¿Sirve realmente de algo que reciclemos? Eso es lo que se preguntó Brandy Deason, una mujer que reside en Houston y que tuvo una idea para comprobarlo. En su ciudad se había impulsado una iniciativa teóricamente ambiciosa para reciclar, y Deason, que trabaja en una ONG que trata de proteger el medioambiente, quiso investigar qué tal funcionaba.
Para averiguar a dónde iba a parar el plástico que teóricamente reciclaba, colocó un AirTag en la bolsa de basura de plásticos, lo que le permitió luego seguir la pista a esa bolsa.
Uno pensaría que esos plásticos acabarían en un centro de reciclado, pero en realidad descubrió que acabaron en un vertedero de la empresa Wright Waste Management (WWM).
Los reporteros de CBS News intentaron acceder a dichas instalaciones, pero no les permitieron entrar. En lugar de esto, grabaron un vídeo con un dron y comprobaron que toda la basura que teóricamente se reciclaba con el programa Houston Recycling Collaboration (HRC) estaba apilándose allí y creando montañas de plástico de cerca de tres metros de altura.
El motivo parece ser que la planta de procesado y reciclaje de los plásticos aun no ha sido puesta en marcha por Cyclix International, una de las empresas que participan en el proyecto HRC. Según ellos es necesaria una cantidad inmensa de plásticos para procesar una vez se active todo.
Sin embargo, la planta no se abrirá hasta dentro de unos nueve meses y para entonces la cantidad de plásticos acumulados será inmensa, sobre todo ahora que el plan de reciclaje se ha ampliado a otras localidades.
Imagen | Onur Binay
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