El Gobierno de España ha aprobado el Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), y va a traer cola. Su columna vertebral aborda la gestión de los residuos radiactivos y el combustible gastado durante la actividad de las centrales nucleares españolas, pero también contempla otros asuntos controvertidos, como todo lo concerniente al almacén temporal centralizado (ATC) de Villar de Cañas (Cuenca) o el desmantelamiento de las centrales en operación.
En junio de 2006 el Gobierno anunció que España tendría un almacén temporal centralizado al que irían a parar todos los residuos radiactivos de alta actividad y el combustible gastado de las centrales nucleares españolas. Actualmente estos elementos se están almacenando dentro de las propias centrales. El 30 de diciembre de 2011 el Gobierno desveló que el Consejo de Ministros había aprobado la designación de Villar de Cañas como sede del ATC, pero el Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos ha dejado esta decisión sin efecto.
Los residuos de media, baja y muy baja actividad seguirán siendo almacenados en la planta de El Cabril (Córdoba) hasta que se complete el desmantelamiento de las centrales nucleares. Por otro lado, los almacenes temporales individualizados (ATI) de las propias centrales continuarán siendo ampliados, y, además, se habilitarán siete almacenes temporales descentralizados (ATD) dentro de las plantas nucleares a los que irán a parar los residuos de alta actividad y el combustible gastado hasta que sean derivados a su emplazamiento definitivo.
El Gobierno mantiene el calendario de cierre de las centrales nucleares españolas
Dejar el ATC de Villar de Cañas fuera de la ecuación exige encontrar una solución alternativa para almacenar de una manera definitiva los residuos radiactivos de alta actividad y el combustible gastado. En este contexto el Plan que acaba de aprobar el Gobierno da continuidad al Sexto PGRR al establecer la puesta en marcha de un Almacén Geológico Profundo (AGP) que recibirá tanto los residuos como el combustible que habrán sido previamente almacenados dentro de los ATD de las centrales nucleares.
Las centrales nucleares españolas que están actualmente en operación dejarán de producir electricidad entre 2027 y 2035
En lo que se refiere al cese de la operación de las centrales nucleares españolas el Gobierno mantiene intacto su itinerario: las plantas que están actualmente en operación dejarán de producir electricidad entre 2027 y 2035. Su parada definitiva se producirá más allá de los 40 años de vida útil. De hecho, Almaraz I y II dejarán de operar con 44 años de servicio; Ascó I y II con 46 años; Cofrentes con 45 años, y, por último, Vandellós II y Trillo con 47 años. Hay expertos, como Alfredo García, más conocido por su alter ego en X 'Operador Nuclear', que defienden que esos 40 años en realidad identifican su vida de diseño, de modo que su vida útil, que es el tiempo durante el cual la instalación puede funcionar de forma segura y económicamente viable, puede ser muy superior.
Las plantas nucleares españolas dejarán de operar de manera escalonada, de modo que los dos últimos reactores que pasarán a la inactividad serán los de Vandellós II y Trillo, ambos en 2035. El inicio del desmantelamiento de cada central nuclear se llevará a cabo tres años después de su cese de operación definitivo. Según el Gobierno todas las operaciones de las que hemos hablado en este artículo tendrán un coste total de 20.220 millones de euros, un gasto que será pagado por las empresas propietarias de las instalaciones nucleares a través del fondo para la financiación de las actividades del PGRR gestionado por la empresa pública Enresa.
Imagen de portada: Foro Nuclear
Más información: MITECO
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