla previamente.
¿Por qué hemos vuelto entonces a este modelo en visionOS? TechCrunch menciona que este análisis solo tiene en cuenta las menos de mil aplicaciones (en el momento de la publicación del informe) que son exclusivas de visionOS o versiones adaptadas de aplicaciones ya existentes en iOS. Es decir, no tiene en cuenta las más de un millón de aplicaciones heredadas de iPadOS que se ejecutan en dos dimensiones.
De ese grupo, una pequeña parte funciona por suscripción, algo más de la mitad mediante el mencionado pago por descarga y el tercio restante se monetiza de forma externa a la App Store.
La respuesta a este fenómeno tiene que ver con la fiebre del oro que suponen los primeros días en el mercado para un dispositivo de 4.000 dólares. Sus propietarios han demostrado una situación financiera concreta, propicia para seguir gastando unos pocos dólares más en mejorar la experiencia del dispositivo.
Además, al haber muy pocas aplicaciones todavía, resulta mucho más fácil destacar a la hora de intentar obtener atención. La mayoría de las aplicaciones de pago cuestan menos de diez dólares, por lo que es factible buscar la compra instintiva.
También hay alguna aplicación que ha fijado un precio superior, como una tabla periódica interactiva que se vende por 99 dólares.
Esta tendencia inicial contrasta con una trayectoria de suscripciones en auge propiciada por la propia Apple. Hace más de un lustro desde que conminó a los desarrolladores a adoptar este modelo de negocio. La explicación es simple: los ingresos recurrentes, no puntuales, son muy atractivos para cualquier empresa. También para una interesada en reducir su dependencia de la venta de hardware.
Esto ha formado parte de una estrategia de la que llevamos hablando muchos años: el fortalecimiento de su división Servicios, donde se incluyen los ingresos por la App Store.
A medida en que vayan llegando más y más aplicaciones a la tienda de visionOS podemos esperar un aumento de las aplicaciones con monetización externa o con suscripción integrada. Si no al nivel de la App Store de iOS, donde sumadas a las gratuitas suman el 95% de los títulos, sí a uno que normalice esta anomalía para las tiendas de aplicaciones de Apple. Una anomalía efímera.
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