Durante el Mobile World Congress 2018 hemos visto mucho enfoque hacia la movilidad del futuro y a la transición del coche de propiedad privada a servicio compartido. Pero para que eso ocurra, al menos en las grandes zonas urbanas, es posible que el coche como tal tenga que cambiar.
Y no me refiero a añadirle sensores y accesorios como ya hemos visto con el León Cristóbal de Seat, sino de cambios más profundos. Repensar la idea de coche y enfocarlo para que su función principal sea la de prestar servicio en las ciudades. Mercedes, a través del concepto Smart Vision EQ, ya nos puede enseñar su idea.
Eléctrico, autónomo y pensado para sustituir el coche en propiedad
Hemos podido ver el prototipo de este concepto en el Mobile World Congress 2018, aunque no es nuevo: también vimos una versión del coche en el Salón del Automóvil de Frankfurt del pasado mes de septiembre. La clave: eliminar el volante y centrarse en el transporte de sólo dos ocupantes.
Cómo no, el coche es completamente eléctrico y autónomo. Formaría parte de un servicio con el que, desde tu móvil, podrías solicitar que el coche venga a buscarte y llevarte a algún sitio. También habría la posibilidad de compartir el trayecto con otra persona que vaya al mismo destino o a alguno que pille de camino, todo el proceso se haría de forma transparente usando la aplicación.
El Smart Vision EQ tiene una pantalla en su frontal, cuyo objetivo es informar o alertar a las personas que haya alrededor. Puede usarse en un paso de cebra para indicar a alguien que puede cruzar, o simplemente para informar de que el coche está yendo a buscar a una persona que ya ha hecho una reserva y que por lo tanto el vehículo no está disponible. En el vídeo del concepto podemos ver cómo la persona que lo ha reservado ve su nombre en la pantalla para confirmar que ese es el coche en el que debe subir.
Dentro del coche nos encontramos con dos asientos amplios, pensados para llevar a personas que no tengan demasiado equipaje. Sustituyendo al volante tenemos una gran pantalla táctil, que puede usarse para ver vídeos mientras estamos viajando o confirmar que queremos compartir el trayecto con otros usuarios del servicio. Las puertas laterales se abren deslizándose circularmente.
Por supuesto, el coche dejaría en el destino a sus ocupantes y él mismo se encargaría de aparcar o de ir a buscar a otras personas. Al ser pequeño, podría estacionarse en espacios donde un coche convencional normalmente no cabría. Y en las ciudades, donde cada vez se hacen más esfuerzos para que el coche no monopolice todo el espacio disponible, eso es valioso.
Además, no es una idea aleatoria que el Smart Vision EQ tenga sólo dos plazas. La mayoría de los coches que van y vuelven del trabajo en las grandes ciudades tienen un mínimo de cuatro plazas, pero sólo se usan una o dos. De este modo se optimiza el espacio disponible.
No es que Mercedes crea que esto es el futuro de absolutamente todos los coches: estamos viendo un concepto que se aplicaría sólo en las grandes ciudades. El coche en propiedad no desaparecería ni mucho menos, pero sí que para todas las personas que vivan en esas ciudades podría dejar de tener sentido. Y hay que recordar que cada vez somos más los que vivimos en núcleos urbanos y no en zonas rurales.
Mercedes ve un servicio de coches bajo demanda compartidos como algo cotidiano en 2030. ¿Es una predicción acertada? De momento el consenso está en que tendremos vehículos autónomos alrededor de 2020-2021, con cierto porcentaje de motores eléctricos en 2025. La tecnología para que esto sea posible ya está aquí, pero lo que tardará todavía más en llegar van a ser las leyes que regulen este tipo de servicios. Puede que sea por eso que en Mercedes hayan decidido ser cautos y apuesten por 2030.
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