Hay una enorme "gotera" de roca fundida en la corteza terrestre. La acabamos de encontrar bajo los Andes

Hay una enorme "gotera" de roca fundida en la corteza terrestre. La acabamos de encontrar bajo los Andes
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Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un curioso fenómeno geológico bajo la cordillera de los Andes: Un goteo de partes de la corteza terrestre hacia el manto. Este proceso geológico llevaría produciéndose millones de años, causando arrugas en forma de valles en la superficie de la Tierra. El trabajo ha sido publicado en la revista Communications Earth & Environment.

¿Qué es este goteo? El proceso recibe el nombre de “goteo litosférico”, y afecta especialmente a la corteza terrestre. El calor del manto terrestre hace que algunas zonas limítrofes de la corteza se licúen.

La roca fundida va cayendo poco a poco, acumulándose en un punto y haciendo que la región de la corteza en la que ocurre vaya ganando masa. Es decir, la gota que empieza a formarse tira de la corteza terrestre hacia adentro. El efecto es la creación de una depresión o valle en la superficie terrestre.

La gota tira hacia adentro hasta que llega un momento en que la gota termina de formarse, se separa de la capa exterior y cae hacia el interior del planeta, “como una gota de sirope o de miel” explica en la nota de prensa Julia Andersen, quien encabeza la autoría del artículo en el que se da cuenta del hallazgo. “Hemos confirmado que una deformación en la superficie de un área de las Montañas Andinas tiene una gran porción de litosfera debajo arrastrada como una avalancha”

Cómo afecta a la geografía de los Andes. Cuando la gota se libera, la tensión con la que tiraba de la corteza hacia abajo también, con lo que ésta vuelve a ascender, lo cual provoca que en la cuenca inicial se formen unas estrías peculiares. Aunque la mayor parte del proceso sería lento e inapreciable, esta fase podría haber causado dos eventos tectónicos en la región en épocas pasadas.

Arizaro Goteo Mapa de la región andina y efectos de la simulación realizada en laboratorio. Julia Andersen et al. CC-BY-4.0.

Simulación en laboratorio. El descubrimiento ha sido posible precisamente gracias al efecto que este proceso ha dejado sobre la orografía del terreno. El equipo simuló estas condiciones en laboratorio creando modelos a escala.

mostraban unas marcas en la superficie semejantes a las que pueden observarse en la región de Arizaro en los Andes centrales.

El equipo comparó los resultados del modelo que crearon “con estudios geofísicos y geológicos realizados en los Andes centrales, (…) y descubrimos que los cambios en [la] elevación de la corteza causadas por el goteo en nuestros modelos seguían muy precisamente los cambios en elevación de la cuenca Arizaro”.

“También observamos acortamiento de la corteza con pliegues en el modelo, así como depresiones semejantes a cuencas en la superficie, por lo que tenemos confianza en que un goteo es muy probablemente la causa de las deformaciones observadas en los Andes.”

Más allá de la tectónica de placas. El fenómeno del goteo litosférico puede ayudar a entender algunos procesos geológicos más allá de la tectónica de placas simple. Este fenómeno puede ser de especial relevancia a la hora de estudiar la geología extraplanetaria, puesto que planetas como Marte y Venus no tienen placas tectónicas, pero no son necesarias para que fenómenos como este goteo se den.

Otros ejemplos de goteo. Esta no es la primera vez que se descubren indicios de la presencia de un goteo litosférico. Éste podría darse también en la meseta central de Anatolia, en Turquía y en la Gran Cuenca, la región del oeste americano que abarca la mayor parte del estado de Nevada y parte de otros limítrofes como Oregón, California o Utah.

A pesar de que ya son varios los posibles ejemplos de este fenómeno aún quedan muchas incógnitas que investigar. Según los investigadores, la respuesta de la superficie terrestre a este proceso es una de ellas.

Este fenómeno ha sido comparado con el famoso experimento de la gota de brea, el también conocido como el experimento más largo de la historia. En él una masa de brea gotea en una suerte de reloj de arena. Por su viscosidad extrema, las gotas tardan más de una década en formarse. Quizá sirva para hacernos una idea de cómo es posible que el suelo que pisamos pueda llegar a gotear.

Imágenes | Portada: Ben Stubbs, CC BY 2.0; interior: Julia Andersen et al., CC BY 4.0

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