Es muy probable que el nombre de Avi Schiffmann no te suene. A mí tampoco me sonaba, pero en 2020, con 17 años, se hizo famoso por crear el primer sitio web en el que era posible hacer un seguimiento de los casos de COVID-19 en todo el mundo.
Aquello le valió un premio Webby, y dos años después lanzó un proyecto similar que ayudaba a los refugiados ucranianos a encontrar a gente en países vecinos dispuestos a hospedarlos y ayudarlos. Esa iniciativa se vio criticada por no vetar a quienes se inscribían.
Tras abandonar la universidad de Harvard, Schiffman, ahora con 21 años, tiene un proyecto muy distinto en marcha. Uno al que ha llamado Friend. Como indican en Wired, se gastó 1,8 millones de dólares en comprar el dominio —algo que también ha generado críticas y mofas—, y la ambición del pequeño dispositivo es clara: convertirse en el primer wearable con IA que triunfe en el mercado.
No lo va a tener nada fácil. El Humane AI Pin ha acabado siendo un fracaso espectacular, y al Rabbit R1 no le ha ido mucho mejor. Quizás estos dispositivos quisieron hacer demasiado y se enfrentaron al problema expectativas vs realidad. Con Friend el enfoque es muy distinto, como se puede apreciar en el vídeo promocional:
Friend quiere ser justamente lo que indica su nombre. Tu amigo. O más bien, tu mejor amigo. El dispositivo es un colgante con dos partes: el colgante en sí, que acaba en una especie "funda", y el dispositivo como tal, que parece casi un AirTag de Apple y que dispone de varios micrófonos y una batería interna.
Friend solo funciona (al menos, de momento) con el iPhone, costará 99 dólares y, eso sí, no tendrá (al menos, de momento otra vez) una suscripción asociada. Es un decisión llamativa, sobre todo teniendo en cuenta que su funcionamiento se basa en el uso del chatbot Claude 3.5 de Anthropic: quizás un uso intensivo acabe obligando a imponer algún tipo de suscripción para sufragar ese gasto computacional.
Friend nos recuerda esa distopía que nos narraba la película 'Her'. El wearable lo escucha todo a todas horas, y a partir de ahí podemos conversar con él. No oiremos las respuestas: Friend las muestra en su aplicación para iPhone, y no está claro que esos mensajes aparezcan por ejemplo en el Apple Watch, lo que probablemente tenga sentido para mejorar la interacción.
Friend parece tomar prestada la idea de Replika, la plataforma que permite configurar y usar avatares virtuales que hacen compañía (o flirtean) y conversan con los usuarios mediante IA.
En el vídeo se muestran algunos de los escenarios de la interacción que propone su creador. En esas situaciones parece que el dispositivo es capaz de inferir el tipo de respuesta de una forma que da algo de miedo.
En una de ellas se mofa del joven que está perdiendo a un videojuego. En otra, una empleada está tomándose un descanso, comiendo algo y viendo una serie en su móvil. Una vez más Friend parece captar qué serie de TV es y da su opinión, suponemos que alineada con los gustos de la usuaria. Al derramar un poco de salsa justo en su colgante, pide perdón y Friend contesta con un "Yum" ("Qué rico") que también resulta inquietante. Es un colgante. No tiene sentido del gusto.
En la última escena del vídeo, la chica lleva por primera vez a un amigo a un sitio al que no había llevado nunca a nadie. "Bueno, excepto a ella", le dice, señalando su colgante. "Debo estar haciendo algo bien", dice el chico. Los dos se miran, un poco incómodos, él probablemente pensando que tiene que competir con una especie de AirTag.
El vídeo deja entrever cómo puede llegar a interactuar Friend, y aunque el Humane AI Pin y el Rabbit R1 prometieron mucho más de lo que hacían en realidad, la idea de usar Friend y que se convierta en tu mejor amigo es preocupante.
Sobre todo, por las implicaciones que esto tiene en las relaciones humanas. ¿Acabaremos sustituyendo a las personas por bots? Eso es lo que parece buscar este dispositivo, que escucha a todas horas para luego responderte con mensajes y que hace que tengas a alguien, o más bien, a algo, que conversa contigo y te hace compañía. Aunque sea artificial.
Como hace Replika, aunque en ese caso no hay escucha activa: eres tú el que escribes cuando quieres conversar. Es una interacción que al menos permite que la IA no esté constantemente pendiente de ti. Que puedas desactivarla.
No está claro si puedes hacer algo así con Friend, pero aun pudiendo hacerlo, aquí estamos ante una nueva potencial amenaza para la privacidad. Schiffman asegura que Friend no almacena grabaciones de audio ni transcripciones, y que los usuarios pueden cambiar o borrar cualquier recuerdo almacenado en el dispositivo.
El producto compite con otro que precisamente tiene el mismo nombre y formato. Creado por un desarrollador llamado Nik Shevchenko y basado en ChatGPT, esta propuesta plantea hacer resúmenes de nuestras conversaciones o actualizar un perfil personal para nuestros amigos y colegas.
Shevchenko y Schiffmann están ahora enfrentándose en redes sociales como X y defendiendo sus respectivos productos como los verdaderamente originales.
Friend comenzará a estar disponible en el primer trimestre de 2025. Será entonces cuando podamos comprobar si estamos ante un wearable con IA que cumple con lo que promete... y si eso acaba siendo suficiente para que tenga éxito.
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