Un grupo de científicos de IBM han desarrollado un tipo de cartucho que cabe en la palma de la mano y en el que han almacenado 330 terabytes de datos sin comprimir.
Este dispositivo hace uso de un tipo especial de cinta magnética que logra una densidad de 201 gigabits por pulgada cuadrada, que es 20 veces la densidad convencional de las cintas magnéticas de almacenamiento que se usan en la industria.
Las cintas magnéticas siguen teniendo sentido
Las cintas magnéticas que se ya se utilizaban hace 60 años fueron avanzando y de hecho se convirtieron en protagonistas con la era del cassette que inundó el segmento de la música y también el de la microinformática con los ordenadores de 8 bits. Esa presencia se mantuvo en los centros de almacenamiento en los que las unidades de cinta magnética han seguido teniendo una gran presencia por su reducido coste por gigabyte.
Esta nueva cinta ha sido fabricada en colaboración con Sony Storage Media Solutions, y según los responsables de su creación permitirá mantener la viabilidad de estas soluciones de almacenamiento durante la próxima década.
No solo eso: su aplicación en grandes centros de almacenamiento en la nube podría ser inminente. Aunque es cierto que el coste de fabricarla es algo más alto que la cinta magnética tradicional, "el potencial para soluciones de alta capacidad hace que el coste por terabyte sea muy atractivo, haciendo que esta tecnología sea muy práctica para el almacenamiento en frío en la nube".
Esto es, para datos que no es necesario mover constantemente desde la nube a otros dispositivos y que se mantendrán inmutables durante largas temporadas. En estos casos es en los que estas cintas magnéticas podrían ser interesantes para una industria que desde luego no parece tener límites en cuanto a sus necesidades de almacenamiento.
Vía | The Verge
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