Llevamos una semana oyendo hablar de 'Cats', la película musical basada en la obra de Andrew Lloyd Webber en términos que posiblemente no son los que a sus responsables les habría gustado. Para empezar, las primeras críticas fueron demoledoras. Demoledoramente creativas: a veces parecía que estuviéramos leyendo un relato de Lovecraft, los testimonios de quienes se han visto en presencia del gran Cthulhu y han empezado a perder la cordura.
"¿Cómo de loca es 'Cats'? En un momento dado, un amigo que se sentaba a mi lado literalmente se dejó caer por el asiento y gimió '¡Paraaaaaad! ¡Paraaaaaad!. 'Cats' había roto su mente, ahora y para siempre", decía el crítico de ScreenCrush Matt Singer. "Dato real: volví a casa después de ver 'Cats' y no pude mirar a mi propio gato a la cara durante una buena una o dos horas", afirmaba Jen Yamato, de LA Times. "Un fiasco hipnóticamente feo que te hace sentir como si tu cerebro hubiera sido devorado por un parásito", sentenciaba Robbie Collin, de Telegraph. Esto, entre muchas otras reacciones enloquecedoras.
La taquilla de su fin de semana de estreno (donde Universal eligió competir nada menos que con 'Star Wars: El ascenso de Skywalker') ha sido desastrosa. Deadline califica de "calamidad" sus ridículos 6,5 millones de dólares de recaudación, muy por debajo de sus ya modestos 15 millones a los que apuntaban las previsiones. A Universal le suelen funcionar las adaptaciones de musicales, como demostraron bombazos como 'Mamma Mia' o 'Los miserables'. Los cuatro mil millones de dólares recaudados por 'Cats' desde su estreno en 1981, convirtiéndose en el cuarto musical de Broadway más longevo de todos los tiempos, parecían una garantía de éxito.
El problema de los efectos
Lo curioso es que, sobre el papel, la película no estaba mal planteada: argumento y canciones han demostrado su efectividad en Broadway, hay estrellas pop para atraer a público más joven (Taylor Swift y Jason Derulo), y nombres de prestigio como Jennifer Hudson, Judi Dench, Ian McKellen o Idris Elba. El problema han sido, sin duda, los efectos especiales, que lejos de apostar por el atractivo camp de disfrazar a personas de gatos carnavalescos o lanzarse en plancha por la animación pura, han optado por engendros CGI que dejan ver los rostros de los intérpretes originales.
Según iba avanzando la producción, iban llegando rumores de que 'Cats' podía estar abocada al desastre: estaba previsto que un trailer acompañara el estreno del reboot de 'El Rey León', pero no hubo éxito. Tom Hooper, ganador de un Oscar por 'El discurso del rey', firmante de la mencionada 'Los miserables' y la prestigiosa 'La chica danesa', estaba retocando el montaje y los efectos la misma noche del preestreno de la película en Nueva York el pasado 16 de diciembre.
Pero la puntilla llegó con la insólita decisión de Universal, tal y como informa The Hollywood Reporter, de que una vez estrenada la película, se redistribuyera una versión con los efectos especiales retocados. El mismo día del estreno, Universal envió una nota informando a las salas de que recibirían una versión de 'Cats' con los efectos mejorados. Se trata de un movimiento sin precedentes y que demuestra hasta qué punto la producción de 'Cats' ha sido un caos (la parte buena, aunque posiblemente no muy honorable para Universal: 'Cats' tiene todas las papeletas para convertirse en una película de culto de la que seguiremos hablando durante años).
Hace unos meses veíamos cómo la película de 'Sonic the Hedgehog' retocaba el diseño de su erizo protagonista para adaptarse a las peticiones del público, una decisión también relativamente insólita y con un punto peligroso, pero el caso es diferente. Paramount tiene todo el legítimo derecho, se equivoque con ello o no, a adaptarse mientras está siendo producida a lo que perciba que son reacciones del público. Este paso que ha dado 'Cats' es algo que hasta el momento solo habíamos visto en los videojuegos, donde se pueden encontrar fallos en los lanzamientos que hayan pasado desapercibidos para los equipos de testeo.
En teoría, la nueva película llegará hoy a los cines y sabremos si las correcciones son notables (entre los rumores: zarpas para los gatos en vez de manos humanas) o son simplemente retoques mínimos. En cualquier caso, abre una vía para el cine favorecido por la distribución digital, ya que una decisión de este calibre habría sido logísticamente imposible en los tiempos del celuloide. Después de las versiones retocadas por George Lucas de 'Star Wars' o los director's cut destinados a menudo para el mercado doméstico (decisiones creativas que pronto se vieron convertidas en eventos comerciales), ¿podría ser este el primer paso hacia un futuro de películas mutantes y nunca definitivas?
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