Es oficial: vamos de cabeza a "un episodio de calor fuerte y anómalo" que empezará este fin de semana y se extenderá durante los próximos días. Y no, pese a que ya llega el verano y es esperable que empiece a llegar el calor, no tiene nada de normal.
Y es que, según los modelos, esperamos anomalías de más de 6 grados por encima de lo que ha sido "normal" para esta época del año.
El episodio, en cifras. Las aporta AEMET: máximas por encima de los 34 grados (por encima de los 40 en el sur y el interior) y mínimas por encima de los 15 grados (20 en el sur y el interior). Es decir, no solo es que los 40 grados van a debutar en buena parte del país, es que las noches se van a volver insoportables ("noches tropicales") de un día para otro.
¿Ha llegado ya la canícula? La canícula es el periodo del año en la que el calor es más extremo. Normalmente y en España, la canícula se extiende entre el 15 de julio y el 15 de agosto. No obstante, 2022 nos enseñó que este calor puede extenderse mucho más allá de esas cuatro semanas. Así que la pregunta es si ya ha llegado (para quedarse) el calor de verdad.
Y la respuesta es compleja. Es cierto que, si hacemos caso a los modelos (y recordemos que conforme avanzamos hacia el futuro son cada vez menos fiables) al sur de la península no hay nada que le vaya a quitar las altas temperaturas. No obstante, en el resto del país, la cosa cambia.
U carrusel meteorológico. Y cambia porque, como explicábamos hace unos días, la situación ha cambiado mucho. En el gráfico superior elaborado por González Alemán se ve claramente hasta qué punto la circulación de la atmósfera en el Atlántico norte es anómala. Ahora mismo, el anticiclón de las Azores (el que está detrás del clima seco de la península en verano) debería estar en su máximo esplendor.
Pero está completamente desaparecido: en su lugar, tenemos dinámicas raras en las Canarias, un océano muy caliente y un gran anticiclón en torno a las islas Británicas y los países nórdicos. Y esas tres cosas (por el momento) juegan a nuestro favor.
Mientras persista ese anticiclón de bloqueo, la península y Baleares van a ir recibiendo entradas de aire frío (y húmedo) del noroeste. Eso significa que es muy probable que durante estas semanas estemos metidos en un carrusel meteorológico: ahora lluvia y "frío", ahora calor extremo. Y no es mal plan, de hecho: los modelos estacionales dicen, en consecuencia, que esperemos más lluvia de lo normal.
¿Y en Canarias? Allí la situación tiene más incertidumbres. No porque esperemos a ciencia cierta que ocurra algo extraño, sino porque es ciertamente llamativo que "en la predicción estacional de julio a septiembre" aparezcan señales "de posibles incursiones de ciclones tropicales en el Atlántico nordeste".
Viene el calor y viene muy rápido. Eso es seguramente lo más llamativo: lo rápido que estamos transicionando entre 'episodios de altas temperaturas' y alivios térmicos como el que nos está afectando en este momento.
Aunque quizás lo más interesante será comprobar qué efecto tiene todo esto en el resto del sistema. No solo en el campo (donde las tormentas a destiempo pueden tumbar cosechas enteras), sino en un montón de cuestiones sociales que están vinculadas al "buen tiempo". En resumen: el año pasado decíamos que hablar de 'estaciones' está dejando de tener sentido... y 2023 está empeñado en demostrarlo.
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Imagen | Tropical Tidbits
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