Tras las maletas y asientos, Lufthansa ha encontrado otra forma de encarecer los billetes de avión: 72 euros por emisiones

  • El precio del billete aumentará entre uno y 72 euros debido a una nuevo "recargo por costes medioambientales"

  • Lufthansa se escuda en el aumento de los costes derivados de la legislación europea

Lufthansa
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Los vuelos de Lufthansa serán más caros a partir de hoy, 26 de junio. La compañía va a empezar a cobrar un recargo de hasta 72 euros en los billetes expedidos desde hoy con el objetivo de sufragar el uso de combustibles más sostenibles y cubrir "parte de los costes adicionales en constante aumento" derivados de las exigencias medioambientales europeas. Pero empecemos por el principio.

Fit For 55. Así se llama el paquete de medidas para reducir las emisiones y luchar contra el cambio climático que la UE aprobó en 2021. Uno de los objetivo es aumentar el uso de combustibles sostenibles en la aviación (SAFs, por las siglas Sustainable Aviation Fuels) y, en ese sentido, para 2025 la proporción mínima de SAF debe ser del 2%. La cifra aumenta al 5% en el 2030; 20% en el 2035; 32% en el 2040; 38% en el 2045 y 63% en el año 2050.

Según recoge la CEOE (PDF), se estima que el uso de estos combustibles podría reducir significativamente las emisiones del transporte aéreo, que suponen el 2,5% de las emisiones de CO2 a nivel global. Sin embargo, en este informe apuntan que "este tipo de combustibles tiene un coste notablemente superior al de los combustibles convencionales" y que esto "plantea serias dificultades a esta política". El motivo es sencillo: el combustible ya representa el 25% de los costes operacionales del transporte aéreo, por lo que la adopción de los SAFs podría aumentar la cifra.

No solo eso. Otra modificación que contempla el paquete Fit For 55 es una reducción del régimen de comercio de derechos de emisión (EU ETS), que pasa a reducirse a un ritmo anual de un 2,2% (frente al 1,4% actual). Básicamente, una aerolínea puede pasarse del límite de emisiones a cambio de comprar los derechos de emisión de otras organizaciones que no hayan llegado al límite.

Las aerolíneas pueden compensar sus emisiones comprando derechos de emisión a otras aerolíneas

Pongamos que el límite es de 100 toneladas de CO2. La aerolínea A ha emitido 140 toneladas y la aerolínea B ha emitido 60 toneladas. Pues la aerolínea A puede comprar las 40 toneladas que le faltan a la aerolínea B para llegar al límite y estar "en paz". De no hacerlo, se enfrentaría a sanciones. ¿Qué pasa si reducimos este mercado? Que el precio de compra de los derechos de emisión aumenta, algo pensado para reducir el atractivo de comprar derechos de emisión y fomentar la inversión en renovables.

Repercusión en el usuario. Escudándose en este aumento de costes, Lufhtansa ha anunciado la introducción de un recargo por costes ambientales, recargo con el pretenden cubrir "parte de los costes adicionales" derivados por las exigencias previamente expuestas. Según explican desde la aerolínea, este recargo se aplicará a "todos los vuelos comercializados y operados por el Grupo Lufthansa con salida desde los 27 países de la UE, así como desde Gran Bretaña, Noruega y Suiza".

Tal y como recoge Lufhtansa en un comunicado:

[...] el grupo aéreo no puede soportar por sí solo los costes adicionales que surgirán debido a las regulaciones y que aumentarán gradualmente en los próximos años. Parte de estos costes previstos para 2025 deberían cubrirse ahora con el nuevo recargo por costes medioambientales".
Avión de Lufthansa despegando | Imagen: Lufthansa Avión de Lufthansa despegando | Imagen: Lufthansa

Hasta 72 euros. El importe del recargo variará dependiendo de la ruta y la tarifa y oscilará entre uno y 72 euros. De acuerdo a la operadora, "se cobrará a todos los billetes emitidos a partir del 26 de junio de 2024 y se aplica a las salidas a partir del 1 de enero de 2025". En cualquier caso, el coste final se mostrará durante el proceso de compra.

Volar es cada vez más caro (y tedioso). Esta es la última de las medidas adoptadas, pero no es la única que encarece el precio de los vuelos y empeora la experiencia de usuario. Por ejemplo, actualmente es frecuente tener que pagar por elegir asiento y no existe un estándar para el tamaño de la maleta de mano, sino que las medidas las fija la propia aerolínea, al igual que el cobro o no de la misma. Este cobro por la maleta de mano es algo que no debería suceder, pero sigue ocurriendo.

Mención especial merece el caso Ryanair, cuyo CEO ya adelantó que este verano los vuelos serían un 10% más caros para compensar los retrasos de los Boeing 737 Max 9. En el caso concreto de España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó un aumento del 4,09% en las tarifas aeroportuarias establecidas por Aena. Eso se traducirá, según Aena, en un aumento de unos 40 céntimos por billete.

Por último, tampoco está de más mencionar la iniciativa de United Airlines. La operadora, que trasladó a 145 millones de personas en el año 2022, pretende convertir las pantallas del sistema de infoentretenimiento en una plataforma publicitaria en la que mostrar anuncios.

Imagen | Lufthansa

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