Casi tres años después de anunciar que vendían su división de televisores y pantallas al gigante chino TP-Vision y formaban una join venture con ellos, Philips ha confirmado que de sus televisores ya solo quedará el nombre.
Más o menos es lo que estos tres años ha estado ocurriendo, pero ahora, el 30% que todavía poseía Philips en la unión ha pasado a manos de TP Vision, que ya puede decir que es dueña de todo el negocio y procederá a integrarlo en su propia rama de televisores. Este acuerdo se tendrá que cerrar en este 2014 tras las correspondientes aprobaciones de los reguladores implicados.
Pese a este acuerdo, la relación entre ambas marcas seguirá adelante con la cesión de la marca Philips para los televisores a razón de un 2.2 % de los ingresos por ventas de esos televisores, con un mínimo de 40 millones de euros.
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