Que ‘Armageddon’ tiene mucho de ficción y poco de ciencia ha sido de sobra comentado. Hasta un astronauta como Chris Hadfield criticó varios aspectos de la película en un vídeo de la revista Vanity Fair, tan divertido por lo que veía que le costaba contener la risa . Sin embargo, no todo lo acontecido en el filme sería pura fantasía de Hollywood, al menos no ahora, más de 20 años desde que se estrenase el largometraje, ya que un reciente estudio de la Universidad Johns Hopkins ha concluido que un ataque nuclear contra un asteroide cercano a la Tierra con el objetivo de fragmentarlo podría ser la última esperanza de nuestro planeta si todo lo demás falla.
Distintas universidades y agencias espaciales llevan años estudiando los posibles mecanismos de defensa que podría utilizar la Humanidad para defenderse de la colisión de un asteroide que amenazase la Tierra. Las soluciones planteadas hasta ahora han sido varias, y no es la primera vez que el uso de armas nucleares está sobre la mesa. De todas ellas, las favoritas de los expertos son las que abogan por desviar estos cuerpos celestes de la trayectoria del planeta. El proyecto DART, de la NASA, y un estudio chino publicado recientemente apuestan por esta vía. El motivo es sencillo, si se opta por fragmentar la roca y los trozos resultantes son lo suficientemente grandes, aún podrían causar muchos daños en la superficie terrestre.
Pero con esta táctica, conocida como estrategia de mitigación de asteroides, hay un condicionante muy importante: el tiempo. Para que sea posible cambiar la trayectoria de un cuerpo celeste de estas características es fundamental detectarlo con varios años o décadas de anticipación. Si se descubre tarde, la opción de alejarlo se desvanece porque no habrá espacio suficiente para que el desvío sea significativo. En una simulación llevada a cabo por la NASA a principios de este año, los científicos de la agencia estadounidense pusieron a prueba las posibilidades de reaccionar con este método ante un asteroide salido de la nada, detectado con sólo seis meses de antelación. ¿El resultado? 100% de posibilidades de impacto tras tratar de alterar su trayectoria.
Por todo ello, una de las novedades más interesantes que aporta el reciente estudio de la Universidad Johns Hopkins es que, si es demasiado tarde para desviar el asteroide -menos de un año para la colisión-, sería efectivo lanzar un dispositivo nuclear para fragmentar la roca. Los autores de esta investigación simularon los efectos de una bomba de un megatón detonada cerca de la superficie de un asteroide de unos 100 metros de largo. Realizaron cinco pruebas con trayectorias distintas y en todas consiguieron evitar el impacto.
Además, la simulación también ha concluido que, si la explosión se realiza con la potencia adecuada y al menos un mes antes del impacto con nuestro planeta, se podría evitar que el 99% de la masa del asteroide llegase a la superficie terrestre.
Las sombras del estudio
A pesar de los resultados positivos del estudio, los autores subrayan que no deja de ser una simulación y que, por lo tanto, hay que tomarse las conclusiones con cierta precaución. Si las dimensiones del asteroide, su composición o la potencia de la bomba varían, los resultados podrían ser diferentes.
Por todo ello, los científicos explican que la fragmentación puede ser una una buena estrategia de respaldo, por si todas las demás fallan y el asteroide está muy cerca de la Tierra. Pero, en cualquier caso, será mejor detectar con mucho margen estos posibles peligros y agotar todas las vías posibles antes de optar por lanzar una bomba nuclear a un cuerpo celeste tan cercano al planeta.
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