La industria nuclear de Europa se apuntó una victoria clave el martes con la decisión del Parlamento Europeo de reconocerla como tecnología sin emisiones. Una mayoría aplastante de europarlamentarios votó a favor de incluir la energía nuclear convencional como tecnología de cero emisiones netas dentro de la llamada Ley de industria Net-Zero.
La nuclear es oficialmente Net-Zero. Con la nueva Ley sobre la industria de cero emisiones netas, la Comisión Europea busca aumentar la fabricación de tecnologías sin emisiones dentro de la Unión Europea. Mejorando los procesos de obtención de permisos, la Comisión pretende atraer nuevas inversiones que aceleren la transición de Europa hacia las energías limpias.
La ley debía aprobarse el martes, pero el grupo del Partido Verde solicitó una votación nominal sobre la inclusión de la energía nuclear como tecnología sin emisiones netas. Con 456 votos a favor de incluir la nuclear y 153 en contra, el Parlamento decidió reconocer toda la energía nuclear como tecnología de cero emisiones netas, igualándola a las renovables.
La lista de la discordia. Cuando la Comisión Europea presentó la ley en marzo, el texto incluía una lista con una docena tecnologías estratégicas: energía solar fotovoltaica y térmica, energía eólica terrestre y marina, baterías y almacenamiento, bombas de calor y energía geotérmica, electrolizadores y pilas de combustible, biogás/biometano, captura de carbono, tecnologías de redes, tecnologías de combustibles alternativos sostenibles...
...y también tecnologías avanzadas para producir energía a partir de procesos nucleares, como los reactores de cuarta generación (IV Gen) y los reactores modulares pequeños (SMR). Son las versiones más modernas de la tecnología nuclear, que aún no están desarrolladas a gran escala.
Victoria para Macron. La enmienda del martes considera "toda la energía nuclear" como una tecnología de cero emisiones neta, e incluso propone eliminar por completo la lista de opciones. Es una posición que defendió a capa y espada el gobierno de Francia, el país con la industria nuclear más potente de Europa, mientras España y Alemania lideraban el movimiento contrario.
Bajo esta nueva redacción, la ley sitúa a la energía nuclear en igualdad de condiciones con las renovables, concediéndole todas las ventajas de la legislación: prioridad estratégica, menor carga administrativa, permisos en plazos más cortos... Sin embargo, habrá que esperar a las negociaciones entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo Europeo para su aprobación.
España a contracorriente. Si bien los europarlamentarios socialistas votaron a favor de la enmienda, el gobierno de Pedro Sánchez sigue apostando por apagar los reactores nucleares de España entre 2027 y 2035. La prioridad del gobierno sigue siendo invertir en renovables, aunque también ha dado algún paso hacia el desarrollo de la fusión nuclear como gran alternativa.
El argumento que esgrime el gobierno de España contra la energía nuclear es de sobra conocido: los riesgos de manejar material radioactivo. Además, España no explota su propio uranio, sino que lo importa de países como Rusia. Pero un motivo subyacente para dar el golpe de gracia al parque nuclear español podría ser el alto precio de construir nuevas centrales nucleares.
España tiene cinco centrales nucleares. La más moderna, la de Trillo, se conectó a la red hace 35 años. La Sociedad Nuclear Española estima que construir una central nueva costaría entre 4.000 y 5.000 millones de euros, con una amortización a 30 años. La producción de electricidad a partir de energía nuclear, en cambio, es barata, y no depende del clima ni de la luz solar como las renovables.
Imagen | Luis Antonio Carrasco (CC BY 3.0 DEED)
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