Algunas regiones de España llevaban meses sin ver una gota de agua y ahora DANA se ha cebado con gran parte de la península, dejando numerosas inundaciones sobre todo en regiones del centro y del este del país. Las lluvias, las tormentas eléctricas y la caída de granizo ha paralizado la vida de decenas de ciudades que se han visto anegadas por el agua y que han llevado a la Aemet a situar en alerta meteorológica a 11 comunidades.
Sin embargo, pese a que aún se esperan más lluvias de hasta 20 litros por metro cuadrado en buena parte del país, no se está consiguiendo revertir la preocupante situación de sequía que sufren muchas cuencas de España. De hecho, en vez de aumentar, los embalses han vuelto a caer.
Inundaciones. Los estragos causados por las tormentas han sido notables. Murcia es un claro ejemplo, con multitud de inundaciones, rescates de vehículos (que hemos visto en cantidad de vídeos en Internet) y cortes de carreteras. Mientras, los vecinos de muchos municipios como Molina de Segura siguen temerosos por las nuevas jornadas de lluvia que están al caer. En Lorca una granizada afectó a la pedanía de Tercia, destrozando las cosechas y causando daños valorados en casi siete millones de euros.
En Cabanes y Benicàssim, en Castellón no se han quedado cortos: se han registrado más de 200 litros por metro cuadrado. Y en Madrid se han tenido que atender más de 100 incidencias y cerrado varias estaciones de Metro que han quedado, literalmente, anegadas. Y los próximos días no pintan bien: se espera que los chubascos y las tormentas continúen en Aragón, Baleares, ambas Castillas, Cataluña, Galicia, Murcia, Navarra, País Vasco, La Rioja y Comunidad Valenciana, que han levantado la alerta.
Los embalses siguen cayendo. Pese a las trombas de agua y las inundaciones de estas dos últimas semanas, no se ha conseguido revertir la tendencia de sequía que vive el país, ni recuperar el nivel óptimo de la reserva hídrica en España. Es más, los embalses siguen bajando. El nivel de agua se encuentra al 47,5% de su capacidad total, un 0,2% menos que la semana anterior y sigue en caída por octava semana consecutiva, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En total, el agua acumulada es 26.640 hectómetros cúbicos, algo menos que la cifra del año pasado, que era de 27.814 hm³ y mucho menos que la media de la última década (38.205 hm³). Los pantanos están 20,9 puntos por debajo de la media de la última década.
¿Por qué? Uno de los motivos es que estas lluvias son locales e intensas pero muy rápidas. Así que no solucionan la grave sequía que sufren algunas regiones del país, sobre todo en el sur, como Andalucía. Aunque también tiene su parte positiva. Tal y como explica Rubén del Campo, portavoz de Aemet, las lluvias "no se han notado todavía en el agua embalsada ya que las salidas de agua de los embalses han superado a las entradas" y no han logrado revertir la tendencia.
Otra de las razones es que venimos de meses muy secos y durante mucho tiempo. Lo normal en esta época del año es que el agua de los embalses estuviera subiendo, para facilitar las cosas al verano que viene. Pero la falta de lluvias de febrero, de marzo y de abril han hecho que las reservas hayan caído ininterrumpidamente. Según Del Campo, "estamos, por lo tanto, ante uno de los 8 años hidrológicos más secos hasta la fecha desde 1961". Y recuperar todo eso es ya complicado.
No todo es malo. Sin embargo, según señala el experto, también tiene su parte positiva: las precipitaciones de los últimos días “suponen un aporte de humedad muy valioso para los suelos, que se encuentran actualmente mucho más secos de lo normal para esta época del año. Además, como los cielos están más nubosos y la humedad del aire es alta, la evaporación es menor y esto ayuda de alguna manera a que la vegetación reduzca en alguna medida su estrés hídrico”.
Algunas regiones, en situación de riesgo. Si analizamos los datos por provincias, hay algunas que están en una situación mucho peor que otras. Un ejemplo es Córdoba, que con sus reservas al 17.9% y perdiendo agua embalsada, se encuentra frente a una crisis hídrica sin precedentes. Almería no se queda atrás: apenas cuenta con el 14.3% de sus reservas. Barcelona tampoco se libra y tiene llenas sólo el 17.9% de sus reservas.
En Guadalajara, más de lo mismo. Las reservas bajan una semana más y ya se sitúan al 27.8%. En general, las cuencas más afectadas por la sequía son las del Guadalquivir (23,8%), la de Guadalete-Barbate (25,3%), las internas de Cataluña (25,6%), Guadiana (31,9%) y la cuenca Mediterránea Andaluza (34,3%).
Imágenes: GTRES
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