Con la implantación del teletrabajo ha surgido una nueva figura a medio camino entre el turista y el migrante temporal que viene para trabajar: el nómada digital. Como sucede con la llegada masiva del turismo, los efectos a priori positivos de la llegada de estos nuevos visitantes pueden volverse en contra de los habitantes locales empeorando sus condiciones de vida.
El Congreso de la capital mexicana ha propuesto una nueva medida con la que se penalizaría a los nómadas digitales con un impuesto diario a partir de un cierto tiempo para compensar su impacto en la población local.
La propuesta del Congreso. La nueva propuesta de reforma del Código Fiscal de la Ciudad de México llega de la mano de la diputada local Frida Guillen. En la nueva medida se pide que aquellos que prestan servicios de hospedaje retengan una determinada cantidad en concepto de impuesto a aquellos inquilinos que superen las 20 noches de alojamiento. Algo similar a la tasa turística que se aplica en los hoteles de las ciudades europeas más visitadas.
La propuesta contempla aplicar una UMA (Unidad de Medida de Actualización, un baremo que establece una proporción del salario mínimo en México) por cada noche adicional con el fin de compensar el impacto de la llegada de nómadas digitales y el aumento desmesurado del precio de la vivienda en los centros urbanos.
El motivo: gentrificación y especulación inmobiliaria. No se puede decir que este impuesto sea una novedad. De hecho, el turismo masivo y la llegada de población flotante se ha convertido en todo un problema para las grandes ciudades que ven como la gentrificación de los centros urbanos dispare el precio de la vivienda para la población local al mismo ritmo que aumentan las ofertas de alojamiento en Airbnb.
“Su llegada claro que representa una derrama importante económica, pero también hay que considerar que su alto poder adquisitivo eleva para nosotros los mexicanos los costos de cosas tan básicas como la vivienda o los alimentos”, declaró la diputada. Según se indica en la propuesta, hay más de 90.000 nómadas digitales en todo México. Su impacto en la economía se cifra en unos ingresos de 9.300 millones de pesos (unos 510 millones de euros). La medida pretende amortiguar el impacto sobre el precio de unos alquileres que han aumentado una media del 13,63% en lo que llevamos de año.
En España, los nómadas digitales son bienvenidos. La propuesta de la Ciudad de México contrasta con la campaña de promoción para nómadas digitales que están poniendo en marcha muchas poblaciones de la llamada España vaciada.
La implantación del nuevo visado para nómadas digitales ha abierto un nuevo escenario para que los pueblos con menos población puedan atraer a una población flotante de nómadas digitales que aporten ingresos a la economía local. Iniciativas como CowoCat Rural, Pueblos Remotos o la Red Nacional de Pueblos Acogedores, están incentivando la creación de coworkings en zonas rurales desde los que los nómadas digitales pueden trabajar disfrutando de un entorno natural cada vez más amenazado por la despoblación.
La Ley de Startups como incentivo. La figura del nómada digital no es la misma que la de un turista al uso ya que sus estancias pueden prolongarse durante años. Esto ha hecho que desde el Gobierno se le haya dado una cobertura legal facilitando un visado de residencia para nómadas digitales.
La carrera por atraer la atención de los nómadas digitales no se da solo a nivel local entre las poblaciones más despobladas. Países de todo el mundo están empezando a allanar el camino para facilitar la implantación de una población de nómadas digitales en su territorio y tratar de afianzarlos transformándolos en residentes permanentes con talento cualificado.
Imagen | Pexels (Luis Ariza, ECBULAT)
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