Corea del Sur

Unas imágenes en vídeo filtradas muestran lo que parece un "juicio popular" en el que dos adolescentes norcoreanos son condenados por consumir series de televisión producidas por los vecinos del sur.

BOE y TCL, los dos mayores fabricantes chinos de paneles LCD, planean controlar más del 50% del mercado global derivado de la producción de estas matrices en 2026. En tan solo dos años.

La firma tenía un meticuloso plan que funcionó durante varios años.

La economía de Corea del Sur depende profundamente de su industria de los circuitos integrados. El 18,9% de las exportaciones de este país asiático en 2022 fueron semiconductores, y probablemente su volumen ha sido similar en 2023.

Igual que un Lego, pero pensado para resolver la escasez de vivienda.

El incremento de la retórica belicista de Corea del Norte amenaza tanto esta industria como otras cruciales para Corea del Sur.

De distopías ultraviolentas a romanticismo adolescente. Las ficciones de más éxito del momento son coreanas.

Para el Gobierno de Corea del Sur su industria de los semiconductores tiene un rol estratégico, al igual que las de la producción de paneles OLED o la fabricación de baterías.

El consumo de carne de perro ha caído drásticamente en el país asiático en las últimas décadas, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

Un martillo, un pasillo y a vengarse.

EEUU, China, Taiwán, Países Bajos y Japón acaparan la atención en el ámbito de la industria de los semiconductores, pero hay otro actor extraordinariamente relevante que a menudo pasamos por alto: Corea del Sur.

El lanzamiento del primer satélite militar de Corea del Norte provocó sanciones de Estados Unidos y sus aliados, pero Corea del Sur hizo lo mismo.