Noruega tiene una de las geografías más particulares del mundo. Desde el punto de vista natural, el país está salpicado por enormes montañas y espejos de agua que constituyen un paisaje único en la región. Sin embargo, esto también se traduce en desafíos de movilidad: si no fuese por su ambiciosa red de carreteras, puentes y túneles, muchos noruegos y visitantes podrían acabar aislados en los meses más fríos del año.
Afortunadamente, la ingeniería se ha convertido en la gran aliada de esta nación europea. El ejemplo más notable de esta realidad es el túnel de Lærdal (Lærdalstunnelen), que permite viajar entre las ciudades de Oslo y Bergen sin tener que recurrir a conexiones de ferry o cruces de montaña peligrosos durante el invierno. Pero esta no es la única característica destacada de la obra: se trata del túnel de carretera más largo del mundo.
24,5 kilómetros de carretera debajo de las enormes montañas noruegas
El túnel de Lærdal tiene 24,5 kilómetros de largo, es decir, es la única carretera subterránea que alcanza esta enorme distancia. Sí, hay otro túnel mucho más extenso, el túnel base de San Gotardo de Suiza, pero está destinado al transporte ferroviario. Ahora bien, imagínate conduciendo durante un prolongado período de tiempo bajo tierra. Los encargados del proyecto no han dejado la seguridad al azar.
No es ningún secreto que conducir largos períodos de tiempo a través de paisajes monótonos puede producir fatiga mental. Para evitar este tipo de escenarios y aumentar la seguridad de los conductores, el túnel está dividido cuatro secciones. Cada una de ellas tiene iluminación azul y amarilla y, además, brinda opciones de giro y espacios de aparcamiento.
El túnel también ha sido diseñado con bandas sonoras que sirven para alertar a los conductores somnolientos de que su vehículo se está desviando del carril. Cada cierta distancia también hay señales que indican cuántos kilómetros faltan por recorrer, y teléfonos de emergencia conectados a la policía, los bomberos y los servicios de asistencia médica. No faltan los extintores de incendios y numerosas cámaras que son monitorizadas por Lærdal y Bergen.
Dado que durante un tiempo los conductores aprovechaban el túnel para conducir a altas velocidades, las autoridades decidieron instalar radares para reducir el número de infracciones de tráfico. Lærdal también ha instalado una planta de tratamiento de aire que trabaja en conjunto con grandes ventiladores situados a lo largo del camino y cuya misión es mejorar la calidad del aire.
El túnel de Lærdal fue abierto al público en el año 2000, cinco años después de que comenzara su construcción y siete años antes de que el Parlamento de Noruega diera luz verde al proyecto. Cada metro de construcción costó 6.250 dólares, por lo que el coste total del proyecto fue de unos 150 millones de dólares. A partir de 2025 el túnel permanecerá cerrado durante la noche por tareas de mejoras con el fin de cumplir con los nuevos requisitos de seguridad de la Unión Europea.
Imágenes: Svein-Magne Tunli
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