Los fabricantes de semiconductores se encuentran sumidos en una extraña encrucijada. La coyuntura económica y política actual los ha colocado en una situación comprometida que hace tan solo un año posiblemente pocos analistas se habrían atrevido a vaticinar. A su favor juega un incremento sostenido de la demanda de chips que pisó el acelerador a fondo hace aproximadamente dos años y medio. Pero no todos los vientos soplan a su favor.
El diario The Wall Street Journal ha publicado una entrevista en la que Pat Gelsinger, el director general de Intel, explica con mucho detalle en qué situación se encuentra no solo su compañía, sino toda la industria de los semiconductores. Y es una posición peliaguda. El crecimiento de esta industria a medio y largo plazo parece estar garantizado, pero algunos indicios apuntan que en el corto plazo se está ralentizando. Este ejecutivo se ha mostrado preocupado. Y parece tener aún más razones para estarlo.
El coste de la energía, la recesión y el bloqueo a China preocupan a Pat Gelsinger
En un mundo globalizado como el actual pocas personas pueden mantenerse completamente al margen de los grandes movimientos económicos, políticos y sociales. Los bandazos impactan en las empresas, pero también lo hacen en mayor o menor medida en los ciudadanos. En las personas que estamos a merced de las grandes decisiones. La recesión económica a la que algunos países parecen estar abocados está provocando, según Gelsinger, que la demanda de chips se suavice perceptible y rápidamente.
En las circunstancias actuales es comprensible que esta tendencia inquiete a los fabricantes de circuitos integrados. No obstante, esto no es todo. La inflación desmedida que tanto nos está complicando nuestro día a día a los ciudadanos de a pie también está teniendo un impacto importante en los costes de producción de los chips. Gelsinger asegura que los componentes químicos y los equipos que necesita esta industria se están encareciendo. También lo está haciendo el transporte. Y, sobre todo, se está disparando el coste de la energía, algo que los ciudadanos también percibimos con claridad.
Gelsinger lo tiene claro: en 2025 Intel tendrá los mejores transistores y la mejor tecnología de integración
Gelsinger reconoce que esta coyuntura va a provocar que los fabricantes de semiconductores trasladen a los compradores el incremento del coste de algunos productos. Y sí, los usuarios ya lo estamos percibiendo si nos ceñimos al precio, por ejemplo, de los nuevos procesadores y tarjetas gráficas. Pero las malas noticias no acaban aquí. Este ejecutivo de Intel también se muestra preocupado por el impacto que ya está teniendo en la cadena de producción el bloqueo que el Gobierno estadounidense ha activado para impedir que las tecnologías avanzadas desarrolladas por su país lleguen a China.
"Desde un punto de vista geopolítico esto es inevitable", asegura Gelsinger. Según este ejecutivo dadas las circunstancias es crítico reconstruir la cadena de suministro con el propósito de limitar la dependencia que Occidente tiene de China. No obstante, los fabricantes de semiconductores estadounidenses van a recibir nada menos que 50 000 millones de dólares procedentes de las arcas del Estado para ayudarles a trasladar tantas plantas de fabricación como sea posible desde Asia a Estados Unidos. Así están las cosas.
En cualquier caso, Gelsinger también se ha desmarcado con algunas declaraciones que tienen un tono mucho más positivo. Y es que está convencido de que a finales de esta década la industria de los chips duplicará su volumen de negocio. Y, en lo que se refiere a Intel, vaticina que en 2025 su empresa tendrá los mejores transistores y la mejor tecnología de integración del mundo. Serán mejores que los de TSMC, según Gelsinger. Suena muy atrevido, pero ya veremos qué sucede. Al fin y al cabo solo tenemos que esperar poco más de dos años para comprobarlo.
Imagen de portada: Intel
Más información: The Wall Street Journal
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