Otra bici eléctrica, en otro proyecto que busca ayuda para salir adelante, ingredientes que nos suenan demasiado en este 2015 y gran parte del año pasado. Pero JIVR tiene algunos puntos interesantes para destacar, por lo que nos parece apropiado compartir la propuesta con vosotros.
En primer lugar se trata de un modelo plegable, que teniendo en cuenta toda la tecnología introducida, y el sistema de propulsión elegido, ya es un asunto que reclama nuestra atención. Especialmente al conocer su aspecto, muy limpio, con todo elemento bien escondido, ni cadenas de por medio.
Me parece que la JIVR Bike tiene mucho estilo, con un diseño en dos tonos - plateado y negro - que contrastan y parecen dividir la bici en dos partes bien diferenciadas. Estilo necesario si quiere asomar la cabeza en un mercado que puede saturarse en alternativas, y que normalmente está formado por clientes que cuidan su imagen, también la de los vehículos que eligen.
Como aquí lo que prima es el sistema para plegarla, su motor eléctrico, y la tecnología introducida, la mejor forma de conocerla es en un vídeo:
No es una bici para hacer una competición, el tamaño de rueda está elegido para que sea cómoda (20 pulgadas), pero también para que el resultado final una vez plegada, sea compacto. JIVR Bike pesa 15 kilos, parecido que una bici de montaña normal, pero con el sistema eléctrico integrado.
En comunicación con iBeacons
El manillar de la bici ha sido diseñado para colocar un smartphone sobre él, que con la aplicación JIVR podrá recibir la información de trayecto que envía la bici, y será conjugada con aquella que nos ofrece el servicio de mapas.
La comunicación se realiza mediante Bluetooth 4.0, pero sus desarrolladores han pensado que incluir soporte iBeacon daría mucho juego, para poner a la bici en comunicación todos los dispositivos compatibles que se encuentre a su paso.
No se dan demasiados ejemplos de su utilidad, pero entendemos que permitirá intercambiar información entre dispositivos, o realizar acciones de forma automática al encontrarse con balizas u otros vehículos. La compañía va a organizar algunos eventos para desarrolladores con la intención de darle vidilla a este asunto.
Tres modos de funcionamiento
La autonomía es de unos 32 kilómetros de vida en uso normal - tampoco hay sitio para más batería -, y la posibilidad de cargar a tope las baterías en unos 90 minutos. La velocidad máxima en su funcionamiento eléctrico es de 24 kilómetros por ahora.
Como podéis intuir, el motor de 350W está embutido en la rueda trasera, al final del cuadro plateado - confeccionado en carbono y aluminio -, que manda su fuerza a la rueda trasera, sin que se vean elementos móviles.
JIVR Bike se puede usar de tres formas: podemos elegir que la bici sea completamente eléctrica, que nos de asistencia a la pedalada, y que el peso de la marcha recaiga en los pedales. Está bien eso de que no hay transmisión por cadena, nos ahorramos suciedades, aunque posiblemente el mantenimiento sea más complicado.
Para el que le suene de haberla visto en otro momento, nuestros compañeros de Motorpasión Futuro hablaron sobre ella hace un par de años, cuando todo comenzaba, y se llamaba JIVE. Su paso en Kickstarter parece que está siendo fructífero: van por 20.000 de los 70.000 libras deseadas, y queda prácticamente un mes.
El precio que sus creadores quieren ponerle a JIVR Bike no es bajo - unos 1.000 euros -, pero no está nada mal para tratarse de un vehículo eléctrico, compacto, y con bastante tecnología de por medio. Hablamos de precios dentro de la iniciativa crowdfunding, cuando se convierta en un producto real, las cosas pueden cambiar, y normalmente, subir.
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