Xbox Series X, la nueva consola (o familia de consolas) de Microsoft, recién presentada en la entrega de los Game Awards 2019, no ha dejado indiferente a nadie. Por supuesto, ha llamado la atención por encima de cualquier otra cuestión su diseño, que recuerda más a una torre de PC que a una consola tradicional. Su estilo visual, relacionado -además, por supuesto, de su pretensión de dar un volantazo estético a las consolas de siempre- con temas de ventilación, ya es carne de meme. Pero no es el único enigma de la presentación.
De hecho, Microsoft ha dejado unas cuantas cuestiones en el aire, que resolveremos a lo largo de 2020, ya que la consola no llega hasta finales de año. Desde las más prosaicas, como el precio, a algunas que inciden en determinadas lagunas que han quedado después de que se hicieran públicos los abundantes specs del hardware. Esto es lo que aún no sabemos (y queremos averiguar lo antes posible) de Xbox Series X.
¿Qué novedades quedan por aclarar respecto al mando?
El mando de la consola es inalámbrico y se parece extraordinariamente al de Xbox One, al menos en su aspecto externo. Los sticks y los gatillos están dispuestos del mismo modo y, afirma Microsoft, "*el tamaño y la forma ha sido ajustado para acomodarse a las manos de un mayor número de personas*". Otra novedad es un botón al estilo del mando de PS4, con el que será más sencillo hacer vídeos y capturas de partidas. Era una de las grandes pegas de la Xbox One, que no supo anticiparse a la actual fiebre por compartir contenidos.
La cruceta ha sido rediseñada en un formato circular, también para aproximarse al extraordinario controlador Elite. Otra gran novedad es que será compatible con Windows, pero también con Xbox One, lo que hace pensar en una arquitectura tremendamente similar a la anterior consola de Microsoft. Queda, pues, preguntarse por los detalles: ¿hasta qué punto el cambio en tamaño (y, es de suponer, peso) será sustancial en esta nueva Xbox?
Para los jugadores de manos grandes o que, simplemente, no se sienten del todo cómodos con la extraordinaria ligereza del Dual Shock de Playstation, el mando de Xbox es, desde siempre una opción de control indiscutible, superior a cualquier otra consola. Cabe pensar que Microsoft lo sabe y no va a cambiarlo. Por otra parte, pronto resolveremos otras cuestiones como las horas de autonomía o la compatibilidad con otros sistemas de juego por streaming (aunque tratándose de Xbox, será posiblemente total).
¿Cuánto costará la consola?
Microsoft no ha anunciado el precio, sin duda aguardando a que Sony mueva ficha con Playstion 5. El precio suele ser uno de los elementos más comentados y discutidos de una consola, y a menudo tiene un peso específico esencial en las ventas de los primeros meses. Lo que sí sabemos es que la Xbox One original tenía un precio inicial de 399 dólares, y cien dólares más tanto la Xbox Elite como la Xbox One X.
Es muy posible que, puestos a especular, podamos apostar a que el precio de Xbox Series X estará cerca de estas dos últimas, en torno a los 500 dólares / euros.
¿Cómo funcionará la retrocompatibilidad?
Microsoft lleva un tiempo comprometida con asegurarse de que los jugadores de Xbox no pierdan sus juegos cuando pasan de una consola a la de la siguiente generación. Algo que les honra, teniendo en cuenta que Nintendo no lo hace por obvios y radicales saltos en términos de formato, y Sony parece que dio esa batalla por perdida después de que la primerísima generación de PS3 fuera retrocompatible por última vez.
Microsoft ha garantizado compatibilidad con "miles de tus juegos favoritos a lo largo de cuatro generaciones", lo que incluye todos los accesorios de Xbox One (de nuevo otro detalle que hace pensar en una consola que no es sino una evolución de la etapa anterior, más que un salto radical), y la continuidad en las suscripciones a los servicios de Xbox One. Continuísmo ante todo. También permanecerán las partidas guardadas y los Logros.
Una buena noticia para quienes están hartos de deshacerse de bibliotecas completas de juegos, y en lo que Xbox lleva trabajando desde que hizo compatibles por emulación individual cientos de juegos de Xbox 360 vía descarga si se tenían los juegos originales. ¿Será este un sistema similar, por definición más inestable y que da algún problema ocasional de compatibilidad y fallos de emulación en determinados juegos, aparte de que no se emula el catálogo completo? ¿O estamos ante una ejecución genuína del software original, aprovechando que no hemos perdido la unidad óptica? La mención de las cuatro generaciones hace guardar esperanzas, y un catálogo total de Xbox sería un auténtico hallazgo para los jugadores.
¿Cómo será la implementación final de las enormes promesas técnicas?
Hemos detallado las impresionantes especificaciones técnicas de la consola, acerca de las que Microsoft ha dado más detalles de lo habitual. Hay algunas de ellas que se han topado, sin embargo, con cierto escepticismo por parte de los jugadores, ya que en muchos casos se trata de cifras y specs técnicos y en frío, que pueden variar a la hora de ser aplicados a juegos reales.
Por ejemplo, cuando se habla de llegar hasta los 120fps en los gráficos, y que la consola está preparada para las 8K. Eso no quiere decir que ambas cifras sean constantes y continuas, y mucho menos que vayan de la mano. Para empezar, la mayoría de las televisiones ni siquiera son compatibles con esa tasa de refresco. Pero es que son cifras técnicas apabullantes y que veremos en muy rara ocasión, nos atreveríamos a decir que en muy pocos juegos y solo en momentos puntuales.
Algo similar cabe pensar del Ray Tracing por hardware, que veremos en juegos de muy altísimo nivel técnico, y en efectos ocasionales de reflejos. Recordemos que cuando Microsoft habla de un nivel visual nunca visto en los videojuegos, se refiere siempre a en comparación con las otras consolas. Un PC de alta gama siempre va a ser visualmente más potente que esta Xbox X Series. Quizás, incluso, la consola dé opción a desactivar alguna de estas mejoras gráficas, sobre todo en géneros que exijan mayor precisión y menos preciosismo gráfico.
Más creíble es la promesa de SSD de nueva generación para eliminar los tiempos de carga, sobre todo porque esa ha sido una de las grandes taras de la Xbox One, plagada de interminables periodos de espera. Cuando se empezaron a dar detalles de la entonces aún denominada Project Scarlett se hablaba del uso de SSD como memoria RAM virtual, lo que multiplicaría la velocidad. La pregunta es: ¿hasta qué punto la promesa de Microsoft de una reducción total de esperas ("eliminación total de tiempos de carga") se ajusta a la realidad? Para muchos, la idea de un acceso inmediato y sin cargas a juegos y partidas se antoja utópica: habrá qué ver qué uso se le ha dado a la SSD.
La consola tiene unidad óptica... ¿seguimos atados al formato físico?
Para muchos ha supuesto una sorpresa que la consola tenga unidad óptica, porque esto mantiene el formato físico y, con ello, le da unos años de margen a la supervivencia del mercado de segunda mano, al que Microsoft ya amenazó con los primeros rumores de una Xbox One en la que todos los contenidos serían descargables. Esto supone también un importante balón de oxígeno para un aspecto de las consolas que no se debe desdeñar por su interseccionalidad con otros sectores del entretenimiento: el cine en casa. Los formatos DVD y Blu-Ray están moribundos, pero esto también supone una prórroga de lo inevitable para ellos.
Todo nos lleva a lo que hace entender el nombre: que Xbox X Series no es el nombre de una consola, sino de una familia de consolas. Se rumorea desde hace tiempo que 2020 vería el lanzamiento no de uno, sino de dos dispositivos, el segundo sin unidad óptica, apropiado para quienes no usan la consola como reproductor multimedia o las plataformas de streaming les proporcionan suficiente calidad. Microsoft no es nueva en este campo: ya experimentó con ello con Xbox One S All Digital, y si los resultados le convencieron no sería de extrañar que diera otro paso en esa dirección, ahora con un posible lanzamiento simultáneo de ambas opciones.
¿Y el sueño del streaming? ¿En qué queda xCloud?
Eso despejaría las dudas en cuanto a la unidad óptica, pero hay otra cuestión que no se ha mencionado en esta primera toma de contacto: xCloud, el sistema de streaming de Microsoft que tan buenas impresiones está causando. Si 2019 nos ha dejado una impresión indeleble con los lanzamientos de Stadia o la propagación de dispositivos como Shield TV es que, estemos ahora mismo preparados o no, el streaming es una vía de futuro de la que no vamos a escapar. Y estamos deseando saber cuál es la opinión de Microsoft al respecto y cómo piensa afrontarla.
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