A la Tierra le ha salido una nueva muniluna, el asteroide 2022 NX1. Descubierto el año pasado, el objeto ha sido recientemente analizado por astrónomos españoles, que han estimado que podría terminar sus días chocando contra la Tierra (eso sí, sin causar grandes daños).
Desde Namibia hasta La Palma. 2022 NX1fue descubierto a mediados del año pasado por un equipo de astrónomos aficionados que trabajaban desde un observatorio en montañas Hakos, en Namibia. Ahora, un equipo español de investigadores ha publicado los resultados de su análisis del objeto, realizado a través del espectrógrafo y generador de imágenes con el cue cuenta el Gran Telescopio Canarias situado en el observatorio de La Palma.
En el estudio, pyblicado en la revista Astronomy & Astrophysics, el equipo descarta dos de las hipótesis que se habían planteado sobre el origen del asteroide: la primera, que se tratara de un objeto artificial, como los restos de un cohete; y la segunda, que se tratara de escombros procedentes de la Luna.
Una herradura en el cielo. 2022 NX1orbita el Sol en lo que se conoce como una órbita de herradura. Las órbitas de herradura son movimientos coorbitales, en los que las órbitas de dos objetos se entrelazan, de forma que desde la perspectiva de uno, el otro parece dibujar una herradura, a veces más deprisa y a veces más despacio. Los extremos de la herradura son los puntos en los que el objeto que dibuja esta órbita (en este caso 2022 NX1) se acerca más al cuerpo junto al que coorbita (la Tierra).
Según los cálculos de los astrónomos que han estado observando este objeto, ocurre ocasionalmente que al acercarse 2022 NX1 a estos puntos, la gravedad terrestre puede “sacarlo” temporalmente de su órbita, haciendo que el asteroide circunvale nuestro planeta y se convierta en una miniluna temporal.
Un encontronazo posible... pero irrelevante. Esto habría ocurrido en 1981 y en 2022; y ocurrirá de nuevo entre 2051 y 2052. Los cálculos a partir de ahí no son fiables. En la década de 2070 el asteroide volverá a acercarse a nosotros, pero esta vez su órbita podría ponerlo en trayectoria de colisión con la Tierra.
2022 NX1 mide entre 5 y 15 metros, lo que lo hace más pequeño que el asteroide que causó el bólido de Chelyabinsk. Esto, junto con cerca de un 70% de probabilidades de que caiga sobre el mar, convierten al potencial impacto del asteroide en un evento poco peligroso.
Un fenómeno cada vez más común. Hasta hace un par de años eran pocos los que habían oído hablar de las minilunas o de satélites temporales y ahora hemos descubierto dos en los últimos tres años. ¿Por qué? No es que haya más, es que miramos mejor. Como ocurre con los globos espía y OVNIs, el hecho de que cada vez tengamos más ojos puestos en el cielo y que cada vez éstos sean más potentes implica que cada vez veremos más cosas que antes creíamos extrañas o inusuales.
Prueba de ello es el hecho de que 2022 NX1 ya nos orbitara hace más de 30 años sin que nos diéramos cuenta. La captura temporal de asteroides y objetos cercanos a la Tierra (NEA y NEO) parece ser algo relativamente frecuente. Hasta ahora los ejemplos más relevantes por haber sido observados durante su periodo orbital fueron 2006 RH120, que se mantuvo en nuestra órbita cerca de un año entre 2006 y 2007; y 2020 CD3, que llevaba ya varios años rondando nuestro planeta para ser descubierto en 2020 poco antes de abandonarnos.
Este paso orbital de 2022 NX1 ha sido breve (solo nos ha orbitado una vez), pero el hecho de que volverá durante las próximas décadas lo convierte en una curiosa compañía para nuestro planeta.
Imagen | Urikyo33
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