El 25 de diciembre es, también, el cumpleaños de Isaac Newton. "El más grande cerebro científico que el mundo ha conocido", según Asimov y el responsable del que "quizás el avance más grande del pensamiento que un solo individuo haya hecho nunca" según Albert Einstein.
En el epitafio que escribió Pope, se decía "La naturaleza y sus leyes estaban ocultas en la noche; Dios dijo "Que se haga Newton" y se hizo la luz". Pero también las sombras: su paso por la Casa de la Moneda de Inglaterra estuvo lleno de torturas, ahorcamientos y falsificadores descuartizados. En definitiva, la vida es la de un genio lleno de aristas que empezó con una simple manzana. O eso nos han contado.
La gravedad de la peste
Hacia 1665 la peste bubónica llegó a Londres en un barco algodonero proveniente de Ámsterdam. En los siguientes años morirían, entre el hacinamiento, la suciedad, el hambre y las ratas, más de cien mil personas. En agosto, la Gran Peste llegó a Cambridge y obligó a cerrar la Universidad.
Isaac Newton acababa de graduarse y, por sus trabajos en el teorema del binomio, ya se intuía que podía llegar a ser un físico y un matemático brillante. Así que imagino que le resultó algo decepcionante tener que volver a Woolsthorpe Manor, la casa de su familia, sin tener muy claro cuándo podría volver a su alma mater si es que podía.
Los años en Lincolnshire fuero muy productivos y, de hecho, allí ocurrió una de las anécdotas más conocidas de la Historia de la ciencia y, ya puestos, de la horticultura. Sentado bajo un árbol, una manzana se cayó y le golpeó en la cabeza. Ahí nació, según cuenta la historia, la Ley de la Gravedad.
Mentiras, grandes mentiras y... anécdotas
Es una pena que, casi con toda seguridad, esto nunca pasó. No tenemos ningún libro, ninguna carta y ningún apunte en el que Newton hable de la famosa manzana. Es cierto que el joven Isaac se volvió de Lincolnshire con una incipiente teoría de la gravedad bajo el brazo, pero nadie sabe de dónde salió eso. Lo más probable es que ni él lo supiera.
La primera evidencia que tenemos de la anécdota de la manzana está en la biografía de Newton que escribió William Stukeley. Según cuenta en esas memorias, mientras charlaba con Newton en 1726, este dijo:
"Después de cenar, como hacía buen tiempo, salimos al jardín a tomar el té a la sombra de unos manzanos. En la conversación me dijo que estaba en la misma situación que cuando le vino a la mente por primera vez la idea de la gravitación. La originó la caída de una manzana, mientras estaba sentado, reflexionando. Pensó para sí ¿por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmente al suelo? ¿Por qué no cae hacia arriba o hacia un lado, y no siempre hacia el centro de la Tierra? La razón tiene que ser que la Tierra la atrae. Debe haber una fuerza de atracción en la materia; y la suma de la fuerza de atracción de la materia de la Tierra debe estar en el centro de la Tierra, y no en otro lado. Por esto la manzana cae perpendicularmente, hacia el centro. Por tanto, si la materia atrae a la materia, debe ser en proporción a su cantidad. La manzana atrae a la Tierra tanto como la Tierra atrae a la manzana. Hay una fuerza, la que aquí llamamos gravedad, que se extiende por todo el universo".
Hay otras versiones, como la del marido de su sobrina, John Conduitt, pero todas ellas fueron escritas más de 20 años después de la muerte del físico inglés y casi cien después del incidente manzanil. ¿Pasó algo realmente?
La manzana imaginaria
Nadie lo sabe a ciencia cierta. Por lo que sabemos, es cierto que en Woolshtorpe Manor había tres manzanos, pero, aunque la anécdota de la manzana hubiera ocurrido, es poco probable que Newton tuviera allí un momento ¡Eureka!. Keith Moore, director de los archivos de la Royal Society y estudioso del tema, sostiene que "Newton fue mejorando la historia con el tiempo".
Es decir, que como ocurrió con Fleming y el descubrimiento de la penicilina o con Galileo y el experimento de la Torre de Pisa, la historia de la manzana es, en el mejor de los casos, un buen chascarrillo que contar cuando preguntaban que cómo descubrió la ley de la gravedad.
Y en el peor, una historia que ha pasado de biógrafo a biógrafo sin más objetivo que mostrar la genialidad de un físico convertido casi en una estrella del Rock. Y no es broma. Cuentan que Voltaire, al ver su entierro, dijo que "Inglaterra honra a un matemático de la misma manera que los súbditos de otras naciones honran a un rey".
Imágenes | Wikipedia
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