El pasado mes de noviembre asistimos a uno de los últimos hitos de la era espacial: la Agencia Espacial Europea logró que la sonda Philae aterrizara en el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko tras una misión de 10 años. Aquel logro se empañó tras el apagado forzoso de Philae por no poder obtener energía del sol, pero eso no ha significado el fin de la misión.
De hecho la nave Rosetta sigue acompañando al cometa y el pasado sábado realizó su primer vuelo a corta distancia del 67P: se situó a una distancia de 6 kilómetros y logró tomar una serie de fotografías que muestran con detalle la superficie del cometa.
Ese paseo también sirvió para recoger muestras de la atmósfera del cometa, y en el blog oficial de la ESA explicaban cómo Rosetta seguirá realizando vuelos a distancias que oscilarán entre los 15 y los 100 km. En ese viaje se tomará en cuenta el momento en el que el cometa se sitúe en su perihelio, el punto más cercano al sol de su órbita.
Ese momento llegará el próximo 13 de agosto, cuando el cometa -que ahora está a 345 millones de kilómetros del sol- se sitúe a una distancia de 186 millones de kilómetros. Queda por ver, por supuesto, si en algún momento de ese trayecto Philae logrará recuperar fuerzas.
Vía | TechCrunch
Más información | ESA | Fotos
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