Es más que probable que el nombre Stephenson 2-18 no te diga nada, pero si te decimos que es la estrella más grande descubierta hasta la fecha la cosa cambia. Es tan grande que tiene un radio de 2.150 radios solares. Vamos, que su volumen es 10.000 millones de veces mayor que el Sol. Es una estrella enorme, tan enorme que si la pusiéramos en el centro del Sistema Solar llegaría hasta la órbita de Saturno.
Y ahora que conocemos a la más grande descubierta a día de hoy toca hablar de su contrapartida, la más pequeña. No tiene un nombre tan chulo, así que tenemos que conformarnos con llamarla EBLM J0555-57Ab. Se encuentra a 600 años luz de la Tierra y, a pesar de ser la más pequeña, es más grande que Saturno.
Por qué esta estrella es tan interesante
EBLM J0555-57Ab fue descubierta en 2017 gracias al consorcio WASP (Wide Angle Search for Planets). Conseguirlo fue todo un hito, ya que es muy débil. Según los astrónomos, entre 2.000 y 3.000 veces más débil que el Sol. Al ser parte de un sistema binario (orbita alrededor de una estrella más grande), encontrarla fue como "tratar de observar una vela al lado de un faro".
Tal y como explican los investigadores, fue identificada al pasar por delante de su compañera, mucho más grande. Al pasar por delante de su estrella madre, esta se volvió más tenue de forma periódica, lo que es un indicativo de que hay un objeto en órbita. Este método, curiosamente, suele usarse para identificar planetas, no estrellas.
EBLM J0555-57Ab es algo más grande que Saturno y su gravedad es 300 veces superior a la que experimentamos en La Tierra. ¿Y por qué es interesante? Porque, en palabras del astrónomo Alexander Boetticher (Universidad de Cambridge):
"Nuestro descubrimiento revela cómo de pequeñas pueden llegar a ser las estrellas. Si esta estrella se formara con una masa ligeramente inferior, la reacción de fusión del hidrógeno en su núcleo no podría sostenerse, y la estrella se habría transformado en una enana marrón".
A pesar de ser una estrella muy pequeña, es lo suficientemente grande para que se pueda producir la fusión de los núcleos de hidrógeno en helio. Si fuera más pequeña, la presión en el centro de la estrella no sería suficiente y la estrella se habría convertido en una enana marrón (a.k.a. estrella fallida).
Curiosamente, los investigadores aseguran que estas estrellas (aquellas con con tamaños y masas inferiores al 20% del Sol) son las más numerosas en el Universo, pero son difíciles de detectar debido a su tamaño y su escaso brillo.
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