A Microsoft le están lloviendo los disgustos. Cuando anunció a bombo y platillo a mediados de enero de 2022 que había llegado a un acuerdo con los propietarios de Activision Blizzard para comprar esta compañía difícilmente podía imaginar que tropezaría con tantos impedimentos. Ha pasado ya algo más de un año, y durante este tiempo los de Redmond se han visto obligados a superar una auténtica yincana para tener la oportunidad de consolidar esta compra.
La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos fue uno de los primeros organismos reguladores que se cruzaron en su camino, pero después llegó la Comisión Europea. Y también CMA (Competition and Markets Authority), que es el organismo regulador de Reino Unido. Estas tres organizaciones persiguen, sobre el papel, defender los intereses de los consumidores evitando las prácticas monopolísticas, y tienen algo más en común: están poniendo objeciones a la ejecución de la compra de Activision Blizzard por Microsoft.
Esta contradicción acerca de Game Pass llega en el peor momento posible
La semana pasada CMA publicó sus conclusiones preliminares, que son tan solo provisionales, y no invitan precisamente a Microsoft a ser mínimamente optimista. En su informe este organismo regulador apunta que la compra de Activision Blizzard por la compañía que lidera Satya Nadella podría provocar un incremento de los precios, una reducción de las opciones que están a disposición de los usuarios, y también podría socavar la innovación. A priori son tres argumentos sólidos que los de Redmond tendrán que contrarrestar para sacar adelante la operación de compra. Pero hay algo más.
En 2018 Phil Spencer declaró que Game Pass no estaba reduciendo las ventas de videojuegos
En 2018 Phil Spencer, que es el director general de Microsoft Gaming y Xbox, declaró durante una entrevista con LevelUp que su servicio Game Pass no estaba reduciendo las ventas de videojuegos. Todo lo contrario. Según Spencer sus informes apuntaban que este servicio estaba contribuyendo a incrementar las ventas. Estas fueron sus declaraciones:
"Cuando publicas un videojuego como 'Forza Horizon 4' en Game Pass pasas inmediatamente a tener más jugadores disfrutándolo, lo que provoca que más personas lo compren. Algunos lo ponen en duda, pero cuando fue lanzado 'State of Decay 2' este juego vendió de maravilla durante el mes en el que lo lanzamos en Game Pass".
Dicho así tiene sentido, pero, al parecer, las cifras no reflejan este comportamiento. Al menos no lo hacen actualmente. Y es que el informe provisional elaborado por CMA contiene una sentencia de la propia Microsoft en la que reconoce que su servicio Game Pass está socavando las ventas de videojuegos. Esta afirmación entra en conflicto directo con las palabras que pronunció Phil Spencer en 2018, pero, sobre todo, consolida un argumento más que penaliza la compra de Activision Blizzard por Microsoft.
El panorama no pinta bien para los de Redmond. Si Game Pass realmente está canibalizando las ventas de juegos tanto en formato digital como físico la Comisión Europea, FTC, CMA, y probablemente los organismos reguladores de otros países que también están auditando minuciosamente esta compra, lo tendrán muy presente. Y es un argumento que refuerza la idea de que en cierta medida Microsoft ya está ejerciendo una forma de monopolio a través de Game Pass. Este puede ser un clavo más en una compra que cada día está un paso más cerca del abismo.
Más información: CMA
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