En marzo de este año fue cuando supimos por primera vez de A-74, uno de los icebergs más grandes que se ha desprendido de la Antártida. Provocó una kilométrica grieta y por aquel entones no estaba claro si se quedaría encallado o comenzaría a desplazarse. Ha sido lo segundo, y casi provoca un iceberg mayor.
Durante todo este tiempo el satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea ha estado rastreándolo. Con una noche de casi 24 horas debido al invierno en el Hemisferio Sur, las imágenes satelitales son esenciales para monitorizar el estado del hielo en el área. En este último mes y debido aun fuerte viento a principios de Agosto en la zona, A-74 comenzó su andadura.
Según ha publicado la Agencia Espacial Europea, el enorme iceberg ha comenzado a desplazarse. Al hacerlo, ha rozado de cerca la plataforma de hielo Brunt de la que se desprendió. En las imágenes satelitales podemos ver la ruta que ha seguido.
Brunt, en sus últimas
De haber impactado con suficiente fuerza contra la plataforma de hielo, la ESA dice que el iceberg habría roto la plataforma de hielo Brunt. En este caso la habría hecho añicos o probablemente habría provocado un iceberg aún más grande de unos 1.700 km2. La plataforma ya tiene una grieta importante y se espera que tarde o temprano acabe desprendiéndose.
La plataforma de hielo Brunt sólo está tenuemente unida al fondo marino de la Antártida. Las diferentes grietas y abismos que tiene avisan de que la plataforma está en sus últimas y pronto se convertirá en otro iceberg más. Una vez eso ocurra, lo más probable es que se desplace hacia regiones más calientes y al final acabe derritiéndose. Es lo que se espera también de A-74 y es lo que ocurrió con A-68.
Además del problema medioambiental que esto supone, también hay otras cosas en riesgo. Por ejemplo, la base científica británica British Antarctic Survey y su estación de investigación Halley VI. Se encuentra en esta plataforma de hielo y ya en 2017 decidieron moverla para adentrarse unos 32 km y evitar ser víctimas de un desprendimiento. Quizás pronto haya que overa de nuevo.
Dicho esto y a pesar de que a Antártida está experimentando un aumento de temperaturas debido al cambio climático, los científicos no creen que A-74 se haya dado debido al cambio climático. Laura Gerrish, una investigadora del British Antartic Survey, indicó en mayo que estos eventos son por ciclos naturales y esperados.
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