A principios de febrero Microsoft encajó un golpe duro. CMA (Competition and Markets Authority), que es el organismo regulador del mercado en Reino Unido, mostró su disconformidad provisional con la compra de Activision Blizzard, sumándose así a la postura adoptada por la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos y la Comisión Europea. Estas son tres de las organizaciones reguladoras que han mostrado con más contundencia reticencias frente a esta adquisición, lo que les ha llevado a iniciar un procedimiento de investigación.
Durante los últimos tres meses CMA ha publicado en varias ocasiones sus conclusiones preliminares, e inicialmente no invitaban a los de Redmond a ser optimistas. En febrero esta organización se mostró preocupada por la posibilidad de que la compra de Activision Blizzard por Microsoft desencadenase un incremento del precio de los videojuegos y socavase la innovación en esta industria. Además su primer informe provisional ponía sobre la mesa la posibilidad de que el servicio Game Pass estuviese mermando las ventas de videojuegos.
En ese momento el panorama al que se enfrentaba Microsoft era sombrío. Y Sony estaba ejerciendo presión sobre las organizaciones reguladoras del mercado en defensa de sus intereses. La propietaria de la marca PlayStation temía perder la franquicia 'Call of Duty' y someterse a un éxodo de jugadores dispuestos a abandonar su plataforma y correr despavoridos hacia Xbox. En ese momento la compra de Activision Blizzard corría serio peligro, pero a finales de marzo Microsoft recibió una buena noticia que en cierta medida nos invitaba a anticipar un desenlace diferente al que acaba de confirmarse.
Según CMA la compra de Activision Blizzard compromete la innovación y la competencia
El regulador británico se pronunció por última vez el 24 de marzo, y en esta declaración favoreció a Microsoft. Su primer análisis indicaba que la estrategia de la compañía estadounidense sería rentable en la mayor parte de los escenarios, pero la información más reciente que estaba siendo analizada por CMA indicaba que Microsoft no se beneficiaría desde un punto de vista comercial si decidiese hacer que la franquicia 'Call of Duty' fuese exclusiva de las consolas Xbox. En definitiva, según este regulador desde un punto de vista económico a los de Redmond les interesa mantenerla disponible también para las consolas PlayStation.
La compra de Activision Blizzard daría a Microsoft una ventaja competitiva decisiva en el ámbito del juego en la nube
Sin embargo, la resolución final que acaba de hacer pública CMA hace unos minutos pone el énfasis en su responsabilidad a la hora de proteger la innovación y la competencia en la industria de los videojuegos. Según este regulador la compra de Activision Blizzard daría a Microsoft una ventaja competitiva decisiva en el ámbito del juego en la nube. Además, baraja la posibilidad de que después de la compra los de Redmond decidiesen subir el precio de la suscripción a Game Pass. "Lo que nos ha propuesto Microsoft para remediarlo no alivia nuestras preocupaciones y podría reemplazar la competencia actual por una regulación ineficaz en un mercado nuevo y dinámico", defiende Martin Coleman, uno de los expertos que ha liderado la investigación de CMA.
La resolución final de CMA es muy importante para Microsoft. Su alcance se limita a Reino Unido, pero su relevancia va más allá del tamaño de este mercado debido a que establece un precedente. Y es que es muy probable que otros reguladores adopten finalmente la misma postura que acaba de tomar el regulador del mercado británico. El próximo 22 de mayo se pronunciará la Comisión Europea, por lo que lo más razonable es mantener la prudencia y no dar nada por hecho ni a favor ni en contra de los intereses de Microsoft. Aun así, las cartas están sobre la mesa y nosotros apostamos que seguirá el mismo camino que ha tomado CMA.
Más información: CMA
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