Las pasiones es lo que tienen. Sabes cómo empiezan, no cómo acaban. Cuando Miguel Ángel Gimeno empezó a reunir libros, cromos, figuras, posters, réplicas de armas y demás merchandising inspirado en 'El Señor de Los Anillos' guardaba las piezas como un tesoro en casa de su madre. Ahora, más de 20 años después, puede presumir de ser uno de los grandes coleccionistas del universo de JRR Tolkien. Tal tamaño ha alcanzado su tesoro que lo guarda en naves en las que sus piezas de Gollum o Gandalf comparten espacio con otras de 'Star Wars' o Marvel.
Las pasiones, ya se sabe.
Desde esta semana y hasta el 23 de julio parte de la colección de Gimeno podrá visitarse en el Centro de Arte Alcobendas, en la que ya se anuncia como la mayor exposición sobre 'El Señor de los Anillos'. Y si bien es verdad que los apasionados al universo de Tolkien son legión y el coleccionismo de figuras de las películas de Peter Jackson está extendido, la muestra de Gimeno tiene bazas para serlo.
Más de 25 años de pasión coleccionista
El montaje incluye 75 figuras, entre ellas tres de tamaño natural: una de Gollum, otra de Gandalf el gris y una espectacular escultura de un Uruk Hai de más de dos metros de altura. Quizás sean las piezas más llamativas, pero no las únicas capaces de asombrar los aficionados. La exposición incorpora atrezo original de la película o los cascos de elfos noldor, el capitán de los Rohirrim o los guardias de Minas Tirith. "Una exposición nunca antes vista", en palabras de sus responsables.
Todo acompañado de figuras a escala reducida, carteles, máscaras… La colección de Gimeno, al fin y al cabo —y como explicaba hace poco él mismo a la SER— se remonta a antes de que Peter Jackson estrenase su primera cinta de la saga.
"Empecé a coleccionar artículos relacionados con la saga hace más de 25 años", comenta el coleccionista, cuyo tesoro personal incluye por ejemplo un LP en el que puede escucharse al mismísimo Tolkien leyendo un extracto de 'La Comunidad del Anillo' o carteles y fotocromos de la película de dibujos animados sobre ‘El Señor de los Anillos’ dirigida a finales de la década de 1970 por Ralph Bakshi.
"Yo había leído antes los libros de Tolkien. Descubrí el mundo de 'El Señor de los Anillos' a través de la trilogía original, escrita por Tolkien", relata Gimeno: "Con el éxito de las películas empezó a producirse muchísimo material relacionado con el universo. Antes había algunas cosas, como primeras ediciones de 'El Hobbit'. Pero la eclosión de merchandising se dio después del estreno de las películas".
Gimeno empezó a los pocos, con piezas que acumulaba en casa de su madre cuando estaba soltero. Con el paso del tiempo y a medida que aquella colección exigía cada vez más y más espacio, necesitó sin embargo tirar de imaginación: pidió a amigos que le guardasen piezas en sus casas, las trasladó a la suya, alquiló espacio en un guardamuebles… Y por último echó mano de varias naves, en las que ahora da rienda a una pasión que se extiende al universo Marvel y 'Star Wars'.
"Para ser expuesta necesita logística e infraestructura. Las esculturas van en unas vitrinas que es necesario también almacenar, a su vez. Hace falta un equipo para el montaje", explica Gimeno: "Ha sido necesario crear una infraestructura propia".
Dinero y espacio no son lo único que hace falta para conseguir un tesoro como el que ahora se expone en Alcobendas. Hay un tercer ingrediente, tan o incluso más necesario: dedicación. Horas y más horas navegando por Internet, leyendo foros y negociando por teléfono con posibles vendedores. "El mundo del coleccionismo requiere mucho tiempo. Para mí era importante que todo ese esfuerzo pudiera disfrutarlo la gente, poder compartirlo", confiesa Gimeno a la cadena SER.
Algunas de esas piezas requirieron de un esfuerzo especial o se han ganado un lugar destacado en las estanterías y naves de Gimeno, como las figuras de los 13 enanos de 'El Hobbit'. "Me costó mucho reunirlos, un trabajo muy laborioso".
Otra de las peculiaridades de las pasiones, cuando son auténticas, como la de este coleccionista por la saga del anillo, es que resultan insaciables. Ni las 75 figuras de la exposición de Alcobendas ni el resto de material que conserva a buen resguardo han sido suficientes para saciar su sed de revivir el mundo de Tolkien.
En su particular carta para los Reyes aún quedan piezas soñadas, como una réplica de la espada de Gandalf el gris o una primera edición del Hobbit, una joya para sus incondicionales por la que puede llegar a pagarse una buena suma.
Es lo que tienen las pasiones, ya se sabe.
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