Queda ver una confirmación oficial, pero podemos dar por hecho de que Fitbit se come a Pebble. Una noticia inicialmente desvelada por The Information, que poco más tarde los medios tecnológicos han ido atando cabos hasta convertirla en un hecho: un tweet borrado desde la cuenta de Pebble decía lo siguiente: ¯_(ツ)_/¯. Una forma gráfica de decir, ‘esto es lo que hay’.
Parece ser que los creadores de wearables van a arreglar la operación por bastante menos dinero de lo que se podría suponer, se habla de una cifra que se mueve entre los 34 y 40 millones de dólares. No sé si Pebble vale eso, o vale más, pero en el pasado tuvo oportunidad de ser comprada por mucha más cantidad.
Nos cuentan que la integración de Pebble dentro de Fitbit será importante, se habla incluso de la desaparición como marca en el mercado. Pebble se quedaría principalmente con su propiedad intelectual, y su software. Con este movimiento Fitbit buscaría consolidarse en el mundo de los smartwatchs, donde la compañía especializada en la cuantificación ha estado dando pasos tímidos.
El elemento más querido por Fitbit posiblemente sea el sistema operativo, o la propiedad intelectual alrededor de él. Le permitiría crecer en ecosistema de productos con mayor facilidad
La suma de Pebble va a rejuvenecer a Fitbit, actual líder del mercado wearable, principalmente por la fuerza que tiene con las pulseras cuantificadoras. Otro cantar es sacar la cabeza en el sector de los relojes inteligentes, donde hay gigantes como Apple, Samsung, o LG, a los que les está costando horrores hacer un producto que el gran público desee.
De éxito en Kickstarter a ser absorbida
Debemos recordar que Pebble ha ingresado más de 40 millones de dólares a lo largo de toda su carrera dentro de Kickstarter (desde 2012), diferentes campañas han puesto a la marca en el mercado, y no podemos negar que se ha hecho mucho conocida en poco tiempo, plantando cara a nombres consolidados en la electrónica de consumo.
Todavía recordamos como recaudó un millón de dólares en un día, también las críticas que ha soportado por seguir utilizando una plataforma de crowdfunding con sus siguientes productos: se supone que ya era una compañía consolidada, capaz de producir sin la ayuda del pueblo.
Podríamos decir que fue la primera en colocar en el mercado un smartwatch como tal, con su sistema operativo y funcionalidades básicas, un par de años antes de que otros tuvieran nada que ofrecer. Seguir evolucionando la idea ha sido complicado, con Time - más smartwatch - no han conseguido el empujón necesario para transformar a la compañía.
Sí, a Pebble la han querido otras empresas, podemos destacar un primer asalto por parte de la japonesa Citizen allá por 2015, en ese momento estaban ofreciendo 740 millones de dólares. El siguiente caso sonado es el de Intel, que puso 70 millones de dólares sobre la mesa para hacerse con la pequeña compañía nacida de Kickstarter.
El camino por delante se plantea complicado, posiblemente juntas tengan algo más que decir en un terreno que todos presumíamos más fértil como es el de los relojes inteligentes, difícil incluso para Apple o Samsung.
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