A pesar de que el problema de la basura espacial lleva décadas en aumento, ninguna empresa se había acercado hasta ahora a un viejo desecho en órbita. La empresa japonesa Astroscale lidera el esfuerzo.
Inspeccionando la basura espacial de cerca. El satélite ADRAS-J (Active Debris Removal by Astroscale-Japan) marca un nuevo hito en la lucha contra la basura espacial. Construido por Astroscale en colaboración con la agencia japonesa JAXA, este satélite de 150 kg tiene la misión de acercarse, inspeccionar y retirar residuos del espacio.
Astroscale lanzó ADRAS-J en un cohete Electron de Rocket Lab el pasado 18 de febrero. El 17 de abril, el satélite se colocó a unos pocos cientos de metros de su objetivo: la segunda etapa de un cohete H-IIA lanzado en 2009. El 23 de mayo, ADRAS-J se acercó a menos de 50 metros de la gigantesca pieza de basura espacial.
Las primeras fotos de este tipo. ADRAS-J utilizó sus doce propulsores para inspeccionar de cerca la etapa criogénica del cohete. Es la primera vez que un satélite se acerca a un viejo cohete en órbita y toma fotos del objeto abandonado, una maniobra compleja y arriesgada.
Japón lidera ahora estos esfuerzos, pero no está solo. La empresa suiza ClearSpace planea lanzar su misión ClearSpace-1 en 2026 para capturar y desorbitar el satélite europeo PROBA 1.
La órbita terrestre es un vertedero. Con más de 34.000 objetos mayores de 10 cm flotando sin control, la órbita baja terrestre se ha convertido en un vertedero. A medida que los lanzamientos espaciales se multiplican, el número de satélites y cohetes abandonados también lo hace, disparando el riesgo de colisión.
El peor escenario es el síndrome de Kessler, que predice una reacción en cadena de colisiones. Si dos piezas de basura espacial se fragmentan en múltiples piezas al chocar, estos fragmentos pueden a su vez colisionar con otros objetos, creando más escombros, y así sucesivamente.
Un riesgo para los astronautas y el acceso al espacio. La basura espacial puede permanecer en órbita durante siglos, especialmente a altitudes superiores a 900 kilómetros. Para combatir el problema, es crucial empezar por las piezas grandes, como las etapas superiores de cohetes, que en realidad solo constituyen el 11% de los residuos orbitales.
En un escenario en el que todo siga como hasta ahora, dentro de unas pocas décadas las colisiones entre desechos orbitales se volverán el pan de cada día.
Imagen | Astroscale
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usuariodeaqui
Ejemplares! Como vertir el agua residual del centro nuclear al océano pacífico, también liderar la caza de ballenas y delfines.
Tradicionalmente
Los japoneses siempre han sido muy limpios
geodatan
Síndrome de Kessler
TOVI
Algún beneficio debe sacar, si no, poca viabilidad tendrá (económicamente hablando)
Nacho
¿Lo mismo habría que empezar a poner multas muy elevadas a quien abandona su basura en el espacio, no?
enlacaratelodigo
ni ha pasado nada, ni pasará, llevan un montón de años ahí dando vueltas sin ton ni son y ahora de repente van a colisionar entre todos y liarla parda. Para empezar llevan años colisiónando entre si, pero no pasa nada, porque todo lo que colisiona se crean trozos, que esos trozos, si les diera por caer a la tierra, se desintegran antes de llegar. No veo mal que quieran quitar los grandes, pero tampoco iba a pasar absolutamente nada, por la sencilla razón de que ya habría pasado, simple alarmisno y prensa amarillista.