Según el Informe Mundial de la Felicidad (World Happiness Report o WHR) de 2024, España es el 36º país más feliz del mundo con un índice de 6,42. A la cabeza de este ranking se encuentran tres países nórdicos: Finlandia, Dinamarca e Islandia, con índices de entre 7,53 y 7,74.
Medir la felicidad no es algo fácil. Los autores de este informe, en el que colaboran, entre otras instituciones, la consultora Gallup y el Oxford Wellbeing Research Centre, tienen en cuenta tres indicadores a los que denomina evaluaciones vitales, emociones positivas y emociones negativas.
Incluso si damos por válidos estos puntos, medir la felicidad de las personas es complicado, dependemos de evaluaciones subjetivas. Y a veces responder a preguntas como “¿eres feliz?” o “¿Cuán feliz eres?” nos resulta difícil. Sin embargo, existen estrategias que pueden ayudarnos a evaluar nuestra propia felicidad.
Dan Witters es consultor Gallup National Health and Well-Being Index, un experto en este tipo de estudios sobre la felicidad. Mientras preparaba su libro “El Secreto de Las Zonas Azules: Come y Vive Como la Gente Más Saludable Del Planeta”, el experto en longevidad Dan Buettner, charló con Witters para documentar su trabajo.
Más recientemente, Buttener publicaba un artículo en el que hablaba de 15 afirmaciones propuestas por el consultor que podrían ayudarnos a responder la engorrosa pregunta. Según explicaba, si afirmaciones como “comes sano todos los días” o “aprendes algo nuevo e interesante todos los días” se nos pueden aplicar, la felicidad será
Estas afirmaciones, también pueden verse como “consejos” que nos ayuden a acercarnos más a la felicidad.
Las afirmaciones son variadas, pero podemos agruparlas en unas pocas categorías, como dinero, vida saludable o pertenencia a la comunidad. Empecemos, como hace Buttener, por el dinero.
“Gestionas bien tus financias y vives dentro de tus posibilidades. Tienes suficiente dinero para hacer todo lo que quieras”. El dinero no da la felicidad, pero es un componente clave para esta. La falta de dinero puede generarnos importantes quebraderos de cabeza: hipotecas, inflación, paro… son una menor amenaza para nuestra felicidad si contamos con recursos. El dinero también nos puede dar acceso a ciertas actividades y experiencias que puedan ayudarnos a ser más felices, como un hobby, viajar o hacer más ejercicio.
Volviendo al nivel “macro”, podemos comprobar también que los países más felices según el WHR son algunos de los países con mayor renta per capita del mundo. No solo los países nórdicos: los puestos superiores de la lista los acaparan países europeos y otros de renta alta como los Estados, Unidos, Israel o Canadá. Existen algunas excepciones, como Costa Rica (puesto 12) o México (puesto 25). En el extremo contrario: países como Sierra Leona, Lesoto, Líbano o Afganistán, países no solo condicionados por la pobreza sino en ocasiones también por un conflicto armado.
No solo dinero
La segunda categoría tiene que ver con nuestra productividad. Esta incluye afirmaciones como “te fijas y alcanzas objetivos continuadamente”; “utilizas tus fortalezas para hacer lo que mejor se te da cada día”; “aprendes algo nuevo o interesante cada día”; y “eres activo y productivo cada día”.
Alcanzar nuestras metas puede dar un empujón a nuestra felicidad, al hacernos sentir más realizados. Nuestro cerebro, además, ha evolucionado para recompensarnos al aprender cosas nuevas segregando dopamina, una de las hormonas que asociamos al bienestar y la felicidad. Eso sí, la productividad puede ser un arma de doble filo: obsesionarnos con ser productivos también puede derivar en frustración y, con ello, en un grado menor de felicidad.
La tercera categoría podríamos denominarla como sentido de pertenencia y comunidad. Esta incluye por ejemplo “haces siempre tiempo para viajes o vacaciones con familia y amigos”; te sientes “seguro en tu comunidad”; y “en los últimos 12 meses, has recibido reconocimiento por ayudar a mejorar la ciudad o área donde vives”.
Nuestro entorno es un componente importante de la felicidad. La soledad es un problema para nuestra salud y bienestar, un problema creciente además, que ya ha llevado a algunos a hablar de una “epidemia de soledad”. Una epidemia que no afecta a todos por igual.
A caballo entre la tercera y la cuarta categoría, podríamos colocar la afirmación “tienes alguien en tu vida que te anima a ser saludable”.
Porque la cuarta categoría en la que podemos englobar estas afirmaciones es la de la salud. Esta categoría cuenta con otras seis afirmaciones: “comes saludablemente cada día”; “comes cinco raciones de fruta y verdura al menos cuatro días a la semana”; “vas al dentista al menos una vez al año”; “no fumas”; “tienes un peso normal, sano”; “te ejercitas al menos 30 minutos al menos tres días por semana”.
Puede ser redundante señalar la necesidad de consumir cinco raciones de fruta y verdura al día tras hablar de comer saludablemente. Redundante y no muy exigente: las cantidad semanal de estos alimentos recomendada por las guías nutricionales suele ser superior a la propuesta por Witters. La alusión al “peso normal, sano”, también resulta llamativa. El sobrepeso es un factor de riesgo para diversas enfermedades, y el infrapeso entraña sus propios riesgos para la salud. Sin embargo, una dieta saludable y una vida activa son los factores que afectan directamente a nuestro bienestar y calidad de vida, así como a nuestro peso.
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