Tener parones en la carrera profesional es algo bastante habitual y por los motivos más diversos. Desde una mala racha fruto de alguna de las últimas crisis que se han vivido a nivel global, pasando por permisos parentales, mudanzas, enfermedades de larga duración, interrupciones para estudiar o, por qué no, tomar distancia para reorientar tu carrera y volver con los objetivos bien definidos.
No obstante, esos huecos pueden ser vistos de forma negativa por los reclutadores cuando estás buscando un empleo. Enfrentarse a un currículum con lagunas vacías puede ser intimidante, pero no es un obstáculo insalvable ni tiene porqué impedirte seguir adelante en el proceso de selección. Estos son algunos consejos para gestionar esos huecos y convertirlos en una oportunidad para destacar en tu próxima entrevista de trabajo.
No lo llames hueco, llámalo oportunidad
Buscar un empleo adecuado durante meses, dejar de trabajar para estudiar o no haber trabajado durante varios meses por haber sufrido un accidente de tráfico son situaciones más menos habituales para quienes se enfrentan a diario a montañas de currículums de candidatos.
Sin embargo, pese a lo habitual de la situación, los reclutadores no ven con buenos ojos esos parones, que pueden interpretarse como un alejamiento y pérdida de habilidades del candidato para hacer el trabajo. Por eso, es necesario justificarlos y, lo que es mejor, convertir lo que podría ser un inconveniente, en una oportunidad para dar un nuevo valor a tus habilidades.
En estos casos, ante todo, honestidad. La sinceridad con las razones por las que hiciste esa pausa será tu mejor aliada, y mentir no tiene ningún sentido. Si tienes lagunas en tu currículum, es preferible explicarlas honestamente. Ya sea una reorientación profesional o un período de búsqueda de empleo, una explicación clara y honesta puede ser más valiosa que intentar ocultar la verdad.
Dicho esto, no mentir tampoco implica contar toda la verdad con pelos y señales y pueden emplearse técnicas para “disimular” esas lagunas en el currículum y demostrar a los reclutadores que eres la persona que están buscando para ese puesto.
Cabe destacar, además, que no todas las interrupciones pueden considerarse como un hueco en el currículum. Por ejemplo, registrar un margen de un par de meses entre un empleo y el siguiente es algo que puede considerarse razonable. Más teniendo en cuenta que algunos procesos de selección pueden durar más de tres meses.
Estrategias de formato para el currículum
Si muestras tu carrera laboral en forma de hilo cronológico cuando tienes varios huecos con periodos de inactividad, esas lagunas se harán mucho más evidentes. Por ello, lo más recomendable es evitarlo.
En su lugar, utiliza currículum anticronológico, organizando tu experiencia laboral por sectores, por cargos e incluso agrupando los que hiciste por cuenta propia como freelance, o por cuenta ajena como asalariado. De ese modo, se rompe el hilo cronológico y los huecos pueden pasar inadvertidos más fácilmente.
Por otro lado, si decides seguir un orden cronológico, tal vez debas prescindir de la fecha exacta al indicar el tiempo que permaneciste en ese empleo.
Es decir, en lugar de detallar:
- Empleo 1. De abril de 2019 a marzo de 2022
- Empleo 2. De diciembre de 2022 a enero de 2024
Mejor opta por eliminar los meses dejando solo los años.
- Empleo 1. De 2019 a 2022
- Empleo 2. De 2022 a 2024
De ese modo, no es tan evidente que entre uno y otro empleo pasaron nueve meses de inactividad.
Tanto si optas por el sistema de agrupación por tipo de empleo o reduciendo la información en la fecha, mantén la coherencia y no los mezcles para que prevalezca la claridad a la hora de presentar la información. El reclutador no tardará más de seis segundos en determinar si eres un candidato para el puesto o no. Debes dejar muy clara la información.
Las interrupciones, con estudios, lo son menos
Algunas de las interrupciones en el ámbito laboral se producen por haber iniciado unos estudios, o simplemente, por que se ha comenzado a trabajar entre ellos y luego se han retomado. Especificar ese supuesto es importante ya que la formación cambia por completo el sesgo de que, al alejarse del puesto, se pierden habilidades.
Por ejemplo, si has decidido cambiar de carrera con el semestre empezado, tendrás que esperar como mínimo hasta el siguiente para solicitar el cambio. Por lo que, si decides comenzar a trabajar en ese tiempo, puede verse como largo periodo de inactividad entre ese empleo y el siguiente.
Indicar brevemente (en una línea de texto es suficiente) que el motivo fue un cambio de carrera, y que eso te capacitó para el actual puesto, convierte algo que a priori podría parecer negativo, en positivo.
Si tienes previsto tomarte un año sabático, cuidar a un familiar o recuperarte de un accidente, puede que sea buena idea ponerte a estudiar. Ni siquiera es necesario hacerlo bajo una titulación oficial ni presencial. Hay innumerables opciones de formación online. Mostrar que durante ese tiempo continuaste formándote y adquiriendo nuevas capacidades te dará algunos puntos a favor.
Los miniempleos, prácticas, voluntariado o estancias en el extranjero también cuentan
A menos que hayas estudiado una especialización de FP o una carrera con una alta tasa de empleabilidad, en las que las empresas se rifen a los candidatos, es probable que exista un hueco en tu currículum entre el final de la formación y la incorporación al mercado laboral.
Sin embargo, esos huecos pueden rellenarse añadiendo miniempleos, prácticas o trabajos de voluntariado durante ese (u otros) periodos. Aunque este tipo de actividades puedan considerarse empleos de baja calidad o sin remuneración, en realidad son referencias valiosas porque denotan compromiso, una cualidad cada vez mejor valorada por las empresas.
Las largas estancias en el extranjero también son un recurso útil para justificar las lagunas en el currículum, al tiempo que lo enriquecen con nuevas habilidades en idiomas y el desarrollo de habilidades blandas (soft skills).
Imagen | Pexels (Jack Sparrow)
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