Lejos. Muy lejos. A unos 12.000 millones de años luz de distancia, en un rincón remoto del universo, hay una reserva inimaginable de agua.
140 billones de océanos. 140 trillones de veces (en la escala anglosajona) el volumen de todos los océanos de la Tierra juntos. El depósito de agua más grande y distante jamás identificado en el universo.
Esta colosal reserva de agua orbita un cuásar cuya luz nos llega desde poco después del Big Bang. "Es otra indicación de que el agua está extendida por todo el universo, incluso en sus primeras etapas", dijo uno de sus descubridores, el científico Matt Bradford del laboratorio JPL de la NASA.
Un agujero negro supermasivo. El cuásar, denominado APM 08279+5255, envuelve un agujero negro 20.000 millones de veces más masivo que el Sol que produce tanta energía como mil billones de soles.
Este agujero negro central atrae la materia circundante, calentando el gas y el polvo hasta crear una región llena de moléculas nunca antes detectadas a una distancia tan extrema. El vapor de agua es una de estas moléculas, y su presencia indica que el cuásar está emitiendo radiación, porque mantiene el gas circundante relativamente cálido.
Qué son los cuásares. Estos objetos fueron bautizados a finales de los años 50, cuando los telescopios de la época revelaron unas misteriosas fuentes de brillo intenso en partes distantes del espacio. Brillan intensamente desde el centro de galaxias remotas, eclipsando a todas las estrellas de su galaxia.
En su núcleo hay un agujero negro supermasivo con millones o incluso miles de millones de veces la masa de nuestro Sol. A medida que el gas y el polvo se desplazan en espiral hacia el agujero negro, se calientan y liberan energía. Esta energía se irradia en todas las longitudes de onda, lo que convierte a los cuásares en uno de los fenómenos más brillantes y energéticos del cosmos.
Qué hace especial a este. Los astrónomos descubrieron vapor de agua extendiéndose en una región de cientos de años luz de diámetro alrededor del cuásar. Teniendo en cuenta que un año luz equivale a 9 billones de kilómetros, no hay otra reserva de agua tan masiva y distante.
Esta reserva excepcional es posible gracias a las condiciones inusuales del entorno: el gas es cinco veces más caliente y cientos de veces más denso que el de las galaxias típicas. Los astrónomos también detectaron otras moléculas, como el monóxido de carbono, lo que sugiere que hay abundante material alimentando el agujero negro a medida que crece.
Por qué es importante. El estudio de los cuásares permite a los astrónomos aprender del universo primitivo, ya que la luz que podemos observar desde la Tierra ha viajado miles de millones de años para llegar hasta nosotros.
Al ser tan intensos, los cuásares brindan información valiosísima sobre la formación de las galaxias, la distribución de la materia y el desarrollo de las primeras estructuras cósmicas. La detección de agua en un cuásar tan distante es especialmente importante porque se trata de un componente esencial para la vida.
Imagen | NASA/ESA
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