Uno de los problemas que se plantean en un viaje a Marte son los altos costes que tiene enviar una nave a su superficie. A todo esto hay que sumarle los momentos en los que se puede realizar el despegue ya que solo cada 26 meses se produce la alineación de órbitas óptima para llegar lo antes posible. Unos matemáticos han planteado una forma diferente de llegar que, en principio, debería ser mucho más asequible.
El principio en el que se basan es lo que se conoce como transferencias de baja energía o capturas balísticas. Una ruta que permite a las naves especiales cambiar de órbitas usando muy poco combustible. Este método ya se ha utilizado anteriormente para viajar a la Luna y ahora quieren aplicarlo en las próximas misiones a Marte.
Menos combustible, más tiempo de llegada
Aunque la idea de consumir menos combustible es muy atractiva, este método plantea bastante problemas. El primero de todos es el tiempo necesario para llegar a su destino. Normalmente el tiempo que se tarda en estos trayectos es de seis meses con sistemas de alto consumo de energía y pasar a esta alternativa podría retrasar cada llegada varios meses.
A todo esto hay que sumarle la poca estabilidad que ofrece a la hora de capturas trayectorias balísticas. De hecho, el primer intento en hacer una misión de este tipo fue a principios de los noventa cuando Japón intentó con la nave Hiten lograr acercarse a la Luna sin llegar a su órbita. En el primer giro logró entrar en la órbita lunar pero sufrió un problema con el sistema de comunicaciones.
Años más tarde Belbruno y James Miller perfeccionaron el sistema para demostrar que la misión de Hiten podría haberse llevado a cabo sin tantos problemas. Veremos si la NASA o la Agencia Espacial Europea se animan con este método, de momento en Estados Unidos lo miran con buenos ojos y creen que su uso no solo se podría aplicar a las misiones robóticas sino también a las de exploración con astronautas.
Vía | Scientific America, Engadget
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