En la guerra entre Jeff Bezos y Elon Musk, una nueva batalla se ha liberado esta semana. En una nueva carta presentada por Amazon a las autoridades estadounidenses se queja de los planes de SpaceX para lanzar nuevos satélites y asegura que operan como si las reglas no fuesen con ellos, haciendo referencia a todas las normas que se han saltado en los últimos años.
"Ya sea lanzando satélites con antenas sin licencia, lanzando cohetes sin aprobación, construyendo una torre de lanzamiento no aprobada o reabriendo una fábrica en violación de una orden de confinamiento en el lugar, la conducta de SpaceX y otras compañías lideradas por Musk deja su punto de vista claro: las reglas son para otras personas", dice la carta de Amazon. Con ello hace referencia por ejemplo a cuando Elon Musk abrió la fábrica de Tesla en pleno confinamiento en California.
El ritmo frenético de SpaceX vs. FCC y el resto de empresas
Pero, ¿a qué viene ahora esta carta? Tiene que ver con los satélites de Starlink de nueva generación que SpaceX quiere colocar en órbita. Para hacerlo necesita la autorización de la FCC de Estados Unidos. Sin embargo, Amazon ha apelado a ello ya que la propuesta de SpaceX era pedir a la FCC aprobar dos configuraciones distintas de satélites pero lanzar sólo una de las dos configuraciones.
El sistema con el que opera SpaceX en los últimos años es el de lanzar iteración tras iteración. En un desarrollo continuo de nuevas versiones, van trabajando y probando modelos al mismo tiempo que ya trabajan en varios nuevos modelos. De este modo prueban características y mejoran en futuras versiones sin importar que otras de por medio ya estén diseñadas. Ocurre por ejemplo con los prototipos de la Starship, donde SpaceX no espera par ver cómo es un lanzamiento antes de hacer un nuevo prototipo, sino que tiene varios en marcha al mismo tiempo.
Para Amazon esto es ir en contra de las reglas y políticas públicas de la FCC. Proponer dos configuraciones mutuamente excluyentes "requiere un esfuerzo significativo" para la FCC y otras empresa que examinan estos planes antes de ser aprobados, indica Amazon.
Esto es algo que SpaceX, evidentemente, no acepta. Según la compañía de Elon Musk, Amazon pone en duda su credulidad "al sugerir que carece de los recursos para analizar la aplicación de SpaceX, especialmente teniendo en cuenta que Amazon atrae rutinariamente hasta seis grupos de presión y abogados a sus muchas reuniones con la Comisión sobre SpaceX".
El veloz ritmo de desarrollo que tiene SpaceX ahora mismo en la industria aeroespacial es desorbitado. En parte por el uso de esta estrategia de iteraciones seguidas, algo que SpaceX es capaz de hacer gracias a todo el dinero que viene de la financiación del propio Elon Musk o las rondas de inversión. Esto hace que a menudo para SpaceX la FCC y otras regulaciones sean un impedimento y frenen su ritmo, como el propio Musk ha expresado en alguna ocasión.
Es una desventaja también para la competencia de SpaceX, que ahora mismo no tiene el mismo ritmo. Amazon tiene su propio Starlink bajo el proyecto Kuiper, aunque aún no ha conseguido lanzar ningún satélite en órbita y no han anunciado planes para producción. De ahí que Elon Musk vea estas quejas como una estrategia para frenar a SpaceX y ganar tiempo. Algo similar a lo que piensan del contrato para el lander lunar de la NASA. En definitiva, una guerra entre las dos personas más ricas del planeta que va para largo.
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