Que Pedro Duque lleva lo de ser astronauta muy dentro no es ningún secreto, y se lo notamos nada más sentarnos a charlar con él. Mientras los compañeros de sonido hacen una comprobación y todos contamos de uno a diez, él sonríe y lo hace de diez a uno, e incluso bromea con nosotros sobre la falta de plan de respaldo cuando, por problemas técnicos, tenemos que detener la grabación en vídeo de la entrevista durante unos minutos.
Entró por primera vez en la ESA, la Agencia Espacial Europea en 1986 y hasta entonces España solo había participado con proyectos muy básicos en la carrera espacial. Eso empezó a cambiar a finales de los años 80, aunque el gran impulso para la industria espacial española fue cuando, en 1992, Pedro se convirtió en el primer astronauta español.
Por poner a España en el mapa espacial y por sus más de 30 años de carrera dedicados a la ciencia y tecnología, Pedro Duque es el ganador del primer premio Xataka Leyenda, que le entregamos en la gala de los Premios Xataka 2021.
Pudimos charlar toda una mañana con él sobre muchos temas: su trayectoria, cómo está cambiando la carrera espacial y qué países la están liderando, qué posición tiene Europa o España en todo esto, cuándo llegaremos a Marte... Esto es lo que nos contó.
Entrevista completa en vídeo
Destino Marte: cuándo vamos a poner un pie en el planeta rojo
En 2021 estamos hablando mucho de la misión Perseverance, que está estudiando Marte y que ya nos ha dejado logros como el de Ingenuity, un pequeño helicóptero que ha sobrevolado el planeta rojo y que hemos pilotado desde la Tierra (que está a unos 55 millones de kilómetros, casi 145 veces la distancia entre la Tierra y la Luna). Mientras tanto, China y Emiratos Árabes Unidos tienen en marcha sus propias misiones al planeta vecino, y Elon Musk y su SpaceX tienen su Starship, aunque el magnate ya ha dado aviso sobre una posible bancarrota si no se dan prisa.
La gran pregunta entonces es: ¿cómo de cerca está el ser humano de llegar a Marte? ¿Cuándo pondremos un pie allí? Pedro Duque es claro en esto:
"Con las condiciones actuales y con la inversión que se está poniendo ahora, nunca. Entonces… hay que dar el siguiente paso, y yo tendría que ver cuál es el siguiente paso. Pero se podría, una vez que se ha hecho todo el desarrollo que es necesario de hacer en condiciones de la Luna (por ejemplo, viajes, conocer mejor, tener ciertas naves que estén probadas, que van y vienen y son usables para hacer el viaje largo), pues entonces… pongamos que, si eso tarda unos 10 años, pues otros 10 mínimo, mínimo, minimísimo".
Como vemos, para él es crucial que haya planes de financiación claros. Lo explica a continuación:
"El tiempo y el dinero son dos formas de medir la misma magnitud. Nosotros trabajamos por tiempo y nos pagan un dinero y al final termina por ser dos formas de medir lo mismo. Por lo tanto, ¿cuántos años tardaremos en ir a Marte? Yo creo que lo que tenemos que poner es: ¿cuántos años/trabajador? ¿Cuántas personas multiplicado por cuántos años harían falta para hacer todos esos desafíos? Para llegar a la Luna fueron unas 400.000 personas durante aproximadamente seis, siete, ocho… pongamos diez años. Pues cuatro millones de años hombre o años persona; años trabajador".
"Pero ahora mismo hay muy poca inversión, inversión del sentido de pagarle a la gente un sueldo para que no haga eso por las tardes, sino que lo haga durante todo el día. Yo creo que si verdaderamente se empieza a ver un empuje importante en el cual haya financiación pública para poner, por ejemplo, 100.000 personas a trabajar 10 años, ahí yo creo que con esa medida, si las cosas son normales y si no se producen decisiones muy especiales, ya podríamos llegar. ¿Cuánto tardaremos? Si son 100.000 personas, tardaremos diez años. Si son 200.000, a lo mejor lo hacemos en seis, porque la eficiencia no es la misma. Todo esto salvo que Elon Musk haga lo que dice que va a hacer con su fortuna, claro".
¿Por qué invertir dinero público para ir a Marte?
Sobre por qué invertir dinero público en la carrera espacial, Pedro aporta una interesante perspectiva que tiene que ver con el retorno de inversión en la propia economía del país que pone el dinero:
"En Estados Unidos todo el mundo se acuerda de que toda esa inversión que había, el 5% del presupuesto del gobierno, estaba en el programa Apolo (había 400.000 personas, se gastó una cantidad enorme de dinero público) y ha sido enormemente rentables. Es decir, el dinero público se ha multiplicado. Es una inversión buenísima porque durante décadas hemos estado comprando producto americano acordándonos de que estos fueron los que fueron a la Luna. ¿Cómo no van a hacer estos buenas lavadoras? Todo el mundo pensaba que el producto americano era mejor precisamente por eso, y le metieron precio más alto a un producto que a lo mejor era igual que el producto europeo pero que, la gente, pues lo compraba más por eso. Por haber estado en la Luna y porque, hombre, si tienen tecnología para ir a la Luna, ¿cómo no va a ser mejor? Pues por esto y tantísimas otras cosas".
"En España es imprescindible multiplicar por dos la inversión en ciencia e innovación, para poder estar, por lo menos, en la media de Europa"
¿Qué hay que hacer entonces según él? El primer punto tiene que ver, como ya ha dejado claro, con aumentar la inversión. En concreto, piensa que para España es "imprescindible multiplicar por dos la inversión en ciencia e innovación, para poder estar, por lo menos, en la media de Europa". El siguiente paso sería "coger todo ese conjunto completo de fondos públicos y tratar de utilizarlo de la forma más eficiente posible y que cuanto antes se conviertan en rentabilidad para la propia economía del país".
El segundo aspecto al que Pedro le da importancia es el de ilusionar a la población que, según él, es lo que hace que los jóvenes quieran estudiar carreras de ciencia o que se le dé importancia en la sociedad a la carrera espacial. ¿Cómo se hace eso? En sus palabras: "Tienes que entusiasmar a los jóvenes con que van a ser los primeros. O que van a estar por encima, o que van a estar por delante. No entusiasmas a nadie con que van a ser el último del pelotón". Duque también asume que todos los avances de la carrera espacial se pueden utilizar con otros fines: "La tecnología es neutra y cuando avanzas hacia lo máximo, pues siempre hay quién le encuentra alguna mala salida. Eso está claro. Pero, por otro lado, yo veo una carrera tecnológica totalmente legítima".
Con todo el dinero del mundo seguiría habiendo retos y problemas para llegar a Marte
En el hipotético caso de que se consiga la financiación suficiente, lo más inmediato sería solucionar los principales retos de llegar a Marte que, según Pedro, son:
"El reto gordo es la lejanía. Y, por supuesto, la radiación en todo el trayecto. Eso lo sabemos todos, que tenemos todavía que inventar algo. O mejor dicho, coger todas las diversas invenciones que se han hecho por parte de los científicos y por parte de los pensadores de la ciencia ficción, que algunos han hecho aportaciones bastante importantes y bastante plausibles, y ver qué es operativo y hacerlo. Y proteger a los astronautas y a quién vaya a Marte, durante el trayecto y también estando allí. Ahora mismo tenemos un sensor de radiación en Marte con el que ya tenemos una idea de cuánto hay que protegerles. Y luego, una vez que tengamos la radiación, claro, el problema es la lejanía. En la lejanía se traducen la dificultad de llevarles cosas. La cuestión es la supervivencia allí. El poder generar el aire de respirar, la comida de comer, el agua de beber y la energía"
Después de la financiación, los retos para llegar a Marte son la lejanía, la radiación y los repuestos: "Allí no hay ferretería"
¿Y una vez que estemos allí, qué problemas hay que resolver?
"Cuando ya pasas una serie de tiempo allí, el problema mayor es los suministros de repuestos. Allí no hay ferretería. Si tienes que llevar todos los posibles tornillos, todas los posibles juntas tóricas, grandes, pequeñas, medianas… Hay que pensar todo, de tal manera que el número de clases de repuestos sea la mínima posible si te quieres quedar ahí algún tiempo. Ese es justamente el motivo básico que se cargó la idea esta absurda de enviar una nave allí y que ya se quedaran. Es imposible, puesto que no hay repuestos para que se queden".
Primero hay que volver a la Luna, luego vendrá Marte... ¿y después?
El astronauta se mostró muy escéptico con llegar a corto plazo a Marte justo porque llevamos unos cuantos años intentando volver a la Luna sin éxito. Incluso la misión más tangible, Artemis de la NASA, es posible que no llegue como mínimo hasta 2026. Si aún no se ha hecho eso es, como recalca, porque no ha habido financiación.
Pero, ¿por qué hay interés en volver a la Luna? Por las posibilidades de encontrar nuevas fuentes de energía:
"Tenemos esa esperanza que nos llevó del análisis del regolito que nadie le dijo a Neil Armstrong que tenía que traer, pero que le pareció que entre las piedras le cabía la arena y la trajo, y ahí encontramos esa variante del helio que después los científicos de partículas se dieron cuenta de que, utilizada de cierta manera en reactores nucleares de fusión, que todavía no tenemos, pero lo mismo los tendremos, se producía el curioso milagro de que no se acumulaba radiación en ninguna parte del reactor por usar eso".
Adicionalmente a la esperanza por las posibilidades que tiene esa variante del helio, Pedro indica más razones para volver a la Luna, entre ellas, la minería:
"No hemos hecho ningún agujero gordo en la Luna y no sabemos qué es lo que hay si haces una minería, si a lo mejor tuvieras la suerte de encontrar suficiente material como para que merezca la pena el coste del transporte. La gente dice que la minería de la Luna quizás nos enseñe a hacer minería en los asteroides, que es donde ya sí que hay todos los materiales si pillas el asteroide adecuado. No lo sé. No sé cuánto tardará esto en ser sostenible económicamente y en que la gente se de cuenta que ya se puede hacer negocio. Voy allí, lo traigo, vengo para acá, me he gastado un montón de dinero, pero ahora saco más. Eso no sé cuánto va a tardar, pero lo que lo que está claro es que, según vas expandiendo el conocimiento y la tecnología, pues vas encontrando nuevas maneras de sacarle rendimiento, claro".
Le pedimos que no guardara su bola de cristal, y le preguntamos cuál sería el siguiente paso después de Marte:
"Uf… siendo Marte ya un objetivo de colonización que está bastante lejano de las posibilidades ahora mismo, más que nada en inversión tecnológica, pues ya, más de eso, no sé. Es decir, colocar gente permanentemente en Marte ya sería algo que podría tardar mucho tiempo y que sería un gran hito. Y quién sabe… Quizás, si se hace con el volumen adecuado, con lo que se está diciendo, y que haya una colonia permanente, no sea tan difícil, a partir de ahí, hacer lo siguiente. No lo sé. Dentro del sistema solar hay muy pocos sitios donde haya el más mínimo interés siquiera intentarlo, pero lo que está claro es que el Sol solo va a durar una cantidad determinada de años, que son muchísimos, pero en algún momento, dentro de 1.000 millones de años, pues la humanidad tendrá que ir buscando ya otro sistema solar".
La nueva carrera espacial: Estados Unidos, China, Rusia, el sector privado... ¿por qué hay tanto interés en conquistar el espacio?
Pedro no tiene dudas de que estamos ante una nueva carrera espacial y de que China es el actor que más rápido está creciendo: "Aunque todavía tienen una gran cantidad de tecnología heredada de Rusia, están sustituyendo por tecnología propia muy deprisa". Ante esto, cree que en los próximos años veremos una batalla por la que varios países intentarán ser la primera potencia en la conquista espacial. En esa lucha no solo están Rusia y Estados Unidos, sino que también se incluyen China y Emiratos Árabes Unidos que, como hemos comentado, tienen sus propias misiones e inversiones importantes.
Sin embargo, no hay que olvidar la incorporación de la empresa privada a la carrera espacial, como Space X de Elon Musk o Blue Origin de Jeff Bezos. ¿Qué opina de esta incursión privada? ¿Ayuda a que la carrera espacial avance?
"Sí, sí que ayuda, no se puede aplicar absolutamente a todo, hay que tener muy claro que esto es un proceso que se puede hacer cuando una parte de la tecnología espacial está lo suficientemente desarrollada como para pensar que ya se va a convertir en algo de mercado. Como se hizo con los satélites de la televisión, que empezaron con fondos públicos y ahora ya sólo los compran las empresas. Un ejemplo de esto es que ya han hecho un vuelo cobrando, en el que de los cuatro que iban dentro ninguno era verdaderamente un profesional de ir al espacio. Por lo cuál, han cobrado cuatro billetes en vez de uno o de tres".
Por tanto, concluye que si hay tanto interés por conquistar el espacio es, por supuesto, por intentar conseguir rentabilidad económica.
De manitas a astronauta: su trayectoria
Cuando empezamos a repasar su trayectoria con él, lo primero que Pedro nos confiesa es que de pequeño le encantaba arreglar cosas y conocer cómo funcionaban los aparatos por dentro. Si se rompía algo en casa, allí estaba él para intentar solucionarlo. Además, su padre era controlador aéreo y, como es lógico, tenía amigos pilotos, por lo que en las conversaciones familiares se hablaba mucho de aviones. Desde luego, no fue una sorpresa que decidiera matricularse en la carrera de ingeniería aeronáutica, aunque bromea diciendo: "si hubiera llegado antes andando desde el metro con mi amigo Pablo a otra [facultad], a lo mejor a Teleco, lo mismo me hubiera apuntado allí".
Cuando el hombre puso un pie en la Luna, Pedro tenía seis años, y nos cuenta que vivir esa "emoción mundial" le marcó: "Sé que dije que yo también quería ser astronauta", recuerda reconociendo que es algo que seguramente cientos de millones de niños en todo el mundo también sintieron. Sin embargo, la cosa se enfrió cuando su madre le dijo que "para eso tenía que ser estadounidense o ruso". Afortunadamente, cuando se licenció como ingeniero aeronáutico en el 86, las cosas estaban cambiando, incluso la posibilidad de tener una carrera en el sector aeroespacial no parecía tan imposible en España, como sí parecía serlo tan solo unos años atrás. Y así fue.
Todavía recién licenciado, en el mismo 1986, empezó a trabajar en GMV, una empresa de base tecnológica que, según rememora Pedro, entonces eran muy poco frecuentes en España. Él ya estuvo de becario en uno de los laboratorios asociados a esta compañía durante tres años, así que dar el salto fue natural, y dio la casualidad que GMV tenía mucha relación con la ESA, así que le enviaron a trabajar en asuntos de mecánica orbital y computación a Alemania, donde estuvo hasta 1992.
Mientras tanto, entre 1990 y 1992, decidió hacer las pruebas para astronauta, y las pasó. Cuando le preguntamos cómo es el proceso de selección de un astronauta, nos explica que, aparte de las pruebas de salud (físicas y psicológicas), "no se trata de sacar muy buenas notas en la universidad, que también se espera, sino que uno tiene que saber hacer cosas". Con esto se refiere a la capacidad operativa, que él define como "saber tomar riesgos que se controlan en base al conocimiento".
Esa capacidad ha ido modelándose con el paso de los años. Pedro nos recordaba que John Glenn, el primer estadounidense en orbitar la Tierra allá por 1962, le decía que en sus años se elegía a los astronautas pensando en "personas capaces de aguantar lo que hiciera falta". Era lógico teniendo en cuenta que los que vivieron aquello eran pioneros, nunca antes el ser humano había hecho nada de lo que estaban haciendo ellos. Posteriormente, el perfil de astronauta se ha ido acercando más a la figura de un científico que a la de una persona atrevida.
Entonces, en 1998, llegó la foto. Esta foto:
Se trata de la foto oficial de la STS-95 de la NASA, que es especial no solo porque fue la primera misión espacial de Pedro, sino porque a su derecha se encontraba el mismísimo John Glenn, toda una leyenda y uno de los Mercury Seven, los siete primeros astronautas estadounidenses. Glenn iba a volver al espacio 36 años después y Pedro nos cuenta lo muchísimo que pudo aprender de él, sobre todo de la parte más política, ya que él acabó siendo senador y estuvo muchos años presidiendo la comisión que decidía cuánto dinero público destinaba Estados Unidos a la NASA.
Eso sí, el aprendizaje fue en ambas direcciones y Pedro nos cuenta que le tuvo que enseñar cómo mandar un e-mail: "era un señor de 77 años que llevaba 25 años de senador con 40 personas que le hacían las cosas", aunque recalca que, al final, "de los años, de la experiencia, de la lucidez que tenía, era muchísimo más lo que nosotros aprendimos de él que él de nosotros".
Aunque desde que fue nombrado astronauta participó en varias misiones desde la Tierra (EuroMir 94 o Spacelab), su segundo vuelo se produjo en octubre de 2003, cuando subió a la Estación Espacial Internacional para la misión Cervantes, en la que hizo tareas de biología, física y observación de la Tierra, entre otras cosas. De entonces es esta simpática foto:
Empresario... y Ministro de Ciencia de España
Durante los últimos 15 años, Pedro ha seguido trabajando para la ESA, llegando a ser responsable del control y revisión de proyectos futuros, aunque también pidió una excedencia de unos años para dedicarse al sector privado, en concreto dirigiendo Deimos Imaging, una empresa dedicada a la observación de la Tierra con sus propios satélites y estaciones.
No hay que olvidar que en 2018 fue nombrado Ministro de Ciencia de España por Pedro Sánchez, labor que desempeñó hasta 2021, cuando fue sustituido por Diana Morant. Duque nos confiesa que su paso por la política le deja un balance positivo, con el que ha aprendido "muchísimo", y está especialmente contento por varias cosas: "yo creo que ha cambiado bastante el concepto de cuánto se debe invertir en Ciencia e Innovación en España, el concepto de qué se puede hacer y que la gente está formada en las universidades; el programa de emisiones, fomento de la innovación de España, es el mejor que hay en toda Europa… Hemos sacado programas de inversión en nuevas empresas de base tecnológica que antes no estaban, el estatuto del personal que está haciendo el doctorado...", aunque recalca que también ha habido obstáculos en el camino.
¿Y qué va a hacer Pedro Duque a partir de 2021? Nos dijo que está aún pensándolo. Sigue con su segunda excedencia en la ESA, aunque nos cuenta orgulloso que sigue pasando las pruebas de astronauta, así que, incluso a sus 58 años, podría volver mañana mismo al espacio. También se plantea fomentar el desarrollo de la innovación en España juntando más a centros de investigación e inversores, aunque es algo que aún no tiene claro y es consciente de que son muchas cosas y de que "no voy a poder hacerlas todas".
Punto extra: qué móvil, portátil y tecnología usa Pedro Duque
Para terminar la entrevista, le preguntamos a Pedro qué móvil, qué portátil y qué tecnología de consumo le gusta usar. Os dejamos aquí su respuesta, aunque ya adelantamos que prefiere el ecosistema de Apple, que no le convencen mucho las Smart TV's ni los altavoces inteligentes y que tiene su propio servidor Linux con OwnCloud en casa:
Por cierto, muy interesante... ¿Qué tecnología de informática usa @astro_duque? Nos desvela su equipo 😉 pic.twitter.com/iXvw5HGAqq
— xataka (@xataka) 26 de noviembre de 2021
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