A la semana de que aterrizaran en cines, ya se hablaba de ellos como dos de los mayores pinchazos financieros del año: 'Red One', la película en la que The Rock y Chris Evans rescatan a Papá Noel y 'El Señor de los Anillos: La guerra de los Rohirrim', la producción animada que adapta la obra de Tolkien y que sirve como precuela de las trilogía de Peter Jackson. Y sin embargo, unos días después ya se habla de que tanto una como otra podrían relativizar su fracaso.
Pinchazos, sí, pero. Conviene dejar claro por anticipado que ambas películas han sido descalabros en taquilla sin demasiados paliativos. 'Red One' costó 250 millones de dólares (bastante más de lo que debería una película de esas características) y lleva recaudados 176 millones con una posible caída en picado en semanas posteriores por su llegada a Prime Video por sorpresa (motivada, quizás, por ese mismo pinchazo en taquilla). Mientras, 'La guerra de los Rohirrim' tuvo 30 millones de presupuesto, se estrenó primero en mercados internacionales y recaudó solo dos millones, más 4,6 en Estados Unidos una semana después.
Dónde está el matiz. En cómo se calibran ahora los éxitos y los fracasos de taquilla. Antes de la llegada de las plataformas de streaming, una película que pinchaba en salas se consideraba un fracaso prácticamente irredimible, aunque siempre ha habido excepciones: películas que funcionaban justitas en taquilla y en el mercado del alquiler recibían un empuje que las convertían en fenómenos de culto e incluso abrían la puerta a secuelas: 'Cadena perpetua', 'El club de la lucha' o 'Austin Powers' son algunos ejemplos. Ahora se suma la variante del streaming.
Récord en Prime Video. En apenas cuatro días, 'Red One' ha conseguido 50 millones de visionados en todo el mundo en solo cuatro días, un récord de visionados que ostentaba 'Road House', que tardó dos semanas en llegar a esa cifra. ¿Compensa eso la pérdida de dinero en taquilla? Por descontado, no. Pero a Prime Video le compensa de forma directamente menos tangible: incremento de suscripciones y competición con superpotencias de las producciones navideñas como Disney y Netflix en su propio terreno.
Cambio en la métrica de éxito. Nos hemos acostumbrado a valorar el éxito o fracaso de las películas mediante métricas que van más allá del dinero o el número de espectadores: número de visualizaciones, tiempo de reproducción o crecimiento de suscripciones aparejados a un estreno son nuevos valores de cambio en estos tiempos híbridos. También se valora el contenido a largo plazo, cuánto tiempo una película está "en la conversación", meses más allá del momento de su estreno. 'Red One' no es, a todas luces, un éxito para Amazon, pero la buena prensa generada por su récord y por una nueva oleada de espectadores puede llegar a diluir la sensación inicial de "fracaso".
Fracasos en tiempos de franquicias. Otro tipo de fracaso relativo es el de 'La guerra de los Rohirrim'. A las puertas del fracaso en taquilla, Warner comunicó que "La guerra de los Rohirrim se aceleró para garantizar que New Line Cinema no perdiera los derechos de adaptación cinematográfica de las novelas de Tolkien mientras el trío de LOTR (Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens) trabajaba en una visión creativa para las siguientes películas de acción real". De ahí que, por una parte, su aspecto final no haya sido tan satisfactorio como se esperaba y que la inversión de 30 millones esté dentro de márgenes de pérdidas controlados, a la espera de un taquillazo venidero como el que se espera para próximas producciones. Salvar la franquicia, condenar el estreno.
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