Año a año los principales fabricantes renuevan sus tablets. Han entrado en un ciclo parecido a la telefonía y si bien es cierto que han demostrado ser una herramienta perfecta para consumir contenido, es una categoría a la que cada vez se le pide algo más que una pantalla en la que jugar o ver vídeos.
En esa lucha de todos contra el iPad, aquí Apple siempre ha sido la referencia, este año la competencia ha estado muy reñida. Dispositivos para todos los gustos donde ya no solo se cubren necesidades de tamaño sino también de uso donde el software juega un papel clave como diferenciador. Los vemos en vídeo.
Grandes o pequeños y la amenaza del phablet
De todas las comparativas con los mejores tablets del año, probablemente la de 2014 sea la más dispar por tamaño. Tenemos desde pequeñas tabletas de ocho pulgadas a auténticos gigantes de trece que se acercan más a las dimensiones de la pantalla de un portátil.
El tamaño es uno de los principales aspectos en los que nos fijamos cuando compramos un tablet. Hasta hace tiempo se entendía muy bien el binomio de grandes y pequeños. Cada uno tenía un uso muy diferenciado y el formato más reducido se postulaba como una opción atractiva para quienes querían algo para llevar siempre encima.
El tiempo pasa y con el crecimiento de los móviles, cinco pulgadas y más, los tablets pequeños empiezan a perder atractivo. Muchas veces esa diferencia de tamaño se reduce a unas tres pulgadas y ahí el software tiene que empezar a sacar pecho y demostrar que puede ofrecer mucho valor.
Sony lo hace con su ecosistema de servicios y la posibilidad de utilizar el Z3 Tablet Compact como una pantalla para Playstation 4. Nvidia por su parte nos demostró en el análisis que su apuesta por los videojuegos es muy potente. Aún con eso, los modelos grandes se han impuesto como las principales apuestas.
Mientras que la mayoría han rondado alrededor de las nueve y diez pulgadas, la apuesta más curiosa es la de Lenovo con su pantalla de trece. Un tablet para casa, al que vamos a mover más bien poco, y con la posibilidad de utilizar un picoproyector. La lucha entre formatos se mantiene, pero este año quienes más difícil han tenido para demostrar su valor han sido los pequeños.
El software sigue siendo la clave
De los tablets que hemos puesto sobre la mesa, no hay duda de que de nuevo se produce una batalla donde todos luchan entre sí pero especialmente contra el iPad. Puede gustar más o menos, pero es indudable de que los de Cupertino tienen el ecosistema más grande en esta categoría, con permiso de Windows 8 donde se hereda muchísimo trabajo hecho de la época PC.
Resulta curioso ver cómo todos los que han apostado por Android lo han hecho añadiendo mucho software propio. Samsung siempre se ha caracterizado por nutrir a sus tablets de muchas aplicaciones para hacerlo competitivo mientras que otros, como Amazon, han apostado por crear su fork propio y desligarse todo lo posible de Google.
Los pequeños, como hemos visto, también buscan despuntar con aplicaciones exclusivas lo que le permite destacar más pero dejando también la duda de si son capaces de llegar a nichos tan concretos, véase Nvidia con su foco en los videojuegos.
Un año más, el software vuelve a ser diferencial. En hardware todos son muy parecidos pero el factor que de verdad acaba importando, al menos en la gama alta, es el ecosistema y lo que nos ofrece.
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