Alquilar piso es cada vez más una cuestión de cuentas. De cuentas y paciencia. La elevada demanda, sobre todo en las metrópolis, ha hecho de la búsqueda de apartamento casi un ejercicio extremo que exige preparación: debes disponer de un colchón de ahorros que te permita afrontar el desembolso inicial, suma de depósitos, adelantos, el mes en curso y la comisión de la inmobiliaria —que se incluya un requisito u otro es algo que con frecuencia decide cada propietario— e incluso preparar un “currículo” lo más atractivo posible para ganarte la confianza del casero.
Si quieres vivir de alquiler toca, sencillamente, superar un casting.
La deriva de los precios. Aunque con oscilaciones, los datos del portal Idealista.es muestran una curva de valores al alza desde hace años que sitúan el precio medio de arrendar vivienda en España en 11,2 euros el metro cuadrado (€/m2), un 6,4% más que en 2021 y no muy lejos del pico de su gráfica, alcanzado hace dos años. Ese es el dato global en todo el país, claro. En el caso de Madrid ciudad el dato de septiembre se situaba en 16,3 €/m2, lo que marca un alza interanual del 10,8%; y en Barcelona en 17,8 €/m2, con lo que el incremento sería allí más acentuado, del 20,3%.
La tendencia es similar para En Alquiler, que concluye que el precio medio de la vivienda en arrendamiento en España se situaba el mes pasado en 1.169 euros mensuales, lo que representa un incremento del 3,85% con respecto a agosto. Los valores oscilan en función de la urbe: en Barcelona lo sitúa en 2.312 euros, en Madrid en 1.776 y en Valencia y Donostia por encima de 1.300.
A esperar se ha dicho. Querer y estar en disposición de arrendar una vivienda no implica que siempre puedas hacerlo. No al menos con la rapidez y en el sitio que deseas. Quizás no haya mejor muestra de la relación entre oferta y demanda que las listas de espera, con inquilinos aguardando su oportunidad para firmar el contrato. “Algunos caseros no tienen ni tiempo de publicar el anuncio. Ya hay listas de demandantes. Hemos llegado a ver a jóvenes que reservan la vivienda sin ir a verla, con las 10 o 15 fotos colgadas en la web les basta”, explicaba hace poco Fotocasa a El País, que apunta que en algunas zonas de Madrid la oferta ha llegado a contraerse hasta un 30%.
El fenómeno no es exclusivo de la capital del país. Lo de las listas de espera para alquilar o incluso visitar pisos en persona se ha dado también en otras ciudades con mucha menos población, incluso en municipios con cientos de viviendas vacías que se cuelan además entre los más baratos de España, como Ferrol. En otros sencillamente es una realidad conocida desde hace años.
No apto para cualquiera. A mayor demanda, mayor margen tienen los caseros a la hora de escoger… o exigir requisitos a sus candidatos. En el mercado del arrendamiento lleva ya tiempo constatándose. Un repaso por los portales de alquiler permite ver algunos de los requisitos que se exige a quienes quieren arrendar, como demostrar estabilidad laboral y un nivel mínimo de renta, pasar de cierta edad y estar dispuesto a poner sobre la mesa una suma considerable entre fianza, depósito y adelantos. La novedad es la medida en que se han endurecido las condiciones.
En el caso de Madrid hay quienes exigen nóminas cercanas a los 2.100 euros, acreditar la vida laboral de los últimos años, hacer frente al seguro de alquiler o demostrar la solvencia. Eso sin contar con que entre fianza, señal, mes en curso y los honorarios de la agencia inmobiliaria —habitualmente un mes de alquiler— no es raro que el aspirante deba prepararse para desembolsar una suma inicial considerable. Si se toman como referencia los 1.776 que En Alquiler calcula para Madrid, solo el mes en curso, honorarios —en ocasiones se prorratean— y un depósito de un mes subiría a 5.300.
Requisitos que van más allá. No son los únicos requisitos. Hay ofertas en las que se exige por ejemplo que los inquilinos pasen de 35 años, se plantea el pago del IBI de la vivienda —una carga que en el caso de Madrid equivale a una media de 439 euros— o incluso prohíben que se teletrabaje en el apartamento. Se trata de casos muy puntuales, con los que no es sencillo encontrarse en una búsqueda de apartamento, pero que ya han reseñado medios como El País o Faro de Vigo, que esta misma semana informaba de dueños que así lo han establecido en la ciudad gallega.
“Un apartamento no es para trabajar todos los días porque entonces lo convertiría en una oficina y podría cobrar un alquiler mucho mayor. Es lo razonable”, explica un casero al diario. Hay casos en los que incluso las inmobiliarios realizan “castings” con entrevistas personales.
¿Y a partir de 2023? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos inquilinos en España. Para evitar que se traslade a las rentas el alza del IPC, que en octubre se sitúa en el 7,3% y llegó a estar por encima del 10% en verano, el Gobierno ha establecido un tope que limita la subida del precio de los alquileres al 2%. La medida, eso sí, se adoptó de forma temporal: ese freno a las actualizaciones de las rentas se planteó hasta finales de año, lo que genera preocupación sobre qué ocurrirá después. Si se mantiene el contexto inflacionario, el Gobierno ya valora extenderla.
"Si persisten las condiciones, cuando llegue el momento, evidentemente, mantendremos esa medida. Está sujeto todavía a análisis", explicaba hace días la ministra Raquel Sánchez, que recalcaba que el Ejecutivo es "muy consciente del contexto" de subida de los precios. El tema se ha colado también en el debate para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado del próximo año.
Imágenes: Kaspars Upmanis (Unsplash)
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