Con Windows RT, la cosa pintaba mal desde el principio. Fue el primer intento de Microsoft por ampliar el uso de Windows a procesadores ARM, pero fue un sonado fracaso. Han pasado más de cinco años desde entonces y Microsoft parece haber aprendido la lección. No solo eso, en su gran evento realizado en Nueva York nos han presentado la nueva Surface Pro X, un nuevo convertible al que han dedicado numerosos esfuerzos y donde el resultado que hemos podido probar nos ha arrojado muy buenas sensaciones. Desde ese chipset Microsoft SQ1 que parece dar buen rendimiento hasta esa pantalla táctil de 13 pulgadas con marcos reducidos que deja anticuado al diseño de la Surface Pro 7.
Estas son nuestras primeras impresiones de la Surface Pro X, el convertible 2 en 1 de Microsoft que como hace Apple con su iPad Pro busca una apariencia más cercana a los portátiles para perder la etiqueta de tablet.
Ficha técnica de la Microsoft Surface Pro X
Surface Pro X | |
---|---|
Pantalla | 13" PixelSense 3:2
|
Procesador | Microsoft SQ1 (Qualcomm) |
Gráfica | Adreno 685 iGPU |
Memoria RAM | 6 / 8 GB LPDDR4X |
Almacenamiento | 128 / 256 / 512 GB SSD extraíble |
Cámaras | Trasera: 10MP, aufocus
|
Batería | Hasta 13 horas más carga rápida |
Dimensiones y peso | 287 x 208 x 7,3 mm
|
Conectividad | 2 USB-C, Surface Connect, Surface Keyboard connector, 1 Nano SIM, WiFi 5, Bluetooth 5.0, Módem Snapdragon X24 LTE |
Otros | Windows Hello para el reconocimiento facial, altavoces estéreo 2W con Dolby Audio Premium, Surface Pen |
Precio | 1.149€ (8/128GB)
|
Es la Surface con el mejor diseño
Uno mira la Surface Pro 7 y más allá del añadido del puerto USB tipo C es prácticamente el mismo modelo que otros años. No ocurre lo mismo con la Surface Pro X donde sí ha habido esa reducción de marcos que tanto se pedía en la gama Surface. Tenemos un dispositivo con una pantalla de 13 pulgadas que ocupa prácticamente todo el frontal y los marcos, sobre todo los laterales, se han reducido significativamente.
El panel elegido es de 13 pulgadas en un formato rectangular 3:2 con una resolución de 2.880 por 1.920 píxeles, lo que nos da unos nada despreciables 267 ppp. En vivo se ve espectacular, con una calidad muy alta y un buen nivel de brillo (450 nits máximos teóricos). A falta de probarla más a fondo, Microsoft parece haber hecho esfuerzos en este apartado. Y es que al fin y al cabo, como explican desde la compañía, es la pantalla táctil más grande jamás creada para una Surface Pro.
La Surface Pro X puede utilizarse como si fuera una tablet de 13 pulgadas o añadirle la nueva funda Alcantara, que además de añadir un teclado y trackpad, también incorpora un pequeño hueco para colocar el Slim Pen. Por si sola, la Surface Pro X no pesa especialmente. Además, llama mucho la atención lo delgada que es: 7,3 milímetros de grosor (5,3mm en el borde más delgado) es muy poco para un dispositivo de este tamaño y lo cierto es que se siente muy liviana. Un peso que lógicamente cuando le añadimos la funda-teclado aumenta y ya se acerca más a lo que tenemos en muchos ultrabooks. En comparación, la Surface Pro 7 mide 8,38 mm de grosor y sus marcos son mucho más gruesos.
La funda Alcantara es una Type Cover como las que ya teníamos en el resto de Surface. Cuenta con teclas retroiluminadas y un trackpad multitáctil. Nos hubiera gustado encontrar un trackpad con un tamaño más grande, pero la sensibilidad es bastante correcta. Ocurre algo parecido con el teclado, las teclas no tienen suficiente recorrido para equipararse al de otros dispositivos como el Surface Laptop, pero teniendo en cuenta el grosor la experiencia que ofrece es muy buena.
Tenemos un dispositivo construido en aluminio y la sensación que da en todo momento es de solidez. La construcción es excelente y digna de un producto que parte de los 1.149 euros.
A nivel de conexiones, nos encontramos con dos puertos USB tipo C colocados en el lateral izquierdo, el Surface Connect en el lateral derecho, en la parte inferior el conector por donde se enlaza con la funda y una ranura nanoSIM con la cual podremos conseguir conectividad LTE. Esto último un punto clave que la diferencia claramente de las Surface Pro 7. Nos ha llamado la atención que no tenemos puerto jack de 3.5mm.
Una de las novedades de la funda Alcantara es el añadido de un pequeño hueco donde viene el Slim Pen, el nuevo Pen para esta Surface. No tenemos imantación, pero sí se recarga inalámbricamente cuando está reposando en ese lugar. Para utilizarlo simplemente deberemos sacarlo del hueco aprovechando el pequeño espacio que hay en los bordes. Lo interesante es que la funda se pliega y podemos ocultar ese espacio del Slim Pen. Simplemente la funda quedará ligeramente inclinada pero a todos los efectos nos hará creer que ese Pen nunca ha estado ahí.
Microsoft SQ1, el procesador ARM que viene para hacernos olvidar a Intel
Tradicionalmente los portátiles con Windows han utilizado procesadores Intel, basados en la arquitectura x86. Sin embargo Windows 10 Pro también funciona con chipsets basados en ARM, como es el caso de los Snapdragon 8cx. Para la Surface Pro X se ha optado por una solución ligeramente diferente. Tenemos el nuevo chipset Microsoft SQ1, fabricado por Qualcomm y con inteligencia artificial.
Según las características técnicas, estamos ante un chipset ARM que funciona a 3GHz y con 2 Teraflops de potencia gráfica. Una cantidad enorme para ser un procesador ARM de 7 vatios (prometen hasta tres veces más potencia que en la Surface Pro 6). Esto es gracias al uso de la Adreno 685 iGPU, una gráfica que siguiendo su numeración sería ligeramente más potente que la Adreno 680 Extreme del Snapdragon 8cx, una que a su vez es el doble de rápida y un 60% más eficiente que la del Snapdragon 850.
Ahora bien, ¿cómo se comporta? Lo cierto es que muy bien. Estamos ante una unidad de pruebas, con muy pocas aplicaciones instaladas. Es demasiado pronto para comentar nada específico, pero en ningún momento he tenido la sensación de estar ante un procesador con una arquitectura diferente.
No he detectado lag y el rendimiento ha sido parejo al que nos ofrece un ultrabook con un chipset Intel. Hemos abierto el navegador, múltiples aplicaciones a la vez y utilizado varias aplicaciones de edición de imagen. En todas ellas la experiencia ha sido buena y haciéndonos pensar que Qualcomm tiene la capacidad suficiente para ejecutar múltiples tareas de escritorio.
La Surface Pro X promete ser capaz de ejecutar webs pesadas, edición y mover varias pantallas 4K conectadas a través del puerto USB tipo C. Sin embargo, no deja de ser un chip ARM y esto implica que no hay juegos nativos con OpenGL. Pese a que Windows 10 Pro funciona prácticamente igual, las aplicaciones compatibles son más limitadas. Sí encontramos Chromium y el nuevo navegador Edge, que han sido compilados nativamente para ARM. Un ejemplo de cómo al final la diferencia entre un Windows y otro lo marcarán los desarrolladores.
No es el primer dispositivo con Windows y procesador ARM que vemos recientemente. Samsung nos mostró el Galaxy Book S este pasado mes de agosto y nos promete una autonomía mucho mayor. Claro está, es más grueso y pesa ligeramente más. Pero mientras la cifra que promociona Samsung es de 23 horas, con la Surface Pro X el dato de autonomía que nos dan es de 13 horas. Bastante menos, aunque no comparables ya que las primeras son de reproducción de vídeo y Microsoft nos da el dato de uso promedio. Un apartado, el de la batería, que la Surface Pro X redondearía con una carga rápida capaz de alcanzar el 80% en una hora.
Respecto al almacenamiento, partimos de los 128GB y no hay posibilidad de expansión. Sin embargo, Microsoft permitirá que técnicos autorizados puedan intercambiar el SSD por otro. Sin impedir técnicamente que un usuario con conocimientos pueda realizar ese cambio.
Slim Pen, un accesorio a la altura pero sin sorpresas
En esta Surface Pro X se nos presenta el Slim Pen. Se trata del lápiz digital de Microsoft para poder dibujar y utilizar en el dispositivo. Llega junto con la Alcantara Cover y dispone de su propio hueco donde depositarse y cargarse. Al contrario que con la Surface Pro 7, aquí no tenemos carga magnética en un lateral. Personalmente tengo sensaciones encontradas, por un lado prefiero la imantación del modelo anterior pero por otro lado me gusta que se pueda ocultar el Pen de manera fácil.
El Slim Pen como tal es un lápiz ligeramente plano, algo corto y con una zona en la parte superior que nos servirá para borrar. La sensibilidad es correcta, aunque en este aspecto Microsoft no ha sorprendido pues el nivel de precisión no parece estar en un punto superior. Habiendo probado el Apple Pencil y el S-Pen, creo que estos dos son mejores opciones.
Sí se agradece que Microsoft haya presentado diferentes novedades entorno al Slim Pen, principalmente pequeñas herramientas en su suite de ofimática. Por ejemplo, con Microsoft Word o Excel podremos escribir a mano los números y la Surface Pro X los reconocerá y añadirá en la casilla. Sencillo pero muy útil. De la misma manera, si hacemos un pequeño garabato como borrando una palabra, frase o número, la Surface también lo reconocerá y nos lo borrará.
Han habido otras más potentes o innovadoras, pero esta Surface Pro X es la más relevante este año
La Surface Pro 7, en su versión con el procesador Intel i7, es más potente que esta Surface Pro X. ¿Por qué interesa este convertible entonces? Algo parecido podemos pensar de las nuevas Surface Neo y Duo con doble pantalla. Microsoft ha desvelado un gran número de productos en su evento Surface y seguramente todos los flashes hayan ido a parar a los modelos más innovadores. Lo que ocurre es que hasta finales del año que viene no podremos probar a fondo esos convertibles.
Surface Pro X es la apuesta de Microsoft para demostrarnos que Windows con ARM está listo para la primera línea de batalla.
La Surface Pro X es el modelo de Surface donde Microsoft ha puesto más empeño este año. La empresa de Satya Nadella quiere liderar los dispositivos de la próxima década, pero saben que todavía falta un tiempo para que Windows 10X sea la opción principal. Si bien, tampoco quieren seguir apostándolo todo a una Surface Pro 7 que ya es toda una veterana y no ofrece la movilidad que sí tenemos en otras alternativas.
Esta Surface Pro X es el modelo a mitad camino entre lo que viene y lo que sabemos que funciona. Un convertible 2 en 1 que mantiene el alto nivel de construcción de la familia Surface pero se adentra en el camino de la movilidad ofreciendo un procesador ARM propio, una pantalla táctil de gran calidad y una versión de Windows 10 que parece lo suficiente madura como para ampliar su compatibilidad con otras arquitecturas. Una Surface con LTE y un diseño más parecido a lo que muchos usuarios desearían.
Ver 39 comentarios