Elon Musk participó en el evento anual de desarrolladores organizado por NVIDIA, y en su charla con Jen-Hsun Huang, el CEO del fabricante de chips gráficos, nos dio algunos titulares. El más importante: el de que los coches autónomos son el futuro. No un futuro. El futuro.
Musk cree que los coches conducidos por humanos acabarán siendo ilegalizados en favor de los que están conducidos de forma autónoma. ¿La razón? Las máquinas pueden conducir de forma mucho más segura, pero es que no es solo eso: los seres humanos acabaríamos siendo un riesgo en las carreteras.
El cofundador de Tesla comparaba la situación con la que se produjo hace décadas en otro sector con el que quiso destacar similitudes: "Sería como un ascensor. Antes había operadores para los ascensores, y acabamos desarrollando cierta circuitería sencilla para los ascensores de forma que se situaran en el piso en el que estás... con el coche sucederá exactamente lo mismo".
Conducir podría estar prohibido para los humanos en 20 años
Para Musk la conducción autónoma por parte de las máquinas haría necesario prohibir legalmente los coches conducidos por humanos, algo que según su opinión "es demasiado peligroso". El cambio, eso sí, será muy lento, y es que entre otras cosas el parque automovilístico a nivel mundial cuenta con 2.000 millones de vehículos.
La transición a un mundo en el que todos los coches sean autónomos llevará 20 años según sus palabras, ya que entre otras cosas la producción global de vehículos asciende a 100 millones de nuevas unidades al año. En Tesla ya hace tiempo que investigan en este terreno y el propio Musk indicó el octubre pasado que están trabajando en un modelo que sería capaz de conducir de forma autónoma en un 90% de los casos.
El discurso de Musk contrasta con su opinión sobre el futuro de la inteligencia artificial, un tema en el que según su opinión hay que andarse con pies de plomo. No en vano Musk es cofundador de la asociación Future of Life que trata de establecer guías de adopción y desarrollo de esta disciplina. Aquí hay un debate ético planteado de forma muy potente y sobre el que ya tuvimos mucho que decir en Xataka -leyes de la robótica incluidas-, y es que las implicaciones de ese salto a un mundo sin conductores humanos son enormes.
En esa transición hay dificultades que superar, como la conducción a bajas velocidades -la parte más difícil y en la que pueden "ocurrir un montón de cosas inesperadas"-. Para ayudar en esa conducción compañías como NVIDIA disponen de soluciones como Drive, que aprovechando la tecnología de la empresa es capaz de identificar personas, señales de carretera y otros objetos además de disponer de un sistema de aprendizaje que mejora el comportamiento con el tiempo.
A eso hay que unirle otras grandes incógnitas como la problemática de la seguridad en los coches -hackear los sistemas electrónicos de un coche parece tan factible como lo es ya en otros tipos de sistemas- o tomar la decisión adecuada -si es que existe- en situaciones en las que ante un posible accidente la máquina deberá elegir entre proteger a los pasajeros o a personas que estén en el exterior.
Vía | The Verge
Más información | NVIDIA Webcast
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