A muchos usuarios nos gusta tener buen ordenador, adecuado a las expectativas para poder revisar los correos, o para ver una buena película en casa, redactar algún documento o usar aplicaciones específicas, pero no nos engañemos, también nos encanta jugar.
El ordenador siempre ha sido uno de los mejores lugares donde echar una partida a cualquiera de nuestros juegos favoritos, desde la época de las aventuras gráficas hasta los actuales juegos de alta definición. La duda que asalta a muchos compradores es, ¿necesitamos un maquinón para jugar a todos los juegos?
Jugar a lo último, el dilema de todo gamer
Cuando nos decidimos a comprar un ordenador, sobre todo si nos hacemos con uno enfocado exclusivamente a jugar, nos asalta el dilema de: ¿necesitaremos gastarnos mucho dinero y tener lo último de lo último para jugar?
Es importante fijarnos bien en los componentes: un disco duro veloz, a poder ser un disco duro SATA a 7200 rpm o, mejor aún, un SSD, una buena pantalla en alta definición, para que los colores y gráficos luzcan genial, y unos altavoces de calidad, para una inmersión total.
¿Podremos jugar a lo último entonces? Eso lo deciden otros dos componentes cruciales: el procesador y la tarjeta gráfica que use el sistema. Según su potencia e incluso su generación, podremos ejecutar unos u otros juegos.
Un buen procesador, una pieza vital
Por ejemplo, tenemos que fijarnos bien en todos los aspectos de los procesadores que montan los nuevos ordenadores: ¿qué potencia tienen? ¿cuántos núcleos usan? ¿de qué gama son? ¿de qué generación son?
El procesador (o CPU) es, dicho de forma rápida, el “cerebro” de un ordenador. Es el que traduce y procesa todas las instrucciones y órdenes de todos los demás chips y periféricos que se conectan al equipo. Según la arquitectura que usen, el número de núcleos y la velocidad con la que trabajen, podrán mover más información.
Ahora mismo, los procesadores estándar en cualquier ordenador suelen ser los procesadores Intel Core, aunque también encontramos modelos con procesadores AMD. Volviendo a los procesadores Intel Core, estos cuentan con varias gamas: i3, i5, e i7, que van de menor a mayor potencia y capacidades.
Dentro de cada gama, los procesadores incorporan cada vez más velocidad y más núcleos. También importa la generación de los procesadores, que ahora mismo se sitúa en la 5ª y 6ª, aunque aún encontramos modelos actuales con generaciones anteriores, totalmente funcionales.
La tarjeta gráfica, ella es la protagonista
Pasamos a la tarjeta gráfica, el otro componente importante con el que contar si queremos un ordenador competente para jugar. La tarjeta gráfica es el componente encargado de transformar los datos que procesa nuestro ordenador en imágenes, y gestiona una gran cantidad de potencia de procesado para procurar que estos datos visuales lucen de la mejor manera posible, de ahí su uso independiente de memoria.
Actualmente el mercado está representado en su mayoría por 3 fabricantes concretos de tarjetas gráficas (también conocidas como GPU): Nvidia, AMD e Intel. Nvidia y AMD (que compró la empresa ATI) siempre han sido, desde hace un par de décadas, las empresas que han competido por dominar el mercado de las tarjetas gráficas.
Nvidia resulta ser la vencedora actual, con la mitad del mercado para ella sola, pero AMD e Intel también cuentan con soluciones a la altura. Nvidia cuenta con los chips más avanzados y vendidos, pero AMD también evoluciona a paso firme a precios más populares que Nvidia.
Intel juega en otra liga: incorpora sus chips gráficos dentro de los procesadores que fabrica o junto a ellos, por lo que un portátil con procesador Intel Core actual posiblemente incluirá una tarjeta gráfica Intel de serie, además de una extra fabricada por Nvidia o AMD, alternando entre ambas según la exigencia de procesamiento gráfico requerida.
Las tarjetas gráficas de referencia actualmente son las Nvidia GTX 960/970/980 y las AMD R9 380/390. Generalmente cuentan con varios GB de memoria exclusivos, normalmente 2 o 4 GB. Cualquiera de ellos no ofrecerá un rendimiendo adecuado en juegos actuales, aunque, a mayores capacidades, mejor rendimiento, como es lógico.
Pero, ¿es necesario tener lo último para poder jugar?
La respuesta es NO. No hace falta que nos compremos un ordenador con lo último en procesador o tarjeta gráfica si no nos pensamos dedicar al gaming de forma competitiva. Un buen equipo, solvente y con componentes a la altura, será más que suficiente.
Si nuestro presupuesto es ajustado a la hora de buscar un ordenador para jugar, podemos decantarnos por cualquier modelo de generación anterior a la de este momento: rendirá de forma fluida durante unos años.
Tengamos en cuenta que las mejoras en procesadores, tarjetas gráficas y componentes en general, normalmente se centran en la evolución de las arquitecturas, y la capacidad de procesamiento.
Si incorporan novedades para potenciar ciertos aspectos de un juego (humo, partículas) no podremos aprovechar plenamente estas mejoras hasta pasado unos meses e incluso años, posiblemente no necesitemos tanta novedad hasta, quizá, nuestro próximo ordenador.
Ajusta las configuraciones adecuadamente
En el equipo que podemos ver en la imagen, un Asus ZenBook Pro UX501, seremos capaces de ejecutar cualquier juego actual con una soltura máxima, como podemos ver en las capturas que adjuntamos durante todo el artículo.
Si tenemos dudas sobre sus límites de potencia, siempre podemos recurrir a aplicaciones de benchmarking como 3DMark, Unigine o Furmark, que pondrán a prueba distintos aspectos de nuestra tarjeta gráfica y procesador.
En el modelo que hemos usado para la prueba, contamos con un procesador Intel Core i7 4750HQ, uno de los mejores estandartes de la 4ª generación de procesadores Intel Core. Le acompañan la GPU integrada Intel® Iris™ Pro Graphics 5200 y una tarjeta gráfica independiente Nvidia GeForce GTX 960M.
Como podemos comprobar, es un equipo a la altura de las expectavivas, teniendo en cuenta incluso que existen modelos más potentes y actuales, y es algo que podemos comprobar cuando arrancamos un juego.
En este caso hemos probado juegos recientes como Trine 3, Mad Max, o el popular Grand Thef Auto V. Todos ellos han logrado correr a prácticamente la máxima potencia de forma holgada, a unos 50 cuadros por segundo de media.
El único inconveniente destacable lo hemos encontrado al subir el nivel de detalle de ciertos elementos como reflejos, nieblas, humo o el Antialiasing (que reduce los dientes de sierra y es un proceso que consume muchos recursos). De todos modos, asignando niveles moderados de todos estos ajustes (normalmente van de “bajo” a “alto”) el problema de rendimiento queda solventado y el resultado es notable, imperceptible en la mayoría de los casos.
Resultados de algunos benchmarks en el Asus ZenBook Pro UX501
3DMark 11 720p
Unigine Valley 1080p Ultra x4 Antialiasing
Furmark 720p x4 Antialiasing
Calidad por encima de cantidad
En resumen, a la hora de hacerte con un ordenador para jugar, si no te vas a dedicar a ello profesionalmente o si, sinceramente, no eres tan exigente, con cualquier buen equipo puedes cumplir perfectamente los requisitos de juego durante unos años. Este Asus ZenBook Pro UX501 es la mejor prueba. Busca buenos componentes, busca un equilibrio que compense al conjunto, y el resultado será realmente satisfactorio.
Si tu nivel es bastante más exigente, si buscas algo más avanzado, y lo que te hemos mostrado te sabe a poco (puede ser), no te preocupes, porque entonces tu lugar es la “Republic of Gamers” de Asus. Allí encontrarás lo que necesitas.
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